La cadena de televisión norteamericana CW lanzó un comunicado en el día
de ayer confirmando la renovación de cinco de sus series más
importantes para la temporada 2009-10, lo que significa una novena (!)
temporada para Smallville, el séptimo año para One Tree Hill, una quinta entrega de los hermanos Winchester (Supernatural), el tercer año de los Upper East Siders de Gossip Girl y la reválida de segundo año del remake de 90210.
En el aire han quedado aún las renovaciones de otras series de la cadena como Reaper, Privileged, The Game y Everybody Hates Chris, aunque es muy probable que más de una tenga que dejar sitio en la parrilla a nuevos proyectos como el remake de otro clásico noventero, Melrose Place o títulos tan atractivos como Vampire diaries (al rebufo de éxitos como True Blood y Crepúsculo).
El 2008 fue un año complicado para CW, incluso vio su propia existencia peligrar a mitad de año, pero las audiencias sólidas del estreno de 90210 y el más que correcto mantenimiento del resto de sus buques insignia le han proporcionado un respiro, reforzado gracias a su posicionamiento entre el público joven y mayoritariamente femenino. Sí, aquellas que esperan con ansia la decimotercera edición de America’s next top model (la versión americana del programa Supermodelo que en España emite Cuatro).
Pero si en este momento hay un show que carga con la popularidad de la cadena, ese es Gossip Girl. Aunque sus audiencias son superadas por Smallville o Supernatural, los ingresos que recibe CW por publicidad, portadas de revista o la relevancia que consigue al ser nombrada en artículos de opinión, moda, etc… son tan grandes que la presidenta Dawn Ostroff ha decidido dar luz verde al spin-off de la serie, provisionalmente llamada Lily, que narrará las andanzas de la madre de Serena, una de las protagonistas del original.
Ostroff parece que respirará tranquila este año, pero somos muchos los que siempre la recordaremos como la responsable de la cancelación de la gran Veronica Mars hace casi dos años.