Ese niño que huía de un ogro sentado en una barcaza, que vio la luna reflejada en los campos y se dejó querer por las aguas del río. ..fuí yo.
La estampa: una noche de verano, ya tarde, y un jovencito de dieciocho años mirando embelesado y atemorizado un bello cuento de horror.
La película: La Noche del Cazador, única dirigida por ese genio de la interpretación llamado Charles Laughton.
La escena: Una de las más maravillosas de la historia del cine. Me habría gustado rodarla y perderme por esos campos a medianoche, encontrando magia en cualquier orilla de ese río.