Tras la excelente jornada ayer en la sección oficial, el Festival de Málaga seguía su curso con Los fenómenos, segunda película de Alfonso Zarauza que ha sido la primera sesión de la mañana. Con una solvente Lola Dueñas al frente que brinda una de sus excelentes interpretaciones a las que nos tiene acostumbrados, la película navega sin rumbo fijo entre las diferentes tramas con poca convicción de querer decantarse por una u otra.
Si bien es cierto que el material con el que trabaja es potente, esa dispersión de foco durante el metraje que pasa incluso por desconcertar en algunos casos al espectador, y por acabar siendo una maraña de tramas con potencial que se anulan la una a la otra. Así pues, las notables interpretaciones, sobretodo, de Lola Dueñas, pero también de un estupendo Miguel de Lira, así como de Juan Carlos Vellido quedan ancladas en la nada al servicio de una historia desdibujada que abarca mucho y aprieta poco.
Con la mañana más avanzada nos llegaba Amor en su punto, una coproducción irlandesa y española con Leonor Watling y Ginés García Millán en el reparto que daba un soplo de aire fresco a la sección oficial con la ligerita historia de un exitoso cocinero mediático irlandés que no tiene suerte en el amor. Pero ahí está Leonor Watling para romper la maldición.
Una comedia romántica con pretensiones de ser más sofisticada de lo que acaba siendo, pero que se deja ver con muchísimo gusto y que divierte a la par que enternece. Una cinta que probablemente no encuentre su hábitat natural en una sección oficial de un festival, pero que desde luego, aún siendo un rival más débil, da un respiro auto consciente a la sección oficial para terminar el fin de semana.