Entrevista a José Luis Garci: "Me queda por hacer un 'western' pero no sé montar a caballo"

Entrevista a José Luis Garci: «Me queda por hacer un ‘western’ pero no sé montar a caballo»

“Desde mi primer película supe que mi cine no era de autor, que no iba trascender”, confiesa José Luis Garci, “pero no me importa nada porque lo que yo quiero es hacer películas”. La nueva se titula Holmes & Watson. Madrid Days, una aventura imaginaria de los personajes de Conan Doyle en la capital de España tras las huellas de un Jack el destripador.

Garci (Madrid, 1944) desconoce qué es Internet y no lo oculta. Sobre su larga mesa de despacho en color madera con una amplia franja transversal lacada de negro no hay prácticamente nada: algún documento, unas gafas de lectura y un bote con lápices. No tiene ordenador. Sobre la pared, pintada de un azul intenso, tres cuadros: una foto de Paul Newman jugando al billar en El buscavidas, un póster de la Bauhaustreppe de Oskar Schlemmer y un viejo anuncio de un combate de lucha en la Plaza de Toros de la Ventas. Las Ventas del Espíritu Santo, como diría uno de sus personajes.

“Dentro de 30 años Holmes & Watson se verá como una película normal, sencilla, que no tiene más cosas. Y si tiene más cosas yo las ignoro, será porque alguien las saque, no porque estén puestas conscientemente”, asegura como si quisiera exorcizar los comentarios sobre filiaciones políticas o cuestiones ideológicas que muchos ven en la cinta cuando retrata a un ministro, su entorno y sus corruptelas o un asesino en serie que hunde sus raíces en la clase dominante y se oculta tras la invisible malla del poder.

Pregunta: “El futuro no existe, es un invento de los triunfadores”, dice tu Holmes. Y tus declaraciones en la promoción de la película van un poco en la misma línea. ¿Se ha vuelto pesimista?
Respuesta:
No, a contrario. Lo único que tengo es nostalgia jubilosa. Hombre, si a uno le preguntan cómo va el país, pues es un horror. ¿Cómo está el cine? Pues en un país donde ni ha salido la Ley del Mecenazgo, las televisiones han cortado el grifo y encima uno se hace mayor… pues no se puede ser muy optimista. ¿Puede ganar del Atleti? Hombre, si está a 12 puntos… No es que seas pesimista, es que es muy difícil que gane. Así que juego con ventaja: si la película no va bien, nadie podrá echarme a mí la culpa porque no va bien ninguna.

P: En la película hay frases que van en ese sentido…
R:
Sí, cuando Holmes se retira. «Un poco de sol…». «Una bicicleta…»

P: ¿Es un Holmes crepuscular?
R:
Bueno, es un Holmes un poco cansado. Prueba de ello es que sólo hace de Holmes una sola vez.

P: Efectivamente, hay pocos momentos de esas deducciones brillantes…
R: Nada, de eso no hay nada. Y lo que había lo he quitado.

P: ¿Se ha quedado mucho material en la sala de montaje?
R: Sí, era una película de tres horas. Por ejemplo, [Jose] Corbacho estaba fantástico, pero fantástico de verdad. Pero ha habido que cortar y se ha cortado de todo.

P: ¿Harás luego un edición completa en DVD?
R:
No, nunca he hecho eso. Luego ves el director’s cut y, por ejemplo, el de Blade Runner me gusta más el original.

P: ¿Has visto Sherlock, la miniserie de la BBC?
R:
Sí, y me gustó mucho. El primer episodio el que más. Y me gusta mucho el actor. También me gustó la película de Guy Ritchie.

P: Aunque el Holmes de Ritchie tiene poco que ver con el original…
R:
Coño, son James Bonds. Así que yo también tengo todo el derecho de hacer mi versión del personaje: más cercana, sin la gorrita de las dos viseras.

P: Desde luego, lo que nadie puede negar es que tu haces el cine que te da la real gana.
R:
Hasta ahora sí. Me queda por hacer un western.

