LA MALDICIÓN DEL HOMBRE ARAÑA Y LA BENDICIÓN DEL FAN DEL CÓMIC(Crítica de la película “Spiderman”,Sam Raimi,2002)

No me cuesta ningún trabajo pensar en el fan de un cómic que lleva años esperando a que la pantalla grande se acuerde de su superhéroe favorito. Es esto precisamente lo que le sucedía a aquel adolescente de los 60, la época en la que la Marvel se sacó de la manga a Spiderman, que veía como en pleno siglo XXI su superhéroe favorito no había gozado aún de una digna traslación a la gran pantalla. La suerte de aquel y otros muchos millones de fans cambió cuando la Columbia se propuso realizar “Spiderman” con un director de culto como Sam Raimi ,y con dos estrellas cuya valía había sido demostrada con creces en películas menos sonadas,Tobey Maguire (rechazado en principio por el estudio debido a su falta de atractivo fisico) y Kirsten Dunst. Con nombres así a bordo del proyecto, no era difícil imaginar que el resultado seria , cuanto menos, digno. Lo que supuso una verdadera sorpresa fue la respuesta de un público entusiasmado que convirtió la película en el éxito de 2002 y en uno de los filmes (el quinto para ser exactos) más taquilleros de la historia del cine. Semejante respuesta popular cabría buscarla en la identificación que la gente puede establecer con un superhéroe que no es más que el tímido adolescente marginado por el resto de sus compañeros. Sin embargo, no sería suficiente para explicar un éxito que tuvo una amplia representación demográfica.

Lo primero que habría que resaltar de la película sería su guión,en el que causa y efecto siempre van de la mano.Buen ejemplo de ello son las razones que llevan a Spiderman a realizar determinadas acciones:luchar contra la delincuencia callejera es la consecuencia de la muerte de su tio a manos de un ladrón;diseñar un traje de hombre araña para pelear en una especie de combate sensacionalista y televisado tiene su explicación en el deseo de ganar un dinero para impresionar a su amada Mary Jane.También me gustaría destacar la tridimensionalidad de los personajes, ayudada, eso sí, no sólo por el guión, sino por unos actores perfectos para el rol que desempeñan.Tobey Maguire logra dotar a Peter Parker de complejidad.El espectador se emociona junto a él cuando descubre sus poderes (magnifico picado de Raimi con la sorprendida cara de Maguire y una telaraña en primer término que le hace comprender que fue la picadura de un arácnido la que le otorgó sus anómalas virtudes),y comprende que ser un superhéroe es una bendición y una maldición que puede apartarlo de sus seres más queridos .Peter Parker es un chico normal, acomplejado,timorato,con el que es fácil identificarse, y esto es posible gracias a alguien fisiológicamente normal como Tobey Maguire.El actor es además lo suficientemente expresivo(con una gran mirada )como para dotar de humanidad lo que perfectamente podría haber sido un blandengue estereotipo(se me pone la piel de gallina pensando que le llegaron a ofrecer el papel a gente de “cualité” como Freddie Prinze Jr. o Paul Walter). Kirsten Dunst es otro gran acierto para el papel de Mary Jane, el eterno amor de Spiderman,la adolescente indecisa que sufre las miserias de una mala infancia y un mal hogar.El guión de la película les dá el suficiente interés como para que la película tenga solidez.Además, es redondo, todas las secuencias aportan algo y comienza y termina con el recurso de la voz en off de Peter Parker.

Otro elemento digno de mención es el montaje y las transiciones. Hay momentos en la película realmente sorprendentes gracias a este elemento. El mejor ejemplo que se me ocurre corresponde a la secuencia del diseño del traje de Spiderman, con una serie de imágenes superpuestas, dibujos y fundidos que respiran cómic en cada fotograma.También se da paso de una secuencia a otra de manera harto creativa:los trozos de madera resultantes de una explosión se convierten en los sombreritos típicos de las graduaciones americanas; o la araña del traje de Spiderman dá paso, con su forma, a uno de los impresionantes travellings aéreos del superhéroe trepando y saltando entre la jungla de asfalto neoyorquina. No cabe duda de que estamos ante uno de los mejores montajes del cine americano de los últimos años. Además, Sam Raimi adereza las virtudes de su filme con guiños para los espectadores más avispados: el cameo casi inadvertido de Stan Lee,e l creador de Spiderman, o la copia casi exacta de la imagen más famosa de “Posesión Infernal”(la película más conocida y reconocida de Raimi hasta la llegada del hombre araña), la de la mano surgiendo entre los escombros.

Dicho todo esto, ¿es Spiderman una película perfecta? Evidentemente no lo es.Y no porque sea comercial hasta la médula, con la música (buena música) de Danny Elfman acompañando cada fotograma, el recurso fácil del plano-contraplano o la espectacularización de los muy numerosos primeros planos. A menudo, la película se explica demasiado. Peter Parker descubriendo que el ladrón que dejó escapar es el mismo que ha matado a su tio a través de enfáticos insertos del mismo, o pasajes que se acompañan del recuerdo de la voz en off de algún personaje(lo cual no deja de ser obvio y reiterativo) son los mejores ejemplos que se me ocurren. La película también cae en el ridículo en más ocasiones de las que debiera. El traje del Duende Verde se parece al de un Power Ranger, los esqueletos de la gente que mata en un determinado plano sobran y son propios de una película más ingenua y estúpida que ésta, y algunos efectos especiales son demasiado parecidos a un mal videojuego (los picados de Peter Parker saltando de tejado a tejado están sacados directamente de “Matrix»).

A pesar de todo, Spiderman es un interesante y entretenido espectáculo que propone a uno de los superhéroes más famosos de la historia del cómic como a un adolescente ansioso de cambiar su vida que acaba descubriendo las responsabilidades y las obligaciones del mundo adulto a través de un poder en principio halagador,pero maldito a largo plazo. La película de Sam Raimi, sin ser una obra maestra esencial, supone la esperanza del maltrecho consumidor de palomitas de que ver cine comercial no tiene por qué suponer ver cine estúpido, prefabricado y sin alma.

VALORACIÓN:

Trailer exclusivo de la película