Javier Pereira: «Con ‘Stockholm’ nos la jugamos mucho»

Javier Pereira (Madrid, 5 de noviembre de 1981) vuelve a ponerse
delante de las cámaras a las órdenes de Rodrigo Sorogoyen tras <i>8
citas</i>, donde protagonizó uno de los fragmentos del largometraje.
Esta vez se involucra en un proyecto mucho más pequeño que han
conseguido sacar adelante gracias a donativos personales y un
crowdfunding a través del portal Verkami.

Javier Pereira estuvo en <i>Stockholm</i> antes incluso de que su
concepción: «Rodrigo Sorogoyen y yo somos amigos desde hace mucho
tiempo. Ya colaboramos en <i>8 citas,</i> que era su primera película,
y ya después estuvo intentando mover una segunda película, que costaba
mucho por las subvenciones y por las ayudas», recuerda. «Vimos que
tenía otra idea que se podía hacer: era un corto que tenía historia
suficiente para alargarlo y que se podía hacer con un presupuesto
medianamente asequible y sin necesidad de ayudas o de subvenciones».

Y, efectivamente, el dinero para rodar la película viene de los
bolsillos más dispares. «Lo fuimos creando poco a poco, entre ayudas
de amigos, familiares, pidiendo cuánto se podía y quería inventir, así
hasta juntar 70.000 euros». Además, una campaña de <i>crowdfunding</i>
logró sumar 10.000 más. «Estar aquí hoy con las pelis grandes la
verdad es que ya es un premio», asegura.

Pero la financiación fue sólo el primer paso. «Entre animarnos,
conseguir dinero, permisos de rodaje en Madrid, la Seguridad Social..,
requiere un añito o así. La rodamos en abril del año pasado, y un año
después ya la estrenamos». El rodaje fue todavía más rápido:
«Solamente fueron trece jornadas de trabajo. ¡No podíamos más! Pero
bueno, era una película en la que nos la jugábamos mucho».

Durante este tiempo, Pereira ha hecho mucho más que interpretar al
protagonista. «No estoy dentro de la productora. pero soy una pieza
importante desde mandar mails, contactos… Tengo más contactos dentro
de la profesión. Cada uno nos hemos dedicado más a lo que mejor se nos
da, a lo que más podíamos aportar a la película para sacarla adelante.
En un proyecto como este, para lo bueno y para lo malo, te implicas
más. No es lo mismo que te contraten para una película, hagas tu
trabajo de actor y te vayas a que, tal y como está la situación del
cine, luches por no quedarte parado».

Su personaje en la película recorre constantemente la delgada línea
entre la verdad y la mentira. «Hay dos líneas, una la de la ambigüedad
que recibe el espectador y otra él, que sí sabe qué puntos son verdad
y qué puntos son mentira. Es un personaje que a veces cae mal, y no
importa, porque podía haber hecho un personaje más romántico, más como
en <i>Tu vida en 65 minutos,</i> pero en esta me apetecía caer mal.
Pero también hay que empatizar a veces con el público, a veces mi
personaje también va a caer bien». A Pereira no le preocupaba que su
personaje no siempre fuera a caer bien: «Lo tenía en cuenta, pero
decidí no hacerlo más romántico».

También tiene varias caras el personaje de su compañera de reparto
Aura Garrido, de quien sabemos poco aunque intuimos que calla mucho.
«Ninguno es bueno del todo y ninguno es malo del todo, cada uno tiene
sus problemas y los lleva como mejor puede».

De hecho, prácticamente no hay más personajes en la película, lo cual
ha supuesto un reto para ambos. «En una película sueles ver diez caras
de actores, y aquí el espectador va a estar todo el rato con nosotros
dos. Y como no se crean a la pareja, vamos mal. El otro día la vi por
primera vez y me quedé muy contento porque tenemos química, tanto en
pantalla para dar vida a esta pareja como actoralmente, porque
trabajamos de forma parecida». Javier Pereira y Aura Garrido habían
coincidido en proyectos como <i>La pecera de Eva</i> o <i>Ángel o
demonio</i> pero nunca habían compartido pantalla: «Ha sido un
ping-pong y, por suerte, ha salido bien».

Stockholm cuenta la historia de dos jóvenes que se conocen una noche,
y Javier Pereira tiene claro cómo describiría el resultado: «Es una
historia de amor de hoy en día. Todo va muy rápido en esta vida y la
película refleja cómo nos relacionamos en una noche y cómo vivimos
todo de forma tan intensa. ¿Quién no se ha conocido así?», afirma.
«Mucha gente nos dice que la primera parte recuerda mucho a Buscando
un beso a medianoche o a 500 días juntos. Nosotros damos un giro en la
mitad que yo creo que la hace especial y diferente. Para mi son dos
películas en una, la primera más romántica y la segunda puede llegar a
ser un thriller».

Antes incluso de la primera proyección en el Festival de Málaga,
Stockholm ya sonaba como una de las favoritas a los premios gordos.
«Las expectativas nos las estáis creando vosotros, porque nosotros
veíamos muy tranquilos». Pereira tiene claro cuál es su premio: «Estar
con Coixet, Querejeta, Calparsoro y películas que han costado dos
millones de euros es el mayor premio. Nos podían haber mandado a
zonacine y estamos en la Sección Oficial. Lo que queremos es conseguir
distribución y estrenarla, y si luego viene más, pues a nadie le
amarga un dulce».

Pero Stockholm no es la única película pequeña de la Sección Oficial,
comparte categoría con Casting, de Jorge Naranjo. «La producción es la
misma y somos muy similares en muchos aspectos, pero yo creo que no
somos competencia directa, porque no nos parecemos en temática, imagen
o factura final. Creo que no vamos a competir por los mismos premios».
El sábado descubriremos si se cumplen los pronósticos y Stockholm
consigue rascar premio.