Oscatlón 2018: Mejor película del año

Un año más, y parece que esta es ya la pauta general en las ceremonias de los Oscar de esta década, la categoría más abierta es la más importante: mejor película del año. Todo hace pensar que la victoria está entre dos títulos: La forma del agua y Tres anuncios en las afueras. Aunque en todo duelo ajustado hay margen para la sorpresa de un tercero y para eso está ahí Déjame salir, Lady Bird o, incluso, El hilo invisible. Parecen tener menos opciones la que para muchos es la película del año, Call Me by Your Name, lo mismo que el biopic El instante más oscuro, la bélica Dunkerque o la cinta de Spielberg Los archivos del Pentágono. Sólo hay una cosa segura: la victoria será pírrica.

Call Me by Your Name

Peter Spears, Luca Guadagnino, Emilie Georges y Marco Morabito, productores

Oscar
4 nominaciones

Nominación a mejor película del año Nominación a mejor actor protagonista Nominación a mejor guión adaptado Nominación a mejor música – canción original

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Otras nominaciones del año

Globos de Oro: nominación a mejor película – drama BAFTA: nominación a mejor película Independent Spirit: nominación a mejor película PGA: nominación a mejor película


Las historias de amor en la adolescencia no son nuevas en el mundo del cine, ni mucho menos. Tampoco lo son las historias de amor homosexual en los Oscar. Pero Call Me by Your Name tiene, gracias a la magistral dirección de Guadagnino y al precioso guion del maestro James Ivory, un efecto mágico en muchos de los espectadores que la han visto en el cine. La película seduce, en el sentido más estricto de la palabra: el gran seductor que es Guadagnino separa al espectador del resto para llevarle donde él quiere, que no es más (ni menos) que ese territorio común que todos hemos experimentado, aunque cada uno a nuestra manera, del primer amor, de ese momento emocional en el que descubres que hay algo más allá que el “fulanito o menganito me gusta”, un algo que crea deseo y necesidad del otro a partes iguales, y que no tiene nada que ver ni con el género ni con la identidad sexual. Tiene que ver con la verdad. Vía un ambiente idílico que se resume en un verano de ocio en una casa llena de cultura, llevada por unos padres intelectuales, en un paisaje de poesía pastoril, con paseos en bicicleta, tonteos infantiles y buena comida italiana, y gracias a la sensual forma de hacer del director italiano, nos sumergimos en una historia que toca partes de nuestro corazón y nuestro cerebro que están ahí, en algunos casos enquistadas, en otros más cerca de la dermis. Todos hemos sido Elio, nos reconocemos en él y vemos por sus ojos. Todos. Y ese es el efecto mágico y extraño que sucede con pocas películas, esa conexión que andamos buscando siempre y que rara vez es tan profunda como con Call Me by Your Name.
María Pérez

El instante más oscuro

Tim Bevan, Eric Fellner, Lisa Bruce, Anthony McCarten y Douglas Urbanski, productores

Oscar
6 nominaciones

Nominación a mejor película del año Nominación a mejor actor protagonista Nominación a mejor fotografía Nominación a mejor diseño de producción Nominación a mejor diseño de vestuario Nominación a mejor maquillaje y peluquería

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Otras nominaciones del año

Bafta: nominaciones a mejor película y mejor película británica


El instante más oscuro es, probablemente, el título con menos posibilidades de hacerse con el premio gordo de la noche de entre las nueve candidatas que optan a ello este próximo domingo. La película dirigida por Joe Wright (Orgullo y Prejuicio, Expación. Más allá de la pasión) acumula un total de seis candidaturas y tendrá en su haber, casi por descontado, el Oscar al mejor actor protagonista, que irá a parar a manos de Gary Oldman, pero cuenta con una de las carreras más irregulares de entre las nominadas a mejor película. No estuvo presente en la categoría reina en los Globos de Oro ni tampoco en los SAG, y su única inclusión relevante en este aspecto fue en los BAFTA, donde sí optaba al premio a la mejor película del año. El instante más oscuro cuenta la historia del recién elegido Primer Ministro de Reino Unido, Winston Churchill, y su debate entre firmar un acuerdo de paz con la Alemania nazi o ser fiel a sus ideales y luchar por la liberación de Europa. A pesar de la buena mano de Joe Wright (al que todavía se le resiste la nominación al Oscar a mejor director), y del valor técnico y artístico de la película, El instante más oscuro no destaca en su conjunto si no que parece hecha a medida para hacer brillar a su actor protagonista, así como a un espléndido trabajo de fotografía y dirección de arte, quedando de esta manera varios escalones por debajo de los títulos favoritos de la noche, que cuentan con un poso y una relevancia de mucho mayor calado.
Alan Dameron

