Sin embargo hay que reconocerle los logros a Luhrmann y éstos se sitúan siempre por encima del riesgo acometido. El inicio con una presentadora de informativos nos da ya una idea del marco y el enfoque moderno que posee la película y, tras ese prólogo, nada mejor que presentar a Montescos y Capuletos como si de un spaguetti western de Sergio Leone se tratase. Cuando la euforia pop que destila cada plano de la película se calma hay pura poesía acompañada de éxitos punk pero también del Liebestud de Wagner o de la bellísima y operística música original compuesta por Craig Armstrong. El acuario en el que se miran los dos protagonistas al conocerse supone una sabia utilización del primer plano (por contra es muy gratuito en otros tramos del film) y una inteligente explotación de la belleza pueril y desbordante de Leonardo DiCaprio y Claire Danes. Ambos actores interpretan sus personajes sin pretensiones y su naturalismo es por tanto muy efectivo. Vulnerable, rabioso y con buenos registros dramáticos, Leo DiCaprio comenzó a germinar ese fenómeno noventero llamado «Leomanía» que culminaría con su protagonismo en la película del famoso barco, pero también ganó el Oso de Plata al mejor actor en el Festival de Berlín con tan sólo 21 años. Por su parte, Claire Danes tiene aquí el papel de su vida, ese que jamás ha vuelto a superar, con una mirada de potencia desgarradora y deslumbrante.
Videoclip frívolo, elegíaco y poco profundo, exageradamente barroco y espectacular, mareante y deslumbrante, este «Romeo y Julieta» muestra que los riesgos en el cine merecen la pena. Claro que eso no la salva de sus defectos ni la hace superar el mejor «Romeo y Julieta» moderno de la historia del cine: «West Side Story».
VALORACIÓN:
Trailer hecho por un fan de la película