Mostra de Valencia

Guillaume Canet reflexiona sobre la amistad

Hoy hemos podido rescatar de la programación dos películas precedidas por grandes expectativas: Pequeñas mentiras sin importancia, el último trabajo tras la cámara del también actor Guillaume Canet, que ha acumulado más de 5 millones de espectadores en Francia, y Fuera de la ley, una de las cinco cintas nominadas al Oscar a la mejor película extranjera en la pasada edición de los premios, dirigda por Rachid Bouchareb, con Jamel Debbouze entre el reparto.

La cinta de Bouchareb, la única de las cinco nominadas a los Oscar que aún no ha conocido distribución en nuestro país, cuenta la historia de los expulsados argelinos en los años 20, en concreto de una familia de tres hermanos que, unidos por el amor incondicional profesado por su madre y por el deseo de una Argelia libre, se ganan la vida como buenamente pueden.
Abordando esta temática y con los niveles de producción, y sin poder evitar la obvia comparación con sus compañeras de categoría en los pasados Oscar, quizá esta sea, estando a la altura, la que menos poso deja al espectador, una historia quizá demasiado ambiciosa en cuanto a extensión que realmente tiene poco recorrido en la realidad. 

El verdadero descubrimiento ha sido Pequeñas mentiras sin importancia, la última película dirigida por Guillaume Canet, un mosaico de personajes interrelacionados de diferentes formas que forman un grupo de amigos de toda la vida que, tras un accidente, deciden ir juntos de vacaciones, como todos los años. Pero las circunstancias no son las mismas.

Así, se van sucediendo una serie de acontecimientos que van dejando al descubierto esa serie de ‘pequeñas mentiras sin importancia’ que todos en algún momento decimos para no hacer daño a la gente que queremos, incluso nosotros mismos. Un entramado de relaciones, convicciones, sentimientos de culpa y amistades en prueba que consigue atrapar al espectador y llevarlo a donde quiere.

Porque la película plantea dilemas, problemas y circunstancias que, a pesar de estar protagonizados por actores de entre treinta y cuarenta años, son cuestiones universales que pueden aparecer a cualquier edad. Por estas y por otra mil cosas, entre ellas su cuidadísima selección musical, este retrato generacional que bombardea con cinismo el concepto de amistad ha conseguido más de cinco millones de espectadores en Francia, se ha estrenado hace poco con éxito en Inglaterra, y todo apunta a que hará lo propio en España. Solo hay que darle tiempo.