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Partituras sin Oscar: ‘Cleopatra’ de Alex North

cleopatra
Edición coleccionista de Varèse Sarabande (2001)

Cleopatra (1963)
Cleopatra (1963)

Nota: 10/10

Compuesta y conducida por:
Alex North
Producido por:
Nick Reiman y Robert Townson
Duración: 151:01
Sello: Varese Sarabande
Fecha de lanzamiento: 20 de marzo del 2001
Disponibilidad: A la venta en edición física en la distribución habitual. Su digital se puede adquirir en Amazon y en iTunes.

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Un extracto de la BSO; Suena en ella el tema de Cleopatra y Marco Antonio.

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Suena el ‘Main Titles’

Años 60.
Entrega 1/7 del reportaje ‘Partituras sin Oscar

Os invitamos a disfrutar de un reportaje en varias entregas por las partituras que la Academia se dejó en el tintero. Para hacerlo más ameno, os presentaremos una banda sonora por cada década y no se mostrarán por orden cronólógico sino aleatorio. En esta primera toma, nos zambullimos en los años sesenta y como exponente, Cleopatra (1963) del genial Alex North, que tiene el dudoso honor de ser el músico más perdedor de la historia de los Oscar.

Cleopatra es conocida por los cinéfilos como uno de los mayores fiascos en la historia del cine. La gran superproducción de la 20th Century Fox, que casi le lleva a la quiebra, costó 44 millones de dólares (7 fueron sólo para Elizabeth Taylor) el equivalente a casi 300 millones en la actualidad, lo que la convierte en la segunda película más cara de la historia del cine. Los continuos retrasos, las ganas que se le tenía a las grandes producciones, el formato panorámico del marido de La Taylor y el escandaloso romance entre Taylor y Burton hicieron mucho daño al film que aunque recaudó 24 millones necesitó muchos años para recuperar la inversión. La película llegó a la ceremonia de los Oscars con nueve nominaciones (película, actor: Harrison, sonido, montaje, fotografía, dirección artística, vestuario, música original y efectos visuales) y dos grandes olvidos intencionados: mejor director (Joseph L. Mankiewicz) y mejor actriz (Elizabeth Taylor). Al final se llevó cuatro estatuillas técnicas (fotografía, dirección artística, vestuario y efectos visuales) que supieron a muy poco.

Quizás el Oscar que más batalló y al final perdió fue el de música original que supuso una lucha enconada entre Alex North y John Addison, quien finalmente se hizo con el triunfo gracias a que su película, Tom Jones, se alzó como la gran vencedora de la noche. North perdía así una de sus catorce oportunidades que nunca se materializaron en premio. Addison creó una dicharachera y estimable partitura a modo de concierto con acordeón, piano, saxofón y banjo, entre otros instrumentos. Sin desmerecer la calidad de este trabajo de Addison (que obtuvo en 1972 otra nominación por La huella), la verdad es que no se entiende que esta obrita menor batiera a músicas colosales como 55 días en Pekín de Dimitri Tiomkin, La conquista del Oeste de Alfred Newman & Ken Darby y sobre todo, a la música de Cleopatra

Imprescindible en la música de cine, a Alex North (Chester, 1910-1991) es claramente el artífice de la modernizaciónn de la música del cine bajo los estándares clásicos. Su primera partitura la compuso para Un tranvía llamado deseo (1951), una excelente partitura en la que utilizaba el jazz como herramienta melódica, algo inaudito hasta la fecha. Tal fue el éxito que no pararon de lloverle ofertas. Desde entonces, la industria presenció cómo desvistió a la música mexicana de estereotipos en ¡Viva Zapata! (1952), imprimió sensualidad erótica al cuerpo de Marlo Brando en El largo y cálido verano (1958), y realzó el dramatismo dañino de Elizabeth Taylor en ¿Quién teme a Virginia Wolf? (1966). Su obra maestra según la comunidad cinéfila probablemente sea Espartaco (1960), la épica hecha música y una de las bandas sonoras más apreciadas y vendidas de todos los tiempos. Qué pena que aquel año se las viera con uno de los temas más distinguidos de la década, la melodía de Éxodo de Ernest Gold, quien se llevó el único Oscar de su carrera. Tampoco triunfó con una de las canciones más famosas del celuloide: ‘Unchained Melody’ de Sin cadenas (1955), y que décadas más tarde popularizaría Ghost (1990). Tras una extensa filmografía la Academia no se dignó a premiarle las dos veces que estuvo nominado en los ochenta por Dragonslayer (1984) y Bajo el volcán (1985). Así, un año más tarde, Quincy Jones le hizo entrega del Oscar honorífico y con ello, se convirtió en el primer músico en recibirlo (el segundo y último fue Ennio Morricone en 2006).

Sin embargo, yo me quedo con Cleopatra por varios motivos. Fue una de las partituras más complicadas del cine. Alex North hizo literalmente virguerías para mezclar todos los elementos instrumentales que previamente había grabado y hacer mover a una de las orquestas más multitudinarias que jamás ha tenido una composición. Por otro lado, Cleopatra es un punto de convergencia entre la antigua narrativa y estilo musical de los clásicos como Alfred Newman o Max Steiner y la experimentación de la llamada Edad de Plata de los compositores. La introducción de estructuras y sonidos modernos asombró a la audencia en su momento. Y permitirme que aquí haga un apunte. Como bien corrigió Desplat a un periodista hace poco cuando le preguntó por las nuevas influencias experimentales en el cine, la verdadera experimentación en la música de cine la hicieron los grandes maestros en las décadas de los 50-70. Lo que hay ahora es simplemente la mezcla de sonidos y silencios. Cleopatra es un ejemplo exquisito de cómo se revoluciona el arte de escribir una melodía, de darle forma y color con el tempo y las interpretaciones. Y como prueba el disco editado en su día se convirtió en un gran éxito de ventas.

Y pese a ser una de las grandes composiciones del cine, no ha disfrutado de una edición a su altura hasta 2001. La maldición que pesó sobre el filme hizo que gran parte del público y sus responsables hayan renegado de ella por décadas. La pasión por preservar las obras importantes de nuestro cine hizo que con el nuevo milenio se estrenara un DVD con una edición restaurada, de lujo y con extensos extras reconociendo así el valor histórico de esta cinta. La edición especial de su banda sonora fue la guinda del pastel. Hasta ese año nos habíamos conformado con una edición muy buena pero incompleta del sello Tsunami. Fueron los artífices de Varèse Sarabande quienes con mucho amor restauraron con paciencia y en un esfuerzo titánico, practicamente toda la partitura de Alex North para Cleopatra, nada más y nada menos que dos horas y media con un diseño exquisito.

Como decía, Cleopatra es la conjunción dos grandes corrientes de la música de cine: la clásica y la moderna. Contiene grandes y arrebatadoras melodías: dos cautivadores temas de amor, canciones para situar a cada personaje, para cada sentimiento, para describir la acción y todo, bajo el perfecto velo de la interpretaciones orientales de la orquesta. La partitura, según la presentación de Varèse, se estrena con la obertura (‘Overture’), que nunca se escuchó en el LP original, una fantástica fanfarria (que North calificó como «bolero egipcio») que sirve para describir el poderío de la reina de Egipto. La mezcla de cuerdas, percusión, mandolinas y arpa en esta pista es especialmente asombrosa. North introduce dos temas de amor: uno para describir el amor con Julio César y otro con Marco Antonio. El primero se puede escuchar en los ‘Main Titles’ y en ‘Etr’acte (Caesar & Cleopatra)’, una suerte de embrujo melódico, una de las más bellas melodías del cine de la década, con la altivez y la clase para representar la talla política de los dos enamorados. El segundo tema de amor, el de Cleopatra con Marco Antonio, se disfruta en los cortes ‘Exit (‘Antony & Cleopatra’)’ y ‘Antony and Cleopatra’s Love’. Menos provisto de adornos y mucho más apoyado en el fulgor de la cuerda, describe con intenso tono el arrebato desmedido de amor entre la faraona y el militar romano. Pero North hila mucho más fino. Es capaz de describir la terrible enfermedad del César (‘Epilepsy’), la soledad de la desdichada Calpurnia, su antigua mujer (‘Calpurnia’) o los sombríos infiernos del despecho (‘Love & Hate’). North cubre todos los espectros, desde la fragilidad de los parpadeos de Cleopatra hasta las monumentales guerras de los ejércitos. Su portentoso talento para aunar recursos experimentales e integrarlos con la estética musical del cine clásico hacen de esta banda sonora una joya, una obra que con las décadas ha recobrado su lugar en el panteón de los tesoros del cine.

LO MEJOR: Todo, sus temáticas, su pulcra incidentalidad, sus recursos sinfónicos, etc.

LO PEOR: Que la Academia no le diese el Oscar.

EL TEMA:
‘Main Titles’

Pistas

CD1: 76:12

1. Overture
2. Main Title
3. Pharsalia
4. Caesar To Egypt
5. The VIP’s / King Ptolemy
6. Pompey’s ring
7. A Gift For Caesar
8. Only Yesterday
9. Epilepsy
10. Great Library
11. Moon Gate
12. Taste Of Death
13. Sympathy
14. Coronation
15. Fertility
16. Alexander’s Tomb
17. Calpurnia
18. The Fire Burns / Son Of Caesar
19. Caesar’s Departure
20. Cleopatra enters Rome
21. By Divine Right
22. Death In The Garden
23. Caesar’s Assassination
24. Requiem
25. Farewell
26. Entr’acte (Caesar & Cleopatra)
27. Hail Antony
28. Isis
29. Love Theme (Reprise)

CD2: 74:49

30. Cleopatra’s Barge
31. Most Becoming
32. Food
33. Antony And Cleopatra In Tarses
34. Bacchus
35. Antony And Cleopatra’s Love
36. One breath Closer
37. Love And Hate
38. Athens
39. Cleopatra’s Ambition
40. War
41. Interlude / Sea Battle
42. My Love Is My Master
43. Two Heads
44. Better Late Than Never
45. Cleopatra’s Son / Antony’s Camp
46. Never Fear
47. Grant Me An Honorable Way To Die
48. Antony’s Retreat / Transition
49. Dying Is Less Than Love
50. Octavian The Victor
51. Antony…Wait
52. Epilogue
53. Exit Music (Antony And Cleopatra)