Dunkerque

Emma Thomas y Christopher Nolan, productores

Oscar
8 nominaciones

Nominación a mejor película del año Nominación a mejor dirección Nominación a mejor música – partitura original Nominación a mejor fotografía Nominación a mejor diseño de producción Nominación a mejor montaje Nominación a mejor mezcla de sonido Nominación a mejor montaje de sonido

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Globos de Oro: nominación a mejor película – drama Bafta: nominación a mejor película Critics’ Choice: nominación a mejor película


Después de toda una carrera como director dedicándose casi exclusivamente a la ciencia ficción y el cine de superhéroes, Christopher Nolan saltó el pasado año de lleno y sin paracaídas con su primera película basada en hechos reales. Una jugada arriesgada que cuajó hasta el punto de lograr colar Dunquerke en un menú de nominadas en el que priman las historias más, por decirlo así, intimistas y de personajes. Dunquerke se enmarca dentro del género bélico más sobresaliente, poniendo el énfasis en el horror y el dolor de la guerra, en este caso la II Guerra Mundial, con un reparto coral distribuido en tres espacios y líneas temporales que convergen en un mismo punto. Curtido en esto de contar historias retorcidas y complicadas de montar con títulos como Origen e Interestellar, en Dunquerke intenta dejar parte de su sello narrando la historia de manera poco ortodoxa. Así, el tiempo transcurrido varía según el escenario en el que se encontrasen los personajes. Una semana en tierra, un día en el mar y una hora en el aire. Funciona. Lo mejor, las escenas de vuelo. Adrenalina, acción y mucha tensión con la música de su aliado Hans Zimmer. Dunkerque no va ganar. Nunca ha tenido opciones de hacerlo. Pero solo el hecho de ser tenida en cuenta ya es un premio importante que reconoce la valentía de Nolan al arriesgarse con esta historia. Solo una de sus cintas, Origen, había conseguido entrar en la pelear a mejor película hasta ahora.
M.J. Arias

Déjame salir

Sean McKittrick, Jason Blum, Edward H. Hamm Jr. y Jordan Peele, productores

Oscar
4 nominaciones

Nominación a mejor película del año Nominación a mejor dirección Nominación a mejor actor protagonista Nominación a mejor guión original

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Critics’ Choice: mejor película de ciencia ficción o terror Críticos de Nueva York: mejor primera película

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Independent Spirit: nominación a mejor película PGA: nominación a mejor película Critics’ Choice: nominación a mejor película


Resulta sorprendente el mantenimiento a lo largo de todo el año de un título como Déjame salir hasta llegar a estar categoría. Sorprende algo menos cuando, en tiempo de Trump, la cinta supone una dura crítica a la sociedad americana tan sectaria, racista y ultra conservadora. Una truculenta vuelta de tuerca que ha llevado a una modesta producción de genero firmada por un director debutante a lo más alto de la carrera de premios habiendo llegado a los cines diez meses antes. El premio ya es haber llegado hasta aquí, pero lo mejor de todo es que la cinta parte con buena posición por temática y recorrido y no sería demasiado sorprendente verla alzarse con el premio gordo de la noche. Sería una gran noticia en muchos ámbitos, pero centrándonos en lo puramente cinematográfico, sería una de las pocas veces que una cinta de género y de producción modesta se alza con el premio más importante del año. Ya se ha hecho historia, ahora está en manos de los académicos volverlo a conseguir.
Pablo López

Lady Bird

Scott Rudin, Eli Bush and Evelyn O’Neill, productores

Oscar
5 nominaciones

Nominación a mejor película del año Nominación a mejor dirección Nominación a mejor actriz protagonista Nominación a mejor actriz de reparto Nominación a mejor guión original

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La primera película como directora -en solitario, porque en 2009 codirigió Nights and Weekends con Joe Swanberg- de Greta Gerwig, musa y pareja de Noah Baumbach, es la entrada independiente de la lista. Un retrato de la adolescencia en Sacramento, California, de una joven interpretada por Saorsie Roman que, como ha reconocido la propia directora y guionista, si no es completamente autobiográfico, sí que “rima” con sus propias vivencias de juventud. Desde luego, si hay una virtud que no se le puede arrebatar a Lady Bird, esa es su verdad a la hora de abordar temas como la relación madre-hija, la crisis de identidad en el último año de instituto, el despertar sexual o incluso el sueño americano. Temas que se han explorado hasta la saciedad en el cine y la televisión, casi siempre sin ese toque de realidad y de presente que les da la mirada de Greta Gerwig. Porque, aunque la acción de la película transcurra en 2002, el propio personaje de Christine, sus amigas y los chicos que la rodean, interpretados por dos de los actores jóvenes más talentosos del momento, Lucas Hedges y Timothée Chalamet -otro tanto para Gerwig- hablan y se comportan como chavales reales, sin clichés. Lady Bird funciona como una precuela dunhamiana de la Frances Ha que ella misma escribió a cuatro manos con Baumbach, y el punto fuerte de esta pequeña película que, de haber competido en ediciones anteriores seguramente no habría conseguido las cinco nominaciones que tiene el año del movimiento #MeToo, el factor que la convierte en la favorita de un sector del público, es la sintonía entre directora y protagonista. La Ronan de la ficción podría ser una versión más joven de Greta Gerwig, de esa adolescente con raíces europeas que salió de Sacramento para estudiar teatro musical en Nueva York. La misma que, si sigue en esta línea, demostrará a Hollywood que es algo más que la cuota feminista.
Bernardo Pajares

