A diferencia de otras (la mayoría) ediciones, en esta ocasión, y gracias a sus integrantes sobre todo, la categoría de mejor guión adaptado supone uno de los campos de batalla más interesantes de los premios Goya de este año. Cuatro películas muy diferentes entre sí se baten para conseguir el cabezón con cuatro propuestas a cada cual más interesante y sobretodo, a cada cual más exitosa en su formato original. ¿Quién será finalmente la vencedora?
Ángel de la Cruz, Ignacio Ferreras, Paco Roca y Rosanna Cecchini por Arrugas
En unas votaciones tan clásicas, conservadoras y anquilosadas como las de los Goya, resulta muy esperanzador que Arrugas, basado en el cómic homónimo original de Paco Roca, forme parte, por primera vez para una película de animación, de las nominadas a mejor guión adaptado. Con un gran éxito entre el mundo de los aficionados a la novela gráfica, Arrugas ha llegado al panorama del cine español con la firme idea de convertirse en un clásico imperecedero. Y no lleva mal camino: una delicada historia de ancianos enfermos de Alzheimer es el detonante para una de las mejores película de la temporada, no importa su nacionalidad, que embelesa a cualquier espectador que asiste a la proyección. El hito está conseguido, ahora bien, ¿será capaz Arrugas de romper el siguiente límite y conseguir alzarse ganadora? Parece complicado, pero nada es imposible. Crucemos los dedos.
Icíar Bollaín por Katmandú. Un espejo en el cielo
El trabajo de Icíar Bollaín en la adaptación de Una maestra en Katmandú, de Vicki Subirana es un fiel reflejo del libro en la pantalla que arrastra algunos defectos de la narración y algunos detalles que sobrepasan lo cinematográfico para irse a la denuncia social más explícita. En cualquier caso, la historia de esta maestra que viaja a Katmandú en busca de un sueño y regresa a España con un sólido proyecto educativo resulta una convincente historia, que navega sin rumbo definido entre diversos géneros y formas de contar la historia hasta desembocar en un drama personal contado con cierta torpeza, aunque con acertada certeza en diversos pasajes, obra muy probablemente del siempre eficaz Paul Laverty, que colabora en la escritura del texto.
Pedro Almodóvar por La piel que habito
Basándose en la espectacular novela de Thierry Jonquet, Pedro Almodóvar consruye su nueva película, tomando referencias literarias, pero incluyendo mucho material propio, personal y emocional. Esta La piel que habito resulta, a la sombra de la novela, una adaptación un tanto libre por parte del director manchego, tomando únicamente unos cuantos puntos definitorios de la historia para omitir detalles, escenas, personajes y añadiendo otras características que terminan conformando una historia más almodovariana que la original… pero no demasiado. La historia de este cirujano plástico atormentado por su hija demente le ha otorgado a Almodóvar su séptima nominación a los Goya, pero, ¿será la que le brindará su segundo Goya como guionista tras el conseguido hace más de 20 años por Mujeres al borde de un ataque de nervios?
Benito Zambrano e Ignacio del Moral por La voz dormida
Benito Zambrano e Ignacio del Moral tenían un duro y complicado trabajo por delante: La voz dormida era una de las novelas más vendidas de los últimos años en España. Juntos, se enfrentaban a un salto sin red: llevar a la pantalla una de las novelas más exitosas de los últimos tiempos. A la vista de los resultados, no les ha salido mal, pero la historia de estas dos hermanas se queda coja y palidece ante el potencial estructural y dramático de la novela. En cualquier caso, y juzgando el guión en sí mismo, el maniqueo retrato de la España de la Guerra Civil está escrito con tiralíneas pasando por los puntos necesarios para construir un drama que emocione el espectador a cualquier precio. ¿Es uno de los mejores guiones del año? Es discutible. ¿Es un guión que funciona? Sin duda alguna cumple su cometido perfectamente.