P: ¿Pero tienes algún plan concreto?
R:
No, qué va. Pero me gustaría. Igual que hice una aproximación al cine negro con El crack o al melodrama con Canción de cuna. Ahora un western sería bonito, pero no sé montar a caballo.

«Malas tierras, la primera de Malick, es la que me gusta a mí. Porque El árbol de la vida, joder… Ha querido ser Stanley Kubrick».

P: Este cine tuyo tan personal no es cine clásico ni es contemporáneo. Y para rematar, en la rueda de prensa de presentación de Holmes dices que ya no sabes lo que es una película.
R:
Y lo digo de verdad, no es una boutade. Ya sé que el cine es el arte de narrar una historia en imágenes pero, ¿qué es una película? Algo que te sientas y lo miras igual en tu casa que en un sala de cine, que te emociona, te lleva a otro mundo… Es una vida de repuesto. A un les llega una cosa, a otros otra… Sientes cosas que no has vivido. Es raro, ¿eh? Es un misterio muy grande. ¿Qué rayos es una película? Cuando empezaba lo tenía más claro. Ahora me da terror cuando me dicen si he querido lanzar una idea o… Sólo he querido hacer una película sin pretensiones -a lo mejor eso ya es tener pretensiones-: algo sencillo, suave, donde la cámara no quiera ser protagonista… Es que como dice el personaje, yo no creo en la posteridad. ¿Pero has visto [la lista de las mejores películas de] Sight & Sound? ¡Es que no está Howard Hawks entre los primeros cincuenta! Pues a partir de ahí…

P: Sí está, por ejemplo, en la votación de Quentin Tarantino, que mete Luna nueva entre sus diez películas favoritas.
R:
Sí, cómo no. Y y pondría Río Bravo. Pero fíjate que hay cuatro de Godard. Es que yo creo que Histoire(s) du cinema no es una película. O Pierrot el loco. Es que es mejor El demonio de las armas o es mejor Malas tierras, la primera de Malick, que es la que me gusta a mí. Porque El árbol de la vida, joder… Me parece que ha querido ser Stanley Kubrick, una mezcla de 2001 y su cine más hermético, con esas sinfonías que cubren 8 o 10 minutos de película… Y si lo que quiere contar es que llega el sentimiento de piedad porque un dinosaurio a otro le pone la pata y no lo pisa, hombre, creo que hay otras cosas antes.

P: Lo opuesto a tu deseo de hacer una película sin ambiciones.
R:
Hombre, de momento yo nunca he puesto “Un film de”. Me parece algo excesivo, una contraseña de la nouvelle vague, que empezaron a decir que el director es el único creador, lo cual es complicado porque hay momentos en que la música es importante, o donde las actores tienen mucha fuerza o porque el productor ha armado todo aquello… Pero en fin, que si de las cincuenta películas de Godard en la lista aparecen cuatro, quiere decir que no tiene nada que ver con el cine que me gusta a mí, que es el de McCarey, de Raoul Walsh, el de Billy Wilder… Pero supongo que es lógico que se produzca ese salto porque ahora hay gente más joven que tiene otros gustos. Eso les pasaría a los que votaban El acorazado Potemkin y El ladrón de bicicletas cuando nosotros votábamos otras cosas. En el año 65 yo voté Vértigo, que es la que ha salido ahora. Y también he votado 2001 y Tu y yo.

P: Volviendo a Holmes & Watson, me llama mucho la atención que tus películas eran muy románticas y se han ido convirtiendo en más carnales, como si una cosa ocupara el lugar de la otra.
R:
Tienes razón, falta algo de espíritu. Las relaciones son confusas y ambiguas. Pero no se muy bien a que se debe… Son estados de ánimo… El problema que tenemos los directores es que no sabemos cómo ruedan los demás. Ningún director va al rodaje de otro. Los que los saben son los actores, pero no dicen mucho. Tu supones que todo el mundo hace lo mismo que tu, pero no puedes estar seguro.

P: ¿Sigues diciendo “Tómate la acción cuando quieras”?
R:
Sí, sí, yo nunca doy “Acción”. Es tarde para cambiar. Creo que es mejor así.