El hilo invisible

JoAnne Sellar, Paul Thomas Anderson, Megan Ellison y Daniel Lupi, productores

Oscar
6 nominaciones

Nominación a mejor película del año Nominación a mejor dirección Nominación a mejor actor protagonista Nominación a mejor actriz de reparto Nominación a mejor música – partitura original Nominación a mejor diseño de vestuario

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Críticos de Boston: mejor película

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Las obsesiones son uno de los grandes temas que recorren la estupenda filmografía de Paul Thomas Anderson, y en esta lo aborda desde el punto de vista de la obsesión creativa, en concreto la del modisto Reynolds Woodcock con una joven a la que convierte en su musa. Y como todas las películas de P.T. Anderson, El hilo invisible es toda una experiencia. Y es que, como buen tejedor de historias, el autor no da puntada sin hilo: todos los elementos técnicos están cuidados al detalle e integrados perfectamente en la historia como una perfecta tela de araña, desde la magnífica interpretación de Daniel Day-Lewis hasta el soberbio vestuario de Mark Bridges. No tan críptica como alguna de sus anteriores cintas (The Master), El hilo invisible cuenta una historia gótica de amor casi masoquista con elementos edípicos y toques de humor, que se mueve enigmáticamente entre el cuento de hadas, el de misterio y una película sobre moda y que plasma, ayudada por la impresionante música de Jonny Greenwood, el equilibrio entre creación y destrucción en el que se mueve Woodcock y su mundo. Ni las casas de apuestas ni los expertos la dan como ganadora, pero es sin duda una de las mejores películas del año, que suma puntos y fascina en cada visionado.
M.P.

Los archivos del Pentágono

Amy Pascal, Steven Spielberg y Kristie Macosko Krieger, productores

Oscar
2 nominaciones

Nominación a mejor película del año Nominación a mejor actriz protagonista

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Globos de Oro: nominación a mejor película PGA: nominación a mejor película


Es muy difícil que Los archivos del Pentágono gane el Oscar a mejor película: hace apenas dos años otra película sobre periodismo más sencilla pero más honda titulada Spotlight se hacía con la estatuilla muy merecidamente. Y la verdad es que da un poco de rabia porque esta cinta sobre una de las victorias más tremendas del periodismo sobre el Gobierno estadounidense, que es en últimos términos para lo que existe este oficio, está mucho mejor dirigida, con ritmo, con un tic-tac que apabulla y con un Spielberg observando todo con cierta mala baba. ¿Cómo hace el director para dotar a cada guión que le cae sobre sus manos de la textura y el tono adecuados? Por eso es uno de los mejores. Por eso ya ha pasado a la historia. El director dirige una película donde la acción se encuentra en los diálogos, en las llamadas de teléfono, es una cinta verbosa que casi parece escrito por Aaron Sorkin con la única diferencia de que no todos los personajes son tan inteligentes y ni falta que hace. Es emocionante la oda al periodismo y también es emocionante la construcción de ese personaje femenino tan fuerte, tan liberal, tan anti Trump. Lo de Meryl Streep no es necesario ni mencionarlo, está por encima del resto de seres vivientes que en toda la historia de la humanidad han decidido dedicarse a la interpretación. Quizá exageremos… Nah. Pero lo que si es reseñable es el papel de Tom Hanks, un personaje con carisma que el actor hace suyo sin mucho esfuerzo, hacía tiempo que Hanks no se encontraba con un trabajo a su altura. ¡Ah! Y John Williams lo ha vuelto a hacer. Otra vez. Y al final, da igual que no te guste el periodismo, que te aburran los duelos, que no te interese el poder del Estado porque Spielberg consigue introducirte en la historia con cariño para darte, al final, un baño de nostalgia. Porque todos sabemos que esta profesión ya no sirve como escudo ante los poderosos. Los archivos del Pentágono es la película que si vemos cuando somos niños no empuja a decirle a nuestros padres: “Ya sé lo que quiero ser de mayor. Quiero ser periodista”. Esto, básicamente, es Steven Spielberg.
Pedro Moral

