Toni Servillo: «Es fundamental que los políticos recuperen la pasión»

Paolo Sorrentino lo escogió para protagonizar una de las mejores, sino la mejor, película europea del año pasado: La gran belleza. Ahora, con el estatus de actor europeo del momento, Toni Servillo (Arfagola, 1959) aterrizó la semana pasada en Madrid para representar en los Teatros del Canal  Le Voci di Dentro, de Eduardo De Filippo. Y también ha aprovechado para promocionar su próxima película: Viva la libertà, de Roberto Andò, que se estrena el 21 de mayo.

Una fábula política en la que Enrico, secretario del principal partido de la oposición, entra en crisis tras las duras críticas recibidas. Tras esto, abandona sus compromisos y responsabilidades y se refugia en Francia, en casa de una amiga. Su ayudante, intenta salir del apuro sustituyéndolo por su hermano gemelo, un enfermo bipolar recién salido del psiquiátrico.

Servillo interpreta, con enorme maestría, a los dos gemelos: el introvertido Enrico, y el extrovertido y apasionado Ernani. «La película es una comedia, una fábula que dice que es necesaria la pasión. Es fundamental que los políticos recuperen la pasión», asegura el actor.

Pero antes de el boom de La gran belleza, Servillo ya venía de cosechar un enorme éxito en el teatro y en el cine. El cine político no es nada nuevo para él, hace unos años se metió en la piel de Giulio Andreotti en Il Divo. «Muchas películas, además de Il Divo o Viva la libertà, han hablado de política. Gomorra es una película política», recuerda.

«El hecho de volver a este tipo de cine es volver a una antigua tradición italiana, pero con un lenguaje original como ha ocurrido con Il Divo y con Viva la libertà, que es una comedia que habla de política sin esa pesadez y aburrimiento con la cual normalmente se habla de ella. Afortunadamente, los directores y los actores sienten los conflictos y la acritud que se están viviendo en la sociedad.»

En la película uno de sus personajes entra en crisis tras ver los resultados de los sondeos y los comentarios, publicados en su blog, contra su persona. Un ejemplo del gran poder que ejercen las redes sociales, ante ello Servillo se muestra tajante: «Yo no tengo e-mail, y no lo digo con esnobismo, lo digo porque cada vez que salgo al escenario puedo adivinar la reacción de la gente». 

«Temo que tener en cuenta lo que se dice en las redes sociales es como tener una alcantarilla a cielo abierto, donde todo el mundo habla sin tener ni idea de lo que está diciendo ni conocimiento de lo que está hablando», afirma.

Y lo mismo le sucede con las críticas y comentarios sobre su trabajo: «Suelo tener en cuenta a la crítica especializada, a mis compañeros y a los maestros que he seguido durante mi formación como actor.»

Viva la libertà es un retrato de una casta política que, según Servillo, «necesita un estímulo cultural para no caer en el show de cómicos».

Viva la libertà se estrena en España el miércoles 21 de mayo