P: Supongo que los actores lo agradecerán, teniendo diálogos que son más complejos de lo habitual.
R:
Son diálogos para memorizar. Pero es que ha llegado un momento en que los diálogos no quieren decir nada. “Bueno tío. Si, vale. Te veo luego”… ¿Qué diría de esto el pobre Mankiewicz o Billy Wilder? ¡Habrá que decir algo! Algo que delimite al personaje… Habrá que hacer algo brillante, si no…

«Es lógico que a los jóvenes no les interesen mis películas. A mí tampoco me interesa el mundo de los que ahora tienen 20 años».

P: Sabes que tu cine no interesa a los jóvenes, pero muchos recuerdan con agradecimiento Qué grande es el cine, tu programa en TVE. Dicen: “No me gustan sus películas pero me descubrió…”.
R:
El coronel Blimp, que no se había puesto nunca. Ordet, de Dreyer.

P: O sin ir tan lejos, la misma Casablanca.
R:
He puesto 500 películas, de las que 400 eran muy buenas. Es una labor docente, de cinefilia, de la que estoy muy orgulloso. Pero es lógico que a los jóvenes no les interesen mis películas. A mí tampoco me interesa el mundo de los que ahora tienen 20 años. No tenemos muchas cosas en común, ni de qué hablar. No tenemos los mismos escritores favoritos, ni músicos… Ellos tienen su mundo y ahí tienen sus directores, que les dan sus películas. Pero esto siempre ha sido así.

P: En otra entrevista decías que no se te iba a recordar como cineasta sino como editor y escritor. Sin embargo, le voy a contradecir: serás recordado como el director que ganó el primer Oscar para España.
R:
No sólo para España, para nuestro idioma, que es más importante. Luego lo ganó Argentina con La historia oficial, ¿pero tu sabes el orgullo que te da haber ganado un Oscar para 400 millones? De todas formas, insisto en lo que dice Holmes: yo no creo en la posteridad para nada.

P: Precisamente, ahora se cumplen 30 años del Oscar de Volver a empezar. ¿Crees que ese premio tuvo alguna trascendencia? ¿Ha servido para algo para el cine español?
R:
No. Como tampoco han servido para nada los otros Oscar. El problema es que aquí nos falta industria. Así que da lo mismo. Pero para mi personalmente, mi mayor motivo de orgullo no es haber ganado un Oscar sino haber estado cuatro veces nominado. El abuelo, si no llega a estar La vida es bella, lo gana. Así como con Volver a empezar hubo suerte porque estaba aquella de Tavernier, 1280 almas… Pero bueno, como me decía Robert Wise, les parecía una narrativa como de casa, como si fuera de ellos. ¡Claro, he aprendido viendo sus películas! No he ido a la escuela de cine, lo he aprendido de verlo.

P: Y con esa memoria prodigiosa que tienes, ¿cómo recuerdas el momento del premio?
R:
La tenía porque ya… Pero sí, lo recuerdo bien. Estaba con Pilar Miró y le dije: “Toma el programa que voy a por el premio”. “¡Ay no digas eso, que trae mala suerte!”. Pero yo estaba seguro porque Robert Wise, Billy Wilder, Richard Brooks… me decían que iba a ganar. Y yo pensaba: “Pues será verdad, no tienen por qué mentirme”. En cambio, los otros años nunca. Fernando Fernán Gómez me preguntó, cuando ya estábamos en Los Ángeles con El abuelo, si teníamos algún chance. «Ninguno, menos que Custer en Little Bighorn…».

¿Hace 30 años? Pues fíjate… Como diría Jaime Gil de Biedma, de todo hace ya 30 años… Hace 35 que empecé a dirigir… 18 películas, que no está mal. Y una serie de televisión entera, de 13 episodios. No está mal… Es para sentirse contento, ¿no? Creo que he sido, de alguna manera, respetable. Nunca me ha dado por hacer el loco y hacer cine, entre comillas, moderno. Siempre me he mantenido fiel a lo que he creído que tenía que hacer, por encima de las modas. A Hollywood y a lo que ha significado.

Holmes & Watson. Madrid Days se estrena este viernes en los cines de toda España.