Dos previos ganadores en esta categoría, dos novatos, una estrella intentando recuperar el brillo del pasado (o vivir de las rentas)… y el eterno candidato. Este es el sexteto propuesto este año para alzarse con el Emmy al mejor actor de comedia. Y si la cosa no se tuerce parece que finalmente Michael Scott, el alter-ego de Steve Carell en The Office, podrá decorar su estantería con algo más que un «Dundie». Repasemos a los nominados.
Alec Baldwin por Rockefeller Plaza (30 Rock)
Cinco años de Rockefeller Plaza y cinco nominaciones al Emmy es lo que le ha reportado a Alec Baldwin el personaje bombón que ideó su ya amiga Tina Fey: Jack Donaghy. Aunque ya tenía otras cuatro nominaciones anteriores por otros proyectos. Lo que está claro es que los Emmy adoran a Baldwin. Y no es para menos: lo que los americanos llaman el deliver, en el caso de Baldwin funciona como un reloj suizo. Absolutamente cómodo ya con el personaje, se ha entregado durante esta temporada a la aventura de ser padre y a la pérdida de su compañera sentimental a manos de un dictador norcoreano. Sin pestañear y sin perder ese sosegado tono de voz que le caracteriza. Su Donaghy ya le ha hecho ganar dos veces, por la 2ª y 3ª temporadas, cuando la serie tuvo su momento de máximo esplendor. A pesar de que este año hemos recuperado las tramas más marcianas de 30 Rock, el sentimiento general es que el momento de Baldwin ya ha pasado y tiene que dejar paso a sangre nueva. O mejor: dejar que lo gane alguien que lleva más tiempo intentándolo.
Steve Carell por The Office
Cuando comenzó The Office en el 2005 casi nadie sabía quien era Carell. Tan solo había salido en algún rol secundario en comedias como El reportero o Como Dios. Seis años más tarde se ha convertido en un referente de la comedia actual y ha participado en largometrajes como Virgen a los 40, Pequeña Miss Sunshine, Superagente 86 o Noche loca. Pero, y a pesar de que ganó el Globo de Oro durante el primer año, temporada tras temporada el Emmy se le escapaba de las manos debido a algún Baldwin, Shalhoub, Gervais o Parsons que se le cruzaba en el camino. Pero todas las apuestas apuntan a que eso va a cambiar: tras seis nominaciones consecutivas y anunciar su abandono de la serie (con lógica, que seis años es mucho tiempo) sería completamente catártico que tanto Carell como el entrañable e irritante personaje que ha construído, se alcen con el premio por un capítulo que se titula precisamente ‘Goodbye Michael’, y en el que se mezclan las risas con las lágrimas, de esa forma que tanto gusta a los votantes. Si gana, nadie podrá poner ningún pero. Será justicia poética.
Louis C.K. por Louie
Este cómico curtido en los monólogos de los escenarios neoyorquinos viene, como tantos otros, de la escuela del Saturday Night Live, aunque se ha prodigado mucho más como guionista (para Chris Rock, Conan O’Brien, David Letterman) que como actor. Ya probó suerte con Lucky Louie, una serie para la HBO que duró un par de temporadas. Y el año pasado, aparte de aparecer en Parks & Recreation, decidió montar para la cadena FX otro nuevo proyecto en plan Juan Palomo: dirige, escribe, actúa… y se titula como él. Y es sobre él. Sin ser sobre él. Siguiendo la estela de Larry David, vemos la miseria de su otro yo ficticio: divorciado, regordete, inútil con las mujeres pero con una labrada reputación en los circuitos del stand-up comedy. El capítulo por el que compite, ‘Bully’, representa la máxima humillación que un adulto puede sufrir de manos de un adolescente. Y Louis C.K. lo clava con toda la humanidad del mundo, aunque a veces queramos estrangularle. El encanto y el estigma del loser. Es el favorito de la crítica más entendida, pero el carácter minoritario de la serie le resta muchas posibilidades. Aunque ya se han visto victorias más improbables.
