La semana pasada nos visitaban Robert Zemeckis y Denzel Washington, director y actor de El vuelo, cinta que parte con dos nominaciones en la próxima edición de los premios Oscar: mejor actor y mejor guión. El vuelo se estrenó en España el pasado 25 de enero.
En El vuelo, Denzel Washington encarna a Whip Whitaker, un piloto experimentado que salva un vuelo comercial de estrellarse, pero en la investigación posterior se descubre que el piloto había consumido alcohol y drogas. «Es un guión muy bueno», afirma el actor.
Un guión que, a pesar de tratar una historia un tanto espinosa, siempre tuvo el beneplácito de la industria: «No hubo ninguna interferencia por parte de Hollywood», confiesa Zemeckis. «Allí lo único que importa es que las películas hagan dinero, no les importa cómo sea, sólo si la gente pagará por verla», reconoce el director.
El actor, por su parte, admite que escogió este papel porque «es una historia poco común, pero está muy bien escrita, de hecho está nominada al Oscar».
Él mismo es la otra gran baza de la película en los premios Oscar: «Me alegro de las nominaciones, porque eso da notoriedad a la película». Pero Washington no podría presumir esa nominación si Zemeckis no hubiera participado en este proyecto: «Denzel leyó el guión antes que yo, y escuché que estaba interesado, pero aún no se había comprometido con el proyecto. Cuando leí el guión pensé que sería el actor perfecto para el papel, así que lo llame para saber si seguía queriendo hacerlo, y me respondió que estaba interesado si yo lo estaba, así que seguimos adelante», cuenta el director.
Denzel Washington vuelve a interpretar otro de los antihéroes a los que nos tiene acostumbrados recientemente. «Soy un buen tipo que hace papeles de malo. No hago una peli pensando en lo que vaya a pensar el público», reconoce el actor. «En Hollywood gusta encasillar a los actores, y es verdad que cuando interpretas a un personaje real, te surgen otros proyectos similares», confiesa, refiriéndose a su participación en Malcolm X y otras películas posteriores. «Supongo que lo mismo pasó con Training Day«, en referencia a sus papeles posteriores a la película de Antoine Fuqua que, entre otros directores, le reunieron con Tony Scott, sobre el que comentó que era «un gran profesional, muy apasionado y con un gran corazón. Un buen amigo».
«Aunque mi siguiente película, 2 Guns, la he elegido porque es una comedia», corrige entre risas. «O al menos eso espero, veremos el resultado», bromea. «Después de El vuelo me apetecía hacer un personaje más ligero».
Robert Zemeckis, por su parte, regresa a la dirección de ficción con la película más barata de su carrera: «Probablemente si quisiera dirigir una película de Star Wars me darían todo el dinero que quisiera. Hoy sólo se producen películas con preventas», afirma. «Hacer algo único, diferente y original es muy arriesgado y nadie quiere darte dinero para hacer algo así», se lamenta.
Esto es un dato significativo si pensamos que Zemeckis como director ha marcado a toda una generación con sus películas: «Aprecio mucho a los fans de mi trabajo. Son fantásticos, un regalo», reconoce. Pero el director va más allá de cualquier responsabilidad autoral para con sus fans: «Creo que debo ser fiel a mí mismo, a mi pasión, si no, no creo que el resto de mis películas sean tan buenas».
«La historia [de Regreso al futuro] es universal. La idea de un joven que imagina cómo eran sus padres de jóvenes llama la atención a todo el mundo, porque trata el conflicto entre el niño y sus progenitores», revela Zemeckis sobre su película más influyente. Pero el director no quiere estancarse en su pasado: «Seguro que mis fans querrían que hiciera esa película una y otra vez, pero no creo que fueran tan buenas», bromea.
Respecto a sus proyectos futuros, aún hay muchas dudas, pero en según qué casos el director lo tiene muy claro: «No va a haber una secuela de Roger Rabbit, eso son todo habladurías de internet», afirma tajante. «La película tiene 25 años y no se ajusta al tipo de película que está produciendo el estudio ahora mismo», argumenta. Sin embargo, hay algo que si que mantiene ocupada la mente de Robert Zemeckis: «Tengo mucho interés en hacer una película que recree el paso de Philippe Petit entre las dos torres gemelas», que ya pudo verse en el documental Man on wire. «Será espectacular, en 3D, seguro que es muy interesante colocar la cámara en el cable», confiesa ilusionado el director que, con este proyecto, volvería a experimentar técnicamente, como lleva haciendo gran parte de su carrera.