También en la categoría de mejor música original se enfrentan los dos gigantes de esta edición de los Goya, La isla mínima y El niño o, lo que es lo mismo, Atresmedia y Mediaset. Lo que todavía está por ver es si una de las dos será la vencedora o el cabezón irá a parar a la candidata argentina al Oscar Relatos salvajes o incluso a Loreak. Cuatro compositores con sobrada experiencia están detrás de las candidatas, aunque es Roque Baños el único de ellos que tiene no uno, sino tres Goyas. ¿Supondrá la banda sonora de El niño un cuarto premio o veremos a Julio de la Rosa alzar el preciado trofeo por su impecable trabajo en La isla mínima?
Roque Baños por El niño
Roque Baños es con diferencia el candidato que más veces ha estado en esta posición de los cuatro, con un total de 10 nominaciones y tres Goyas, el último de ellos por Los crímenes de Oxford. Este murciano, natural de Jumilla, cuenta en su haber con más de medio centenar de títulos, una amplísima producción en la que hay hueco para el cine de autor (Balada triste de trompeta), pero lo que más pesa es el cine comercial (toda la saga Torrente) e incluso productos tan trash como Tuno negro o La daga de Rasputín. Hablamos de un músico con callo, que puede presumir de tener un currículum plagado de los más prestigiosos galardones. Sin duda, su aportación en El niño se ajusta al tono y el tempo de la película de Daniel Monzón, con el que ya había colaborado en Celda 211. La música de Baños acompaña, sin resultar en ningún momento invasiva, escenas de acción como las persecuciones en helicóptero, haciendo brillar aún más ese acabado de gran superproducción del que hace gala el filme. Pero decir eso sería decir poco, ya que Baños consigue también que escuchemos cómo suena Gibraltar y no se abstiene de entrar con una guitarra española en esa tan discutida trama romántica entre Jesús Castro y Mariam Bachir. ¿La única pega? Por momentos suena a ya oído.
Julio de la Rosa por La isla mínima
El jerezano Julio de la Rosa firma el trabajo más reconocible de los cuatro que entran en competición. Esta es su segunda nominación al Goya, aunque la partitura que ha compuesto para La isla mínima tiene muchas más papeletas de ganar que en 2012, cuando los académicos le nominaron por Grupo 7, también de Alberto Rodríguez. Suyas son también las bandas sonoras de películas como 7 vírgenes o Primos, que si bien no llegaron a los Goya destacan por su calidad. En este caso, Julio de la Rosa presenta casi una treintena de cuidadas composiciones minimalistas que juegan siempre a favor del suspense. La música de La isla mínima es atmosféríca, diríamos que por momentos incluso está escondida porque se fusiona con los sonidos de la naturaleza, un hecho que no le hace perder ni un ápice de carácter. Al contrario: Julio de la Rosa hace un uso inteligente de acordes que se repiten, creando una presencia envolvente de guitarras integradas en un conjunto que bien podría ser merecedor del Goya a la mejor música original de 2014. Huele a ganadora.
Pascal Gaigne por Loreak
Compuesta por el francés Pascal Gaigne e interpretada por la Oquesta Sinfónica de Bratislava, la música de Loreak (Flores) es una perfecta extensión sonora de la segunda película de Jon Garaño y Jose Mari Goenaga, con los que ya había trabajado en 80 Egunean. Sutil y delicada, su partitura va abriendo según avanza la película un enigmático leitmotiv que florece lentamente. No es inmediato, como ocurre con el de La isla mínima, no. Sabemos que la especialidad de Gaigne, autor de bandas sonoras maravillosas como las de Piedras o Azuloscurocasinegro, es la pincelada fina, certera. Sus notas construyen la emoción en paralelo a las vidas de esas tres mujeres alteradas por unas flores. Aunque parezca sorprendente, Pascal Gaigne solo ha sido candidato al Goya en una ocasión y ni siquiera por una de sus partituras, sino por la canción que compuso para Verbo con el rapero Nach. Esta sería la ocasión perfecta para premiar al mismo tiempo una larga trayectoria que comenzaba en 1988 y un trabajo tan exquisito como este.
Gustavo Santaolalla por Relatos salvajes
Con dos Oscars consecutivos a sus espaldas, el primero por la música de Brokeback Mountain en 2006 y el segundo por la de Babel en 2007, el argentino Gustavo Santaolalla tiene el nombre con más pedigrí de los finalistas. Si a estas alturas todavía no tiene un Goya es porque apenas ha trabajado con en producciones patrias. Salvando, claro, Biutiful, una coproducción por la que sí llegó a estar nominado en 2011. Su colaboración con Damián Szifron empezó con el fantástico tema que presenta la película en menos de dos minutos, esa sucesión de imágenes de animales salvajes que sirven de cabecera a las seis historias. A partir de ahí, su presencia es camaléonica: unas veces acentúa la tensión, otras refuerza ese dramatismo que bordea la comedia, siempre a punto de traspasar el límite de lo creíble. Cuando se atreve a ser protagonista, como ocurre en ‘Bombita’, la melodía de Santaolalla resulta espléndida. Si añadimos que él mismo grabó todos los instrumentos a excepción de los arreglos de cuerda, grabados por Javier Mazzarol, nos sobran motivos para verle levantando el Goya.
Ganará: Julio de la Rosa por La isla mínima
Debería ganar: Pascal Gaigne por Loreak
Molaría que ganara: Pascal Gaigne por Loreak