Paul Conroy, padre de familia y contratista civil en Irak, es secuestrado y despierta enterrado vivo en un viejo ataúd de madera, teniendo en su poder únicamente un teléfono móvil y un mechero. El teléfono es el único medio para tratar de escapar de su agónica pesadilla. La cobertura precaria y la escasa batería son sus mortales enemigos en una carrera a vida o muerte contra el tiempo: sólo dispone de 90 minutos para lograr su rescate antes de que se le agote el oxígeno…