Con una de las interpretaciones más premiadas y comentadas del año inscrita en la competición de actriz revelación (María León por La voz dormida), queda expedito el camino al Goya para Elena Anaya que ha tenido en La piel que habito una de las mejores oportunidades de su carrera. Tratan de hacerle sombra Verónica Echegui, Salma Hayek e Inma Cuesta, pero es difícil imaginar que alguna de ellas dé la sorpresa.
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Verónica Echegui por Katmandú, un espejo en el cielo |
Pablo López No era un papel fácil para Verónica Echegui, pero en Katmandú, un espejo en el cielo demuestra que puede con todo y más, y no solo encarna con cruda veracidad a Laia, una joven maestra trasladada a Katmandú para trabajar en una escuela, sino que además lo hace en inglés. Si algo destacaba en una película irregular y con claros altibajos y alguna moralina barata, esa era sin duda la Echegui: frescura, naturalidad, drama e implicación en un personaje lleno de matices y enfrentado a situaciones límite fuera de su país, sin duda un personaje bombón que le ha reportado la alegría de cosechar buenas críticas hacia su interpretación y verse nominada al Goya. Esta es la tercera nominación para la actriz madrileña que tras su debut con Bigas Luna en Yo soy la Juani y su consagración con Belén Macías en El patio de mi cárcel, viene dispuesta a pelear fuerte por conseguir el cabezón. |
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Salma Hayek por La chispa de la vida |
María Pérez ¡Cuánto le está costando a Salma Hakek salirse del rol de bomba latina que le lleva persiguiendo desde que empezó a leerse su nombre a mediados de los noventa! Porque es una buena actriz y lo ha demostrado en algunas ocasiones, y tiene una cualidad que para mí es mucho más valiosa, y es que sabe reírse de sí misma y de ese estereotipo que se le ha adjudicado, aunque apenas le dejen hacerlo. A lo mejor por eso no la hemos visto prodigarse tanto como hubiésemos querido algunos. Ha tenido que venirse a España (tras haber estado una temporada alejada de las pantallas y más volcada en su vida familiar) y por segunda vez (rodó en 2000 la comedia La gran vida, a las órdenes de Antonio Cuadri) para ofrecer la que probablemente es una de las mejores interpretaciones de su carrera, llena de empatía, humanidad y sutilidad, en una película que permite poca humanidad y sutilidad y con uno de los personajes menos caricaturescos dentro de todo el esperpento valleinclanesco. Precisamente por eso, por el trazo grueso y la misantropía que destilan La chispa de la vida, Salma Hayek no va a tener su cabezón. |
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Elena Anaya por La piel que habito |
Samuel Pérez Hace ya 15 años que la palentina Elena Anaya se estrenó en la pantalla grande con dos interpretaciones que se quedaron en la retina de los cinéfilos: la África de Alfonso Ungría y la joven actriz de la Familia de Fernando León de Aranoa a la que su abuela le tiene que enseñar a llorar. Desde entonces, ha elegido con cuidado todos los proyectos en que participaba (ha trabajado con muchos de los grandes: Ricardo Franco, Médem, Balagueró, Díaz Yanes) e incluso ha probado suerte más allá del Atlántico (Van Helsing). Aunque Almodóvar ya contó con ella para un pequeño papel en Hable con ella, para su última película, La piel que habito, decidió confiarle el complicadísimo rol protagonista de Vera Cruz, que le ha reportado su tercera nominación al Goya tras las de Lucía y el sexo y Habitación en Roma. No sólo la belleza de la actriz llena la pantalla en todo momento sino que transmite su dolor de animal herido y encerrado, su confusión ante el hecho de tener que enfrentarse a una vida nueva y sus desgarradoras ansias de venganza. Es la favorita en casi todas las quinielas y esperamos de corazón que se lleve este domingo el Goya. |
Inma Cuesta por La voz dormida |
Rubén Miguélez Inma Cuesta es una de las caras más conocidas de la televisión española gracias a su participación en las series Amar en tiempos revueltos y Águila Roja, pero ha sido el pasado 2011 el año que le ha otorgado una notoriedad paralela en el celuloide de la mano de Primos y La voz dormida, película por la que ha conseguido su primera nominación a los Goya. Si hay algo que destaque en la película de Benito Zambrano son las interpretaciones de sus actrices protagonistas, entre las que encontramos a Cuesta dando vida a Hortensia, una mujer embarazada y de fuertes convicciones republicanas que se encuentra presa y pendiente de sentencia en la cárcel madrileña de Ventas durante los años inmediatamente posteriores a la Guerra Civil española. Inma Cuesta consigue empaparse de un personaje consciente de sus circunstancias y con una fortaleza de hierro, dotándole de un aura de realismo que resulta imprescindible. Además, hay que añadir a su favor la excelente química que logra con María León (que interpreta a su hermana Pepita), con la que comparte algunas de las escenas más emotivas de la película. No es la candidata favorita al premio, pero gracias a esta excelente interpretación es una fuerte contendiente que no podemos perder de vista. |
Debería ganar: Elena Anaya por La piel que habito