Pablo Berger: "Ni 'The Artist' ha sido la primera película muda moderna ni 'Blancanieves' será la última"

Pablo Berger: «Ni ‘The Artist’ ha sido la primera película muda ni ‘Blancanieves’ será la última»

Pablo Berger: "Ni 'The Artist' ha sido la primera película muda moderna ni 'Blancanieves' será la última"

Tras su exitoso paso por Toronto, llega la adaptación española de Blancanieves, una original propuesta argumental y una valiente propuesta formal para una emocionante historia enmarcada en la Andalucía de los años 20. «El Festival de San Sebastián ha sido mi escuela de cine», asegura Pablo Berger que presentó ayer la película en el certamen donostiarra, tan sólo seis días antes de su estreno en salas.

Todo empezó con una fotografía de Cristina García Rodero: «Uno de mis libros de fotografía favoritos es España oculta, que fue publicado en 1989″, explica el director. «Al ver unas fotografías de unos enanos toreros yo completé la foto colocando a mi Blancanieves en medio. Una Blancanieves torera».

Eso en cuanto a la historia, pero Blancanieves es también una apuesta formal muy concreta, que se gestó cuando el director acudía en su adolescencia a este Festival. «Uno de esos años proyectaron Avaricia, de Erich Von Stronheim, con orquesta en directo dirigida por Carl Davis. Era la primera vez que veía una película muda proyectada en un cine y sentí cosas que no había sentido nunca antes viendo una película». Ante este impacto, la reacción del director no se hizo esperar: «Pensé que ojalá algún día pudiera hacer una película muda y en blanco y negro».

El tiempo, los viajes por festivales y Torremolinos 73 hicieron que estas dos ideas congeniara, y acabaran siendo la cinta que ayer se presentó en el Kursaal. «Blancanieves es mi carta de amor al cine mudo europeo», reconoce el bilbaíno. «Hay clara influencia de directores franceses como Abel Gance o Jacques Feyder; o algunos escandinavos, que me ayudaron a concebir la historia», confiesa. Pero su voluntad va más allá del mero homenaje: «Para mí la época clave del cine mudo es los años 20, y yo quería continuar con los avances que estos directores habían conseguido y habían parado en seco cuando llegó el sonoro».

«Los cineastas de mi generación no somos como los clásicos, no hemos dado la vuelta al mundo, ni ido a una guerra. Nos hemos criado en la sala de cine, somos cinéfilos, y el cine es nuestra ventana al mundo», reconoce.

Hablando de épocas, hay que recordar que Berger ya plasmó en imágenes otra época del cine, en este caso español, muy concreta: el destape de los años 60 y 70 enTorremolinos 73. Ahora, vuelve a impregnar su obra de referentes netamente castizos. «Creo que es cuestión de polos opuestos que se atraen, yo soy de Bilbao, y me atrae la iconografía del sur de España, me parece muy original y única», apunta. «Pero también hay parte de mis recuerdos de niño, de la tele en blanco y negro, que me llevaron a pensar que a lo local, se le podía dar una dimensión universal», confiesa.

Algo parecido a lo que ya hizo el año pasado Michel Hazanavicius con The Artist, la otra gran película que, por similitudes, es inevitable referenciar cuando se habla de Blancanieves. «En un principio, fue un jarro de agua fría conocer la existencia de The Artist una semana antes de empezar a rodar mi película», confiesa Berger. «Pero enseguida me di cuenta de que una película de esa importancia lo que hizo fue romper un prejuicio», destacó. Algo que el director tiene muy claro que no solo le beneficia a él, también a los que están por venir: «Ni The Artist ha sido la primera película muda y en blanco y negro moderna; ni Blancanieves será la última. Pero independientemente de la forma, lo importante es que la película sea interesante y tenga buenos actores».

A juzgar por las reacciones que ha habido hasta ahora hacia la película, parece que Blancanieves sí que es una buena historia con buenos actores: «Hasta ahora ha habido muy pocos pases de la película en España y todos han tenido reacciones muy positivas. Igual ha pasado en Toronto», asegura el director. «Sentimos que la peli conecta con el público pero la hora de la verdad será el día del estreno. Y para que todo salga bien, el Festival de San Sebastián es pieza fundamental», confiesa. Una vuelta por la puerta grande al Festival que le sirvió como base para su formación: «De alguna forma, se cierra el círculo. Es mágica. Y además, es jugar en casa».