‘A la sombra de la cruz’, la rutina del Valle de los Caídos

En un idílico entorno de la sierra de Madrid se yergue imponente una inmensa cruz ubicada sobre una basílica excavada en la piedra de la montaña. El Valle de los Caídos, que tantas tensiones ha generado y sigue generando en la actualidad es el espectacular paisaje que envuelve y viste a A la sombra de la cruz, el documental de Alessandro Pugno sobre la escolanía de la Abadía de la Santa Cruz, un centro educativo que se resiste al paso del tiempo y lucha por sobrevivir ante las muchas adversidades sufridas.

Tras su descubrimiento en el octavo Festival Punto de Vista de Pamplona, donde compitió en la sección oficial, y su participación en DocumentaMadrid este mismo año, llega, primero a las salas del Matadero de Madrid, y más adelante a otros recintos de exhibición. Produce Antonio Saura, que ya puede presumir de tener entre el palmarés de la cinta el premio al mejor documental en el pasado Festival de Málaga.

Cincuenta niños aproximadamente, llegados de todas partes de España, son los que forman el coro de voces blancas que según su historia están encargados de contribuir a dotar de mayor solemnidad a las celebraciones litúrgicas de la Basílica del Valle de los Caídos. Además de formación musical, también reciben formación académica y guía espiritual dentro de unos cánones anclados en el tiempo desde su fundación en 1958.

En este caldo de cultivo, propenso al exabrupto ideológico, se desarrolla este documental que tiene como principal atractivo, más allá del tema que refleja, conseguir salir airoso durante sus 70 minutos de interesante y preciosista desenvoltura en las instalaciones como un documento objetivo que no interviene en la realidad y que plasma de una manera clara el día a día de la Escolanía sin maniqueísmos ni juicios.

Los inconvenientes burocráticos y políticos tan discutidos en otros medios aquí forman parte del día a día de esta institución cuyo único esfuerzo es el de formar a un grupo de niños en sus creencias, y así, podemos ser testigos del devenir de algunos de los pupilos a lo largo del tiempo dentro de la institución. Resulta curioso como el faraonismo arquitectónico ayuda a dotar de majestuosidad cualquier tipo de actividad cotidiana independientemente de la relevancia, desde las misas al aire libre bajo la nieve, como los juegos de los niños en tiempos de recreo. Todo ello, recordemos, sin emitir ningún juicio, aquí todo queda en manos del espectador.

A la sombra de la cruz se estrena hoy día 20 de Junio en el Matadero de Madrid, donde comienza su carrera comercial.