Johnny Galecki por The Big Bang Theory
La verdadera sorpresa de los Emmy en esta categoría no ha sido la inclusión del desconocido Louis C.K., sino la nominación de Johnny Galecki, sobre todo teniendo en cuenta que The Big Bang Theory es considerada por muchos como «el show de Sheldon» (su compañero y ganador el año pasado, Jim Parsons). Galecki ha vivido durante tres temporadas a la sombra de un co-protagonista bendecido con el rol estrella. Pero su Leonard es quien verdaderamente alberga el corazón de la serie, el personaje que realmente evoluciona: se enamora, sufre y cambia. Y todos esos esfuerzos por parte del actor por componer un personaje que trascienda la mera caricatura por fin han dado sus frutos. Quizá el episodio propuesto, ‘The Benefactor Factor’ no es el que mejor lo demuestre, pero sí es de los que tiene una de las tramas más divertidas, incluyendo una aparición de la magnífica Jessica Walter (Arrested Development). No es el caballo ganador ni de lejos, pero sí puede ser la piedra en el camino de su compañero si los votantes fans de la serie terminan repartiendo el voto entre ambos.
Matt LeBlanc por Episodes
Segundo personaje nominado por interpretarse a sí mismo, sin ser él mismo. Parece ser que la moda de autoparodiarse vive su momento más álgido y la cadena Showtime ha querido tener su propio Larry David, aunque dándole una vuelta de tuerca. Porque el protagonista de la serie no es Matt LeBlanc, sino la pareja de guionistas británicos que viajan a Hollywood a adaptar su gran éxito televisivo… y les encasquetan a Joey Tribbiani. Siete años después del final de Friends, por la que consiguió sus tres previas e inexplicables nominaciones al Emmy (por las tres últimas temporadas además, las más flojas) y tras el fracaso de su spin-off, que aun así duró dos años, ha estado un lustro viviendo de las rentas. Y su regreso a la pequeña pantalla es… vivir de las rentas. Porque en pocas ocasiones hemos presenciado una mayor simbiosis entre actor y personaje que la de Matt y Joey. Matt Tribbiani. Joey LeBlanc. Uno ve Episodes y le cuesta realmente discernir al actor del personaje. Desconozco si LeBlanc puso tanto de sí mismo en Joey que se le fue de las manos. O si el personaje se le subió tanto a la cabeza que se lo creyó. Pero en 17 años no hemos evolucionado de la media sonrisa seductora y los ojos como plato de sorpresa. Nada. Verle actuar no duele, porque es una cara ya tan familiar como la del vecino de al lado. Pero de ahí a darle un premio por su calidad interpretativa media un abismo.
Jim Parsons por The Big Bang Theory
El ganador del año pasado viene a defender y revalidar su flamante Emmy. Con ésta consigue su tercera nominación y va a por todas para repetir premio. Sus bazas a favor: The Big Bang Theory es probablemente la comedia más popular del momento en EE UU, su personaje está comenzando a entrar dentro del terreno de lo icónico, como Bart Simpson o Sophia Petrillo, y su calidad interpretativa no ha descendido ni un ápice. Es más, la aportación este año de una partenaire como Mayim Bialik (sí, la de Blossom, y está divertidísima como la versión femenina de Sheldon), sin darle profundidad, porque no hay personaje más hermético y cerrado que Sheldon Cooper, sí ha propiciado un sinfín de situaciones desternillantes. Como en ‘The Agreement Disection’, donde se besan por primera vez y, además, Sheldon resuelve una disputa doméstica con su compañero de piso gracias a un capítulo de (no podía ser de otro modo) Star Trek. Sus bazas en contra: como ya hemos dicho, competir contra su compañero puede hacerle daño. Y tampoco ayuda el hecho de que muchos sólo vean a su personaje como un arquetipo. Y verdaderamente lo es, pero es el arquetipo que más me hace reir en la televisión actual.
Ganará: Steve Carell por The Office
Debería ganar: Jim Parsons por The Big Bang Theory