VERANO 2007: Un estío salvado por una rata

A la vista está que, desde que el «Tiburón» de Steven Spielberg saliese a las aguas a devorar a sufridos bañistas, los veranos de Hollywood no han vuelto a ser los mismos. Las superproducciones más potentes son las que suelen copar las carteleras desde entonces con el ánimo de hacer caja y entretener a millones de cerebros ociosos debido al calor. Este verano no ha sido una excepción, aunque la caja registradora se haya llenado a base de secuelas de poca calidad.

Jack Sparrow ha vuelto por donde se fue con la tercera entrega de «Piratas del Caribe». Floja, confusa (ya no se sabía quién tenía que matar a quién, quién tenía que apuñalar el corazón del cofre o de qué lado estaba cada cual) y por momentos aburrida, la película funcionaría, sin embargo, como una gran atracción para ver imágenes espectaculares. La de la espiral de olas en plena batalla o la del cielo cargado de estrellas sobre el que navega la embarcación ciertamente lo son. Aparte de detalles aislados como el del surrealismo implícito en las visiones de Sparrow cuando se encuentra solo en pleno desierto de arena o del homenaje manifiesto al cine de Sergio Leone en una de las secuencias, la película de Gore Verbinsky es nuevamente una cinta infantil, larga, espantosamente caótica y creadora de múltiples dolores de cabeza ante tanta ola y batalla.

Otra secuela floja, aunque más humana al menos, fue la de «Spiderman». También «Harry Potter» volvió con una entrega que ha dejado más indiferente que de costumbre. De ambas informamos en este blog. Además, hemos padecido películas de terror tan insulsas como «Turistas». Jugando con el ya tópico recurso del tráfico de órganos humanos, nos volvíamos a encontrar con los jovencitos turistas norteamericanos huyendo de unos salvajes asesinos. Lo único destacable de la película era la claustrofobia de las escenas submarinas.

Afortunadamente, nos hemos topado con una rata encantadora que quiere ser chef de cocina. El guión de «Ratatouille» es tan maravilloso, tan fresco, tan bien organizado en cuanto a sus situaciones y en cuanto a la descripción de personajes, que no dudaría en afirmar que es la mejor película de toda la historia de los estudios Pixar. Además, las imágenes que acompañan al guión están a la altura. Los planos parecen salidos de una película de Scorsese o Hitchcock y la delicia de ver el París iluminado en plena noche en la gran pantalla es indescriptible. Aunque sólo fuese por la escena con el crítico, esta película ya sería casi una obra maestra.

VALORACIONES:

«Piratas del Caribe:En el fin del mundo»:
«Turistas»:

«Ratatouille»:
Maravillosa canción de «Ratatouille»: Le festin