3notitas

James Newton Howard se entrega a la multiplicidad

La comedia de espí­as de la temporada, protagonizada por Clive Owen y Julia Roberts, cuenta con la música de uno de los más prolí­ficos y versátiles compositores de la actualidad. Recientemente nominado por Resistencia, en Duplicity cambia absolutamente de registro sorprendiéndonos con una partitura fresquí­sima, variada y bastante disfrutable.

Duplicity, de James Newton HowardDuplicity es la nueva apuesta de Tony Gilroy tras el petardazo que dio en los Oscar con su magní­fica Michael Clayton. Siguiendo la misma estela de la corrupción empresarial pero desde el punto de vista de la comedia, y con los protagonistas de Closer, contruye una enrevesada trama con un aire muy teatral en la que destaca la quí­mica de sus protagonistas. Al margen de si el resultado es bueno o es un pestiño, el director vuelve a contar con James Newton Howard a quien le cayó una inesperada candidatura al Oscar del cielo por su Michael Clayton, una partitura bastante correctita para estar nominada. Con Duplicity, un filme con aire menor, Howard le ha devuelto el favor con creces. Estamos ante una composición muchísimo más elaborada y con muy buenos toques de género.

El gusto está en la variedad. Ese sería el leit motiv de esta partitura en la que cada tema da un bandazo aunque dentro de una misma estática acústica: temas modernos, dinámicos que sugieren acción desenfadada, romanticismo al más puro estilo latino, y texturas abstractas. Duplicity contiene 23 temas instrumentales, en general bastante cortos pero igualmente muy concentrados. Es muy difí­cil quedarse con uno en concreto porque son muchos y muy buenos. Quizás lo más importante sea su conjugación con las imágenes que es excelente, ya que Newton Howard logra darle el tono buscado a cada uno de las escenas. Esto se antoja más difí­cil de lo que parece ya que, en mi opinión, guión y dirección juegan un tanto a desconcertar al espectador quedando la música como recurso más fiable del tono de ciertas escenas.

El peligro de esta partitura es que su música, altamente desenfadada se tome en cuenta como un trabajo menor, cuando en realidad es un trabajo difí­cil y muy conseguido. Una gran carga de jazz, guitarras electrónicas y sintetizadores nos explota ya en el primer corte, War, para acompañar la pasadí­sima escena del principio. El ritmo latino y el suspense se convierten en la fórmula perfecta para definir la relación de los protagonistas que queda en el soberbio tema central, que se puede escuchar en Following Claire, y que es versionado a lo largo de la composición haciendo referencia al misterioso producto secreto. Entre tanta acción también hay momentos de intimidad en cortes como Rome Hotel, que sustentados por una guitarra española muestra la parte amarga de una relación amorosa basada en la mentira. Trompetas al más puro estilo cubano (Split to Miami), rockerismos ensanchados (Split to Cleveland), texturas atmosféricas a piano (A cream or a Lotion?), todo cabe en Duplicity. El por qué de tanta variedad está en la absoluta fidelidad de la msica que James Newton Howard ha tenido con las imágenes. Es evidente el compositor ha asumido un papel dinamizador para electrificar las ya de por si excitadas secuencias y ha intentado no repetirse.

El resultado es una partitura de esas que te puedes poner mil veces porque siempre apetece escuchar. Jovial y divertida, quizás peca de estar fragmentada en exceso rompiendo demasiadas veces el ritmo y cambiando de género cada dos por tres. Pese a ello, hay que reconocerle la creación de muchos y buenísimos temas aunque se queden cortos para poder dar cabida a todos los cortes. Algunos son muy recomendables como Miami Hotel, The Formula o Duplicita a Due.

Llevo unos dí­as haciendo un repaso a las partituras que durante cuatro años estuvieron nominadas en esa extraña categorí­a de mejor partitura en comedia/musical (1995-1998). Si bien su origen se debió a una coyuntura especial que podemos denominar como terremoto Menken, es cierto que permitió sacar a la luz magní­ficos trabajos musicales para comedia que jamás hubieran soñado ser nominados al Oscar (que se lo digan a Marc Shaiman). En esos cuatro años, al menos en tres de ellos, la calidad de las partituras de comedia superaba a las de drama. Un dato que nos deberí­a llamar la atención sobre el nivel de composición de las mismas. Aunque esta división, en esencia injustificada, se corrigió en 1999, desde entonces es muy complicado que una comedia (a no ser que sea de animación) consiga una nominación al Oscar de música, lo que de algún modo queda como una cierta injusticia. Y seguimos en esas porque pese a que se lo pueda mercer, ¿a quien se le ocurre que Duplicity pueda ganar el Oscar?

3notitas
Compositor: James Newton Howard
Sello: Varese Sarabande
Año: 2009
Escucha o compra este disco: iTunes