Harry Potter y el misterio del príncipe Compositor: Nicholas Hooper Sello: New Line Music Año: 2009 |
Harry Potter vuelve a la carga en esta sexta entrega con al parecer muchas promesas cumplidas. Con el mago y sus fans rozando la mayoría de edad, la saga ha adquirido un tono marcadamente oscuro. Harry, ya con dieciséis años, deberá enfrentarse como un adulto a las responsabilidades de la lucha contra el mal, a la caída de viejos amigos y a la dura batalla de las chicas, la más mortífera de todas. La nueva cinta, dirigida por David Yates, responsable también de la anterior Harry Potter y la orden del fénix, está cosechando soberbias críticas por esta El misterio del príncipe, y probablemente acabe el año como una de las más queridas por la crítica. Ojo con los Oscar. No sería descabellado pensar que pueda acabar entre las diez candidatas a la estatuilla.
El maestro de la batuta, John Williams, fue le responsable de idear la magia musical de los primeros Harry Potter. Su música es indivisible a la propia identidad de esta franquicia cinematográfica. Simplemente, su tema para Hedwig es uno de los mejores que ha tenido una película de fantasía. Su preciosista partitura para Harry Potter y la piedra filosofal estuvo de hecho nominada al Oscar. Lo perdió porque aquel año también competía por la maravillosa A.I. Inteligencia Artificial y porque además Howard Shore se lo llevó por otra colosal composición para cine fantástico, El señor de los anillos: la comunidad del anillo. En su segunda colaboración con la saga literaria, Harry Potter y la cámara secreta, Williams realizó un nada desdeñable score de continuidad con la ayuda del músico William Ross. Para la tercera, y la mejor película, Harry Potter y el prisionero de Azkabán el maestro se puso las pilas y reformuló los pentagramas de la franquicia regalando una joya sublime en la que mezclaba música medieval, cantos, romanticismo y aventura. Una obra maestra que se convirtió en la segunda y última nominación al Oscar para una cinta de Harry Potter. En 2005 vino el cambio. Patrick Doyle, uno de los mejores compositores de corte clásico de la actualidad y nominado al Oscar por Sentido y sensibilidad, fue designado en sustitución de Williams para componer Harry Potter y el cáliz de fuego. La decepción por no seguir contando con el maestro se tornó pronto en alegría al comprobar que Doyle era capaz de ponerse a su altura. Una épica, variada y mágica partitura esta, que seguimos sin saber por qué no recibió el aplauso de la Academia. En 2007 la designación de Yates como director hizo que un desconocido (hasta hoy) Nicholas Hooper se hiciera cargo de la nueva entrega, Harry Potter y la orden del fénix. Como era de esperar no cumplió las expectativas pero tampoco dejó mal sabor de boca, no era un mal score, sólo que un tanto disfuncional y muy lejos de las cotas de inteligencia de las otras partituras de Williams y Doyle.
La reválida de Hooper en esta Harry Potter y el misterio del príncipe está despertando airadas críticas negativas entre la comunidad de fans de la música de cine. Su trabajo dista mucho de ser comparable a cualquier cosa escuchada anterior y es evidente que con Hooper siempre estaremos ante las peores composiciones de la saga. Dicho esto, creo que la repulsa generalizada en blogs y páginas especializadas es exagerada y está fuera de lugar. Claro que Hooper no es comparable con John Williams (hablamos del mejor compositor vivo de la historia de la música de cine). Pero de ahí a decir que es mala hay un abismo. Sinceramente, pienso que si Hooper hubiera compuesto esto para otra saga fantástica que no fuera la del aprendiz de magia, muchas de estas críticas serían de otro color. Es un flaco favor para un músico que se ha enfrentado a un reto muy difícil, el de continuar una historia bajo la presión de tener como predecesores a dos monstruos de la música en estado de gracia.
En El misterio del príncipe, Hooper crea una partitura muy colorista, entretenida, variada y bastante consecuente con el trabajo que tiene entre manos. Mucho más comedida y academicista que su anterior La orden del fénix, de la que tampoco salió tan mal parado (temas como ‘Fireworks’ o ‘Professor Umbridge’ estaban bastante bien), estamos ante un score más clásico que abarca muchos registros. Hooper navega desde el oscurantismo, pasando por las fanfarrias aventureras, el jazz e incluso el swing. El problema de Hooper es que si bien crea piezas de gran estilo y belleza, éstas son tan numerosas y cortas que no se les permite un desarrollo más placentero y pausado. Hooper rellena con fantásticas ideas musicales la partitura sin definir una línea musical concreta y sin dar protagonismo a ninguno de los grandes y numerosas piezas, ninguna que defina la esencia de este El misterio del príncipe. Y es una pena porque buenos temas no le faltan, más bien le sobran.