La forma del agua

Guillermo del Toro y J. Miles Dale, productores

Oscar
13 nominaciones

Nominación a mejor película del año Nominación a mejor dirección Nominación a mejor actriz protagonista Nominación a mejor actriz de reparto Nominación a mejor actor de reparto Nominación a mejor música – partitura original Nominación a mejor fotografía Nominación a mejor diseño de producción Nominación a mejor diseño de vestuario Nominación a mejor montaje Nominación a mejor diseño de vestuario Nominación a mejor mezcla de sonido Nominación a mejor montaje de sonido

Otros premios del año

Mostra de Venecia: León de Oro PGA: mejor película Critics’ Choice: mejor película

Otras nominaciones del año

Globos de Oro: nominación a mejor película – drama Bafta: nominación a mejor película


Con tantas nominaciones (13) como Forrest Gump, Chicago, Mary Poppins, La comunidad del anillo, El curioso caso de Benjamin Button, Shakespeare in love y la película más icónica de todos los tiempos, Lo que el viento se llevó, parece que La forma del agua parte como favorita. Lo tiene todo para contentar a diferentes tipos de público: los románticos, lo que gustan de lo fantástico y lo diferente, los cinéfilos adoradores del cine clásico y los apasionados por los derroches visuales. ¿Por qué entonces si parece tenerlo todo no ha llegado a ganar el premio a mejor película en algunas de las citas clave previas a los Oscars -Globos de Oro, Baftas, mejor reparto en los SAG-? La improbable historia de amor entre una limpiadora muda y un monstruo submarino durante la época más álgida de la Guerra Fría cuenta con unas interpretaciones sobresalientes, una puesta en escena mágica y un despliegue técnico sin mácula. Pero carece de ese factor intangible que hace que una cinta trascienda y pase al Olimpo del Séptimo Arte. Interesa pero no arrebata. Emociona pero no deja esa huella indeleble que hace que quieras volverla a ver nada más terminar la proyección. A dos días de la ceremonia parece que va cabeza con cabeza con Tres anuncios a las afueras para alzarse con este premio y lo mejor de todo es que mantendremos ese suspense y esa incógnita hasta que llegue el momento de leer el nombre ganador. Siempre y cuando no se equivoquen de sobre otra vez, claro está.
Samuel Pérez

Tres anuncios en las afueras

Graham Broadbent, Pete Czernin y Martin McDonagh, productores

Oscar
7 nominaciones

Nominación a mejor película del año Nominación a mejor actriz protagonista Nominación a mejor actor de reparto Nominación a mejor actor de reparto Nominación a mejor guión original Nominación a mejor música – partitura original Nominación a mejor montaje

Otros premios del año

Festival de San Sebastián: premio del público Globos de Oro: mejor película – drama Bafta: mejor película y mejor película británica

Otras nominaciones del año

PGA: nominación a mejor película


En efecto, la competición está en un puño entre La forma del agua y esta, Tres anuncios en las afueras, una cinta británica disfrazada de indie americano que ha puesto de acuerdo a la crítica y al público del mundo entero. La tercera película del inglés Martin McDonagh como realizador llegaba a las nominaciones de los Oscar como la candidata a batir después de haber triunfado en los Globos de Oro, pero salió muy tocada al pinchar en la categoría de mejor director. Ese es su principal handicap para el Oscar: la estadística advierte de que sólo cuatro películas han logrado el gran premio sin tener a su director entre los candidatos (Alas, Grand Hotel, Paseando a Miss Daisy y Argo), pero no es menos cierto que en los últimos años se ha producido un divorcio entre ambas categorías que viene a diluir esta exigencia. A su favor tiene haber ganado no sólo el Globo de Oro, también el Bafta, pero en contra el haber perdido el premio del gremio de productores. Señales contradictorias que no facilitan prever el resultado final. ¿Pero qué ofrece Tres anuncios en las afueras al votante para ser la más mencionada en las dichosas papeletas preferenciales? El placer inmenso de descubrir una nueva forma de contar algo ya conocido, el disfrute del humor negro y la socarronería, la inteligencia de no dar puntada sin hilo por más que eso le cueste algunas incoherencias internas, el goce de ver a un grupo de actores disfrutando de sus personajes y la agradable sensación de que después de verla somos un poquito mejor personas. En el año en el que se reivindica el papel de la mujer en el cine -y en el mundo- a propósito de las abundantes y terribles denuncias de acoso sexual, esta historia sobre una madre que planta cara al asesinato y violación de su hija, tiene mucho a su favor para ganar. Si lo hace, será por los pelos, pero será una victoria justa.
Fernando de Luis-Orueta

Ganará: Tres anuncios en las afueras
Debería ganar: Call Me by Your Name
Molaría que ganase: Lady Bird