Si eres chica, tenías 14 ó 15 años en 1998 y te gustaba comprar las revistas adolescentes, es probable que en la portada te encontrases uno de estos rostros: el de Leonardo DiCaprio o el de Devon Sawa. Sobre el segundo ha caído una espesa nube con forma de olvido que no empequeñece el recuerdo de sus antiguas fans. La mayoría de ellas ronda hoy los veintitantos y siguen admirando el rostro anguloso, los ojos azules y el pelo castaño claro de este canadiense nacido en 1978, uno de los miembros más destacados de esa camada de niños y niñas que protagonizaron la moda de películas infantiles y juveniles de los 90.
En 2000 llegó su mayor éxito comercial, «Destino final». Película sobre jovencitos en apuros que tratan de burlar a una muerte que viene en forma de accidentes marcadamente » gore», «Destino final» se beneficiaba de un Sawa sufridor y de un negrísimo sentido del humor. Sin embargo, con el éxito también llegó el fracaso. De ser visto como el nuevo Brad Pitt al olvido había un paso. Su cambio físico ya se dejaba notar en el videoclip «Stan» del rapero Eminem, pero se hizo del todo notorio en «Slackers»(2002), infumable bodrio que mostraba sus kilos de más tras dos años de ausencia de las pantallas. El cambio físico se debía a una adicción a las drogas que se manifestó de forma violenta la noche que le dio una paliza a su novia y acabó en la comisaría de Los Ángeles. Su única relación con el cine ha consistido en protagonizar cine de terror de baja estofa cada dos años; películas que tampoco hemos podido ver en nuestro país y que él sigue rodando a la espera de que alguien lo recupere. El éxito de las Lindsay Lohan y los Zac Efron de turno lo han convertido, a sus veintinueve añitos, en una prematura gloria del universo «teen» del Hollywood de los 90. Quedan para el recuerdo el bonito baile que se marcaba con la Ricci y los innumerables posters con su figura que seguro llevan años durmiendo el sueño de los justos en los cajones de más de una persona.
Vídeo hecho por una fan


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