La película Un prophète, del director francés Jacques Audiard (De latir mi corazón se ha parado) ha sacudido a la prensa alzándose con los mejores halagos en lo que llevamos del festival. Ang Lee, que estrenaba Taking Woodstock ha decepcionado a la crítica que la ha calificado de producto menor.
La película francesa Un prophète, una suerte de Cadena perpetua o Prison Break, narra el ingreso en prisión de un joven árabe, interpretado por Tahar Rahim, se convierte en la máxima favorita para la Palma de Oro. Su firme pulso narrativo ha impresionado en la Croisette y se espera de ella un buen resultado en la cosecha de premios. A pesar de sus 150 minutos su desarrollo fílmico ha encandilado a una prensa que la hacalificado como «obra maestra».
Por su parte, Ang Lee ha decepcionado con su introducción al cine indie más norteamericano, Taking Woodstock, siguiendo la estela de historias como Juno o Pequeña Miss Sunshine. Su humilde homenaje a Elliot Timber, un interiorista gay, que para salvar la economía familiar acogió el mayor festival de música hippie de la historia, ha sembrado la indiferencia entre la prensa especializada. Todos coinciden en indicar que si bien no es mala se aleja bastante de la senda que veía demostrando el autor de Brokeback Mountain o Deseo, Peligro. Por tanto, cualquier perspectiva de Oscar queda bastante lejos.