El extraño caso de Angélica

Un fotógrafo emprende un viaje alucinado después de retratar a la hija muerta de los propietarios de un hotel. Sin caer en la nostalgia del que se sabe cercano a la visita de la parca, el director portugués nos invita a un viaje mágico en el que la realidad y la ficción se funden para darnos a entender que la vida y la muerte forman parte de un mismo continuo. Contada con la sonrisa perpetua en los labios, la aventura de Isaac mantiene el encanto y la frescura del cine de la época silente, pero no su característica ingenuidad: de Oliveira, como el mismísimo Diablo, sabe más por viejo que por diablo y, cómo él, se divierte, manejando como un titiritero al desdichado fotógrafo.