Y llegamos finalmente a la última categoría de los premios Emmy que se entregarán esta madrugada: la de mejor serie de drama. Tras la última victoria de la HBO en el 2007 por Los Soprano, la cadena de cable sufrió un bajón que permitió a Mad Men, de la AMC, reinar durante tres años consecutivos. Las nominaciones a Big Love o a True Blood nadie parecía tomárselas en serio, pero este año puede que las cosas cambien gracias a Juego de tronos o Boardwalk Empire. ¿O es el turno para que gane una serie de las networks como The Good Wife?
The Good Wife
El año pasado la CBS estrenó una serie que en el papel no parecía tener nada de especial. Sí, tenía un reparto muy interesante, pero en el fondo parecía un procedimental más de abogados. Pronto el boca-oreja comenzó a funcionar y muchos comenzamos a interesarnos por la vida de Alicia Florrick, ex mujer florero reconvertida en abogada para recuperar su dignidad y sacar adelante a su familia. Y más allá de los casos puntuales, algunos de ellos con resoluciones muy satisfactorias, la serie nos enganchó por esos personajes tan bien construídos y las relaciones creadas entre ellos. Y mientras muchas series, tras un comienzo prometedor, se dormían en los laureles de su segunda temporada, el matrimonio King, creadores de la serie, han sabido potenciar todo aquello que funcionaba y han logrado dar un salto cualitativo importante: los casos parecen adelantarse a la realidad (‘VIP Treatment’), hay más Eli Gold, más Kalinda, y Alicia, nuestra Alicia, empieza a despertar como mujer independiente. La única pega para que se alce con la victoria es que parece ser que la opinión pública en general aún no es consciente de la gran serie que es, situación que quizás cambie durante los próximos años, pero para el que suscribe se trata de una serie perfecta, que equilibra de forma maravillosa todos sus elementos: guión, intérpretes y dirección.
Boardwalk Empire
Toda la prensa especializada tiene los ojos puestos en la serie que puede acabar con el reinado de Mad Men, y esa no es otra que Boardwalk Empire. Al igual que existen películas que parecen estar prediseñadas para arrasar en los Oscar, la nueva creación de Terence Winter olía a Emmy desde que se anunció el proyecto: una ambientación cuidadísima en una época de lo más interesante y muy poco trabajada, la de la Ley Seca, y un reparto arriesgado pero de lo más sugerente. Ah, y Martin Scorsese, por supuesto. Algunas personas le achacan a la serie una falta de ritmo y una frialdad que yo no encuentro por ningún lado. Quizá después de un piloto espectacular la serie empezó a sembrar una serie de ideas y conceptos que darían sus resultados sobre todo en el último tercio de la temporada, realmente espectacular, pero toda la primera parte no es lenta, sino que hay que paladearla con paciencia. El principal escollo que yo encuentro para que se alce con el Emmy más importante de la noche es el uso de violencia explícita, que puede no ser plato de buen gusto para muchos votantes. Boardwalk Empire ya ha arrasado en los premios técnicos. ¿Logrará hacer lo mismo con los principales?
Juego de Tronos
La otra apuesta de la HBO para este año recurre a un envoltorio igualmente estimulante, quizá incluso más ya que recrea todo un mundo ficticio, cruce entre lo medieval y lo fantástico, basándose en la aclamada saga literaria ‘Canción de hielo y fuego’. Juego de tronos tuvo la baza a su favor de que, gracias a que las novelas tienen una cimentada base de fans, se empezó a hablar de ella muchos meses antes de su emisión. Y lo que podía ser un arma de doble filo, ya que las elevadas expectativas de la gente podían no verse cumplidas, se convirtió en un éxito en toda regla. Todo el mundo quedó satisfecho: los que vieron en una pantalla (casi) todo lo que se habían imaginado sobre Poniente en las novelas, y los que no habían leído nada y se encontraron con un fascinante mundo de ambiciones, traiciones y muerte. «In my opinion» se trata de una serie muy notable, pero a la que le falta un pequeño empujón para ser realmente excelente, y ese pequeño paso vendría a través de una narrativa un poco más atrevida. Quizá consigamos ver ese salto cualitativo durante los años venideros.
