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Muestra Syfy: una última jornada divertida y nostálgica

El cuarto y último día de la 10ª Muestra Syfy dedicaba la mitad de su programación a un doble programa Phenomena, con dos clásicos del género como Alien y Desafío total, y la otra mitad a dos estrenos, Cockney vs Zombies y El último exorcismo II.

Abría el doblete de Phenomena, aparte de con los míticos y esperadísimos anuncios rescatados de la parrilla televisiva de los años 60 y 70, la mucho más mítica Alien, de Ridley Scott. Aunque seguramente había en el público unos pocos que iban vírgenes a verla (por imposible que parezca), los fans del género, que en este festival se despachan a gusto a risas y abucheos cuando se tercia, nos hemos sumido en un silencio reverencial que demuestra que este título del año 1979 sigue dejándonos pegados a la butaca y que por él pasa el tiempo sin que deje huella, por mucho que lo copien y lo intenten mancillar. Lo malo es que ante tamaño principio de jornada, el resto de películas palidecen sin remedio.
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Tras Alien, el octavo pasajero llegó el turno de revivir otro de los grandes clásicos del cine de ciencia-ficción: Desafío Total. Si en la película de Ridley Scott ya se notaba un gran ambiente, en la película protagonizada por Arnold Schwarzenegger y dirigida por Paul Verhoeven esto se iba a notar mucho más. La proyección se ha desenvuelto entre aplausos y vítores a una gran parte de las escenas de la película, desde las escenas más típicas hasta alguna línea de guión todo ha sido aplaudido con fervor por los espectadores.  Porque guste o no hay que reconocer que Desafío Total se ha ganado un hueco dentro de este género y, aunque se nota que los años han hecho mella en ella, sigue siendo una cinta indispensable tanto del cine de ciencia-ficción como de la filmografía de Arnold Schwarzenegger. Porque es al actor austriaco al que Paul Verhoeven debe dar las gracias, ya que una gran parte de los aplausos han sido gracias a él.

La tercera, Cockneys vs Zombies, es tan bastarda como su título sugiere: siguiendo la estela de gamberradas británicas anteriores como Shaun of the dead, Arma fatal o Attack the Block, la película nos sitúa ante una invasión zombi en el East End londinense. Los héroes son un grupo de jóvenes marginales y un grupo de ancianos de una residencia que está a punto de ser derribada para construir un complejo de lujo. Aunque en lo que se ve en ella no hay nada novedoso, sí ha despertado las simpatías y las risas de todos, con toques frecuentes de humor muy negro, hasta macabro, que han levantado aplausos. Y la verdad, la película merece la pena aunque sólo fuera por ver a veteranos y venerables actores británicos como Richard Briers, un asiduo en la filmografía de Kenneth Branagh, o Honore Blackman, la mítica Pussy Galore de Goldfinger, empuñar metralletas y cargarse a unos cuantos muertos vivientes sin pestañear.

Y cierra esta jornada y por tanto esta nueva edición de la Muestra Syfy la segunda parte de El último exorcismo, que se mostró en este mismo minifestival hace dos años. Si bien la primera resultaba interesante y entretenida por el tono de falso documental y el hecho de que el encargado de hacer los exorcismos fuese un predicador escéptico, esa segunda no aporta nada a un género en el que ya es difícil innovar, pese a que intenta mezclar en la trama el vudú y la magia negra, algo que no sabe aprovechar y queda en un recurso meramente anecdótico.