Corría el año 1972 y el señor Chaplin, una de las figuras más grandes de la historia del cine, recogía un Oscar que se le había negado durante toda su carrera. Exiliado voluntario de Estados Unidos después de su romance escándalo con una menor de edad, Chaplin era demasiado progresista y demasiado artista para ser aceptado del todo en el establishment de Hollywood. El creador de Charlot, de un tipo de comedia humanista ejemplificada en cintas como «Tiempos Modernos» o «El gran dictador»(en donde ejercía de actor, protagonista, montador o compositor de la banda sonora, ni más ni menos) es, como Greta Garbo o Rodolfo Valentino, sinónimo de cine; un nombre que hasta el espectador más inculto conoce aun sin haber visto ni una de sus películas. Ver a Jack Lemmon darle el bastón y el bombín característicos de su mítico personaje es uno de esos instantes que ponen todos los vellos de punta. Disfrutadlo…
object width=»425″ height=»355″>