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Suena ‘Wizard Wheezes’ y ‘The Weasley Stomp’
La partitura se abre con un breve ‘Opening’ muy bien desarrollado que se entrega totalmente al argumentario de la tensión y la oscuridad. Unas mínimas notas del tema Hedwig se disipan pronto para dar cabida a un dramático tema dedicado a Dumbledore, sin duda, un claro protagonista de esta entrega (y al que muchos verán con otros ojos en el filme tras la revelación de que el personaje es gay). Siguiendo con la música ‘In Noctem’, que se pretende sea uno de los temas destacados de la partitura, para mí no lo es. Es una bella y lenta misa en latín e inglés cantada a coro cuya espectacularidad está un poco apagada. Eso sí, con las imágenes queda de miedo. El resto de temas son mejores y son las que abren el abanico musical de esta composición. ‘The Story Begins’ es un agradecido y singular (aunque demasiado corto) tema de alegría. ‘Ginny’ en sus escasos dos minutos recoge lo mejor de esta partitura, la variedad, en ella, la melancolía, unas breves puntadas de Williams y un rítmico final de viento. Y de ahí pasamos directamente al más típico jazz en ‘Wizard Wheezes’ (como recuerdo hiciera Williams en su prisionero de Azkabán). ‘Living Death’, versión enmascarada del ‘Professor Umbridge’, ‘The Book’, el misterio magníficamente instrumentalizado, ‘Ron’s Victory’, la aventura musical más estimulante de toda la composición son algunos de los ases que Hooper despliega en esta primera parte de la partitura.
‘Harry and Hermione’, un sutil tema etéreo de cuerda, (algo que también utiliza en ‘When Ginny Kissed Harry’) quizás debería haber sido desarrollado con mayor protagonismo pues es literalmente fantástico. ‘School’, es otra de los rítmicas perlas a viento y cuerda. También hay espacio para el folclore escocés en ‘******** Aragog’, una bella pieza que también hubiera merecido un epílogo más distendido. La flauta adquiere un papel primordial en una silenciosa pero genial pieza, ‘Slughorn’s **********’. Y con ello llegamos a la parte final de este score. La parte climática final de la partitura es muy coherente y se adapta como un guante. Los temas de desenlace no son tan emotivos y líricos como cabría esperar ya que están orquestados un poco a medio gas, pero sin duda, cumplen con la cuota de grandiosidad y dramatismo. La partitura se cierra con un nuevo tema. Sí. Porque lo lógico es recoger todo lo que se ha sembrado durante el score (que aquí es mucho) pero Hooper en su estado de hiperactividad se da el homenaje de parir otra pieza: ‘The Weasley Stromp’, una estimulante marcha, que recuerda un poco a su ‘Fireworks’ de La orden del fénix.
Lo curioso de todo es que viendo la película se escucha que el score de Hooper no es utilizado en su mayoría recurriendo a temas de La orden del fénix como ‘Fireworks’ o ‘Dumbledore’s Army’, más dinámica que ésta que nos ocupa. En definitiva, estamos ante un muy buen trabajo de Nicholas Hooper, que a buen seguro sirve excelentemente bien a la película. En la escucha aislada es entretenidísima y satisfactoria, en conjunción con las imágenes muy correcta. Obviamente, no alcanza la inteligencia y el buen hacer de sus predecesores. Además, sigue sin aportar una estructura sólida de ensamblaje y desarrollo de ideas, vamos que carece de ella. Sin embargo, eso lo suple con una creación infinita de numerosos temas fantásticos. Le pese a quien le pese, ésta es una de las mejores partituras en lo que llevamos de año.
Hooper ha declarado recientemente que «siempre supe en mi corazón que determinado compositor cuyo nombre sabéis con certeza [John Williams] debería hacer la última, puesto que fue él quien lo empezó todo. Con respecto a la penúltima, [habla de Harry Potter y las reliquias de la muerte, Parte I] no lo sé. Pero tristemente, no. Yo necesitaba abandonar en este punto.» Ante la noticia de la marcha de Hooper, esperemos Warner Bros anuncie pronto el secreto a voces, el retorno de John Williams, o en su defecto, a Patrick Doyle (quién podría hacer esta penúltima si el maestro tiene problemas de agenda). Pero antes démosle las gracias a Hooper. Se lo ha currado.
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Suena ‘Dumbledore’s ********’
LO MEJOR: La variedad de temas, estilos, y la versatilidad instrumental de Hooper a la hora de afrontar los distintos géneros (aventura, amor, acción, folclore).
LO PEOR: Los temas son sencillos. Igualmente la ausencia de uno que identifique el conjunto y de una estructura sobre la que se desarrollen e interactúen los temas. También lo que tiene uno que leer por ahí acerca de esta banda sonora.
EL TEMA: Muchos. Yo destacaría ‘The Weasley Stromp’, ‘******** Aragog’, ‘Harry and Hermione’, ‘Ginny’ y la más melodramática ‘Dumbledore’s ********’. Pero hay tantos que podría hacer otra selección alternativa.
Pistas (se han omitido ciertas palabras para evitar spoilers)
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