Harry Potter se enfrenta a tiempos duros. Acosado por pesadillas que hacen que su cicatriz duela más que de costumbre, Harry está feliz por escapar de sus sueños inquietos al poder asistir al Campeonato Mundial de Quidditch y estar con sus amigos Ron y Hermione. Pero algo siniestro está apareciendo en el cielo del campo de Quidditch, la Marca Oscura, la señal del malva-do Lord Voldemort, había sido vista la última vez hace trece años, la noche en la que asesinó a los padres de Harry. Harry está deseando regresar dentro de los muros del Colegio Hogwarts de Magia y de Hechicería, donde el profesor Dumbledore le puede proteger. Pero parece que este año las cosas van a ser un poco diferentes. Dumbledore anuncia que Hogwarts va a albergar este año el Torneo de los Tres Magos, una de las competiciones mágicas más excitantes y peligrosas de la comunidad de magos y hechiceros. Se elegirá a un campeón de cada una de los tres colegios de magia y hechicería más grandes y prestigiosos para competir en una serie de pruebas arriesgadas y conquistar la codiciada Copa de los Tres Magos. El oficial del Ministerio de Magia, Barty Crouch y el Profesor Dumbledore presiden una ceremonia con velas, esperando tensa-mente como el cáliz de fuego elige a un estudiante de cada colegio para competir en el torneo. Pero, de forma inexplicable, el cáliz es-cupe un último nombre: Harry Potter. Con sólo 14 años, a Harry le faltan tres años para poder participar en esta dura competición. Él insiste en que no ha introducido su nombre en el cáliz y que real-mente no quiere competir. Pero la decisión del cáliz es vinculante y tendrá que hacerlo. Harry se prepara para las duras pruebas del torneo: evadir al dragón de fuego, penetrar en las profundidades de un gran lago y entrar en un laberinto que tiene vida propia. Para Harry, enfrentarse a dragones, sirenas y otros seres marinos es como un simple paseo por el parque comparado al reto que supone preguntar a la encantadora Cho Chang si quiere acompañar-le al baile de Navidad. Las cosas toman un giro dramático cuando alguien es asesinado en Hogwarts. Asustado y todavía perseguido por los sueños sobre Voldemort, Harry se dirige a Dumbledore, pe-ro incluso el venerable director del colegio tiene que admitir que ya no hay respuestas fáciles. Cuando Harry y los otros campeones compiten en su última prueba y los zarcillos del laberinto avanzan, algo o alguien permanece vigilante. La victoria está a la vista, pero cuanto más se acercan al final del torneo, nada parece como es, y Harry se ve arrojado hacia un encuentro inevitable con el verdadero mal…