Dexter
El asesino en serie más conocido de la pequeña pantalla ha conseguido por cuarta vez consecutiva arañar una nominación en la categoría principal. Curiosamente el único año que se le escapó fue durante su primera temporada, la mejor junto a la cuarta. Y precisamente las cosas habían quedado tan en alto que el principio de la quinta ha resultado algo decepcionante y toda la temporada deja una sensación de transición más que de evolución. Tampoco ayuda demasiado que, al igual que otras series del momento como True Blood, adolezca de una gran debilidad en las tramas secundarias: nos puede interesar hasta cierto punto la relación de Dexter con Lumen (Julia Stiles), la novedad en el día a día del asesino-padre soltero, pero todo lo que sucede con los personajes secundarios, salvo quizá su hermana Debra, carece completamente de interés. Desde luego este año es la rival más débil para alzarse con el premio, y quizá debería haberse quedado fuera y dejar su sitio a otras producciones más interesantes como The Killing. ¿Logrará recuperar el tono en la sexta temporada?
Friday Night Lights
Tras cinco años en antena, riesgos constantes de ser cancelada año tras año, cambios en la cadena de emisión, por fin, para alegría de muchos fans del día a día de la pequeña localidad texana de Dillon, obsesionada con el fútbol americano estudiantil, Friday Night Lights ha logrado una nominación en la mayor categoría de los Emmy en su última temporada. Y a pesar que el elemento emotivo siempre está presente, gracias a esa maravilla de matrimonio que son los Taylor, incluyendo a la, en ocasiones, repelente de su hija Julie y su inicio en la universidad, el cierre y desenlace de todas las tramas, en mi opinión, dejó un regusto a precipitación. Aunque el último capítulo es capaz de atar todo, da la sensación más de un punto y seguido que de un punto final, quizá porque dejan la posibilidad abierta a ese largometraje en cine que llevan acariciando desde hace tiempo. El excelso nivel que la serie consiguió en su magnífica primera temporada, con esa emoción que lograban transmitir con cada partido, no han sido capaz de mantenerlo el resto de los años, aunque la serie siempre ha estado por encima de la media. Pero quizá en modo de homenaje a un producto netamente norteamericano que ha logrado una sólida base de fans en todo el mundo, no deberíamos descartar una muy lejana pero factible victoria este año.
Mad Men
Mucha gente se queja de que Don Draper y los publicistas de Sterling, Cooper, Draper & Pryce hayan ganado durante los últimos tres años el premio más importante de la Academia de Televisión. Muchos argumentan que hay muchas otras series premiables, y por supuesto que las hay. ¿Pero las hay mejores? Eso es quizá más complicado de responder, pero lo que está claro es que Mad Men es un claro ejemplo de regularidad y de interés por todas las tramas (frente a los altibajos de Dexter) y de excelencia (Friday Night Lights se queda en notable alto) durante los cuatro años ya que lleva en antena (las apuestas de la HBO, Juego de tronos y Boardwalk Empire aún están en su primer año y tienen mucho que demostrar). Matt Weiner y sus colaboradores se muestran totalmente cómodos con los personajes y el entramado de relaciones que han ido creando y eso se nota, no hay síntomas aún de fatiga creativa. Hay quien dice que la Academia podría castigar este año a Weiner por el culebrón que ha mantenido con la cadena AMC sobre la renovación de su serie estrella, pero yo creo que los académicos no se fijan realmente en estas cosas. Mad Men lleva siendo un referente durante cuatro años de televisión de calidad y merece todos los reconocimientos que ha recibido y los que le quedan por recibir. La única serie que puede competir realmente a su nivel es la que aún no he mencionado en todo el párrafo, la única que puede hacerle sombra, la que en el fondo debería ganar: The Good Wife.
Ganará: Boardwalk Empire
Debería ganar: The Good Wife