Anthony Hopkins en lucha interna contra el Alzheimer

The Father
Conmovedora sin tremendismos
El dramaturgo francés Florian Zeller logra que el espectador se sienta igual de desorientado que el paciente
4.5
EN LA MENTE DEL ENFERMO

El cine se ha acercado al alzheimer desde la tragicomedia (El hijo de la novia), ha reflejado la lucha desesperada por hacer recordar (El diario de Noa), pero también lo opuesto al autoengaño de los familiares (Amor, de Haneke) e incluso desde la animación (la deliciosa Arrugas, de Paco Roca). The Father logra dar un paso más y asume el punto de vista del enfermo, combina precisamente los elementos que hacen sentir al espectador la misma desorientación que padece el paciente.

El francés Florian Zeller adapta y dirige su propia obra de teatro, la misma que en 2014 logró el premio Molière a la mejor pieza del año en París. Para ello necesitaba dos titanes. Cruzó el Canal de la Mancha y sentó frente a frente a Anthony Hopkins y Olivia Colman, que en este año, huérfano de grandes títulos aún, ya se postulan como candidatos a los Oscar más tardíos. 

Colman, que ya recogió la estatuilla por la devastadora Ana de Gran Bretaña en La favorita de Lanthimos, es aquí todo ternura y paciencia tratando de contener el castillo de naipes en que se ha convertido la memoria de su padre, un travieso Anthony Hopkins, que tropieza una y otra vez con la realidad y su apariencia, cada vez más distantes. El principal logro del film es que logra colocarnos en la lucha de la mente enferma: estamos diseñados para fiarnos de nuestras percepciones y recuerdos. Así que admitir ante los demás que nos están traicionando supone rendirse, en definitiva, negar la propia identidad y autonomía.  

Vivimos secuencias repetidas pero con distintos protagonistas, la hora de la cena llega cuando apenas somos conscientes de haber desayunado, practicamos, como en las películas,  la elipsis de los momentos pasados más dolorosos… la platea no deja, por tanto, de confundirse al tiempo que se conmueve, pero sin llegar al tremendismo, que el guion sabiamente siempre evita. 

El estreno llegará por Navidad cuando tantas familias sienten a la mesa a un ser que no sabe muy bien con quién está cenando.