La ternura y diversión de la relación de un adulto con una chica autista, la revisión histórica y familiar del último presidente de la Segunda República, el testimonio de lo que supone la enfermedad del alzheimer y un viaje de la mano del arquitecto Norman Foster por sus edificios más representativos son los temas de los cuatro documentales que compiten en esta interesante categoría.
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María y yo |
Pablo López Desde que comenzara su carrera allá por el mes de abril en el Festival de Málaga, todo han sido alegrías para María y yo. No es para menos. Éste documental basado en la novela gráfica homónima de Miguel Gallardo es un golpe de aire fresco al género en España, una cinta en la que la vitalidad, la alegría y las ganas de vivir son el hilo conductor de una historia que sirve también como acercamiento del espectador hacia el autismo. Por si no fuera suficiente, el empaque y la entereza con la que está filmada y montada esta película documental suponen un trabajo más que notable dentro del género, ya que no solo demuestra la preocupación de sus responsable por mostrar y documentar el tema en concreto, sino también un interés poco usual en el género por hacer una película divertida, entretenida y lo más cercana y disfrutable posible para el espectador. Un prodigio, sin duda. |
Ciudadano Negrín |
Samuel Pérez El único documental nominado que aún no ha gozado de estreno en salas comerciales viene firmado por tres directores: los reputados Imanol Uribe (Días contados), Sigfrid Monleón (El cónsul de Sodoma) y Carlos Álvarez. Encuadrado en la vertiente histórica de los documentales, es un agudo acercamiento a la figura de Juan Negrín, jefe de gobierno de la Segunda República, principalmente a través de los testimonios de sus dos nietos Carmen y Juan. No sólo se enumeran los logros políticos y sociales de esta figura bastante olvidada del pasado reciente de nuestro país, sino que además se nos muestra su lado más personal a través de una serie de películas domésticas que filmó en el exilio. Un trabajo digno, entrañable y educativo. |
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Bicicleta, cuchara, manzana |
Fernando de Luis-Orueta El documental de Carles Bosch es una cinta cómica y trágica por momentos, dotada de un empaque visual y una realización más que notables. A lo largo de sus casi dos horas, Bicicleta, cuchara, manzana se cuela por todas las rendijas de la vida del ex-presidente Pasqual Maragall y su familia, retratando con delicadeza pero sin rubor al político catalán cayendo poco a poco en el abismo del alzheimer. Los momentos emocionalmente más intensos llegan con las confidencias del matrimonio a la cámara, cuando por un lado el político se lamenta de su falta de libertad y por otro su mujer se queja amargamente de que es ella quien la ha perdido por las muchas atenciones que necesita su marido. Bicicleta, cuchara, manzana resulta, en fin, una especie de despedida de un político brillante y comprometido con su causa, pero también un toque de advertencia: tempus fugit y cada cual que lo exprima lo mejor que pueda. |
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How much
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María Pérez
¿Cuánto pesa su edificio, Mr Foster? es un documental atractivo, acrítico, hecho desde la admiración al arquitecto inglés de más éxito en la actualidad, Norman Foster, un hombre de indudable carisma (como puede verse aquí) que ha proyectado edificios muy fotogénicos y simbólicos por todo el globo, desde Barcelona o Madrid a Pekín. Éstos estan retratados, no para su estudio, sino para mostrar su espectacularidad y asombrar al espectador; no para cuestionar, sino para reafirmar su brillantez como arquitecto. Al largo paseo para acompañar al arquitecto por sus creaciones se suman las declaraciones, siempre en clave de loa, de otros artistas contemporáneos como Richard Serra, Anthony Caro y Anish Kapoor, y de laureados críticos como Paul Goldberger, que llama a Foster «el Mozart de la arquitectura contemporánea». Así que podemos decir que este documental, salvo algunos datos más personales o familiares, no revela nada nuevo sobre Norman Foster, aunque muestra imágenes de indudable belleza y magnificencia y será muy apreciado por los aficionados a su obra y a la arquitectura de nuestro tiempo. |
Debería ganar: María y yo
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