La carrera por los Oscar de este año se presenta aún más disputada que
el año anterior. Y eso es mucho decir. La película con más nominaciones
(Babel) no es necesariamente la favorita. El premio a la mejor del año se lo disputa hasta el último voto con la cinta de autor de esta edición, Infiltrados, y la independiente, Pequeña Miss Sunshine. TÍO OSCAR analiza aquí la lista de los candidatos e invita a los lectores a que expongan sus predicciones.
Premios técnicos
La incertidumbre de esta edición de los Oscar es tal, que ni siquiera es fácil prever qué películas van a triunfar en los apartados técnicos. Los efectos visuales son una especie de dèja vu: el vuelo de Superman, el hundimiento del Poseidon y los fantasiosos rivales de los piratas del Caribe. Esta última parece la favorita por su victoria en los premios de la Visual Effects Society. Por un efecto de arrastre, es probable que también el de montaje de sonido. Incluso el Oscar a la mejor mezcla de sonido puede que luzca su nombre grabado en la base, con un grave efecto colateral: Kevin O’Connell y Grez P. Russell (que compiten con Apocalypto) sumarán ya 19 nominaciones sin haber logrado nunca la estatuilla.
Mejor montaje
Esta categoría es uno de los mejores anticipos sobre el desenlace final de la noche: con mucha frecuencia la premiada en este apartado se lleva también el Oscar a la mejor del año. Así ocurrió el año pasado con Crash, aunque falló con El aviador. La responsable de esta última, y mano derecha de Martin Scorsese, Thelma Schoonmaker es la rival a batir por su trabajo con Infiltrados. Pero ojo a Stephen Mirrione, que ya ganó por Traffic.
Premios de ambientación
La costumbre es que coincida la ganadora de dirección artística y de vestuario, pero en esta ocasión, está por ver. Dreamgirls, con su viaje a lo largo de tres décadas de modas y estilos de vida americanos, es una notable candidata al premio a la mejor dirección artística aunque El laberinto del fauno, ganadora en los premios del gremio de diseñadores, tiene muchas opciones. También las tiene en el apartado al mejor maquillaje en un año sin ejercicios espectaculares. De ser así, los catalanes David Martí y Montse Ribé pisarán en escenario del Kodak Theater. Pero la película hispano-mexicana no compite por el diseño de vestuario, en el que el fulgor de la corte de María Antonieta y el derroche de oropeles de La maldición de la flor dorada llevan las de ganar.
Mejor fotografía
Ausente Tom Stern por Banderas de nuestros padres / Cartas desde Iwo Jima, el camino parece haber quedado despejado para Emmanuel Lubezki por Hijos de los hombres. Pero los honores se los puede robar otro mexicano, Guillermo Navarro por El laberinto del fauno.
Premios de música
Difícil dicotomía. El premio a la mejor partitura sirve unas veces como estatuilla de consolación para una cinta que, de lo contrario, se iría de vacío (por ejemplo, Full Monty) y otras como anuncio de la ganadora del Oscar a la mejor película. Así, si gana Babel no habrá que echar las campanas al vuelo, como el año pasado pudo ocurrir con Brokeback Mountain: sólo felicitar al argentino Gustavo Santaolalla por su segundo Oscar consecutivo. Si hubiera justicia en el palmarés, la estatuilla sería para Thomas Newman por meterse en la piel de su padre –el gran Alfred, y componer El buen alemán. La mejor canción saldrá, si no se tuercen mucho las cosas, de la terna que compite por Dreamgirls, probablemente la interpretada por Jennifer Hudson, Love You, I Do.
Premios de guión
Como este premio es un espejo casi perfecto del apartado de mejor película, su pronóstico es de lo más arriesgado. Como mejor guión original se enfrentan Babel y Miss Sunshine y es fácil que la ganadora de las dos sea también la elegida para el gran premio. En los premios del gremio de escritores ganó Miss Sunshine. El Oscar al guión adaptado posiblemente aterrizará en las manos de William Monahan por Infiltrados pero tampoco habría que extrañarse si fuera para el tenso juego de Juegos prohibidos o sirviera para premiar el descomunal éxito que Borat ha tenido en EE UU.
Mejor actriz y actor de reparto
Estamos en tierra de Dreamgirls. Es difícil creer que haya alguien que saliera del cine sin ganas de levantar un monumento a Jennifer Hudson por comerse a casi todos sus compañeros y, de paso, sostener ella solita toda la película. Da igual qué otras actrices estén nominadas: el Oscar es suyo. Y se ha dicho casi todo el reparto porque sólo Eddie Murphy, con tantas tablas como el que más, ha sido capaz de estar a su altura. Un veterano de la comedia, un viejo conocido de los espectadores de medio mundo, que ha demostrado que aún tiene cuerda para rato. Y ya se sabe lo mucho que le gusta a Hollywood hacer un pequeño homenaje a la gente de la familia.
Mejor actriz y actor protagonistas
Desde que se presentó The Queen (La reina) en la Mostra de Venecia nadie duda de que Helen Mirren ganará el Oscar por ese milagro de no parecerse en nada y parecerse tanto al mismo tiempo. Qué difícil ser la reina de Inglaterra incluso en bata. Tampoco cabe mucha discusión sobre el trabajo de Forrest Whitaker en El último rey de Escocia. Los dos irán con el discurso de agradecimiento bien aprendido.
Mejor director
Seis nominaciones como director y dos como guionista han hecho falta para que de una vez por todas Martin Scorsese llegue a la entrega de los Oscar como candidato imbatible. Y que no se apure Alejandro González-Iñárritu: todos saben que van a tener otras muchas ocasiones de premiar su gran talento.
Mejor película de animación
Ninguna de las tres candidatas tiene mucho fuelle, así que, aunque sólo sea por inercia, la producción de Pixar para Disney Cars figura como favorita. Un año nada memorable.
Mejor película extranjera
El laberinto del fauno, con sus seis nominaciones, su estupenda taquilla en EE UU y su origen mexicano, aparece como virtual ganadora de la categoría. Pero este es un premio delicado: no se puede votar a ciegas, hay que ver las cinco candidatas en las salas que las proyectan al efecto. Eso hace que haya que tener ojo con películas más pequeñas, como le pasó a Cyrano de Bergerac. Por eso hay que contar con La vida de los otros, el deslumbrante debut de Florian Henckel von Donnersmarck.
Mejor película
En este año sin certezas, el pronóstico hay que hacerlo no apostando, sino descartando. Así, habría que dejar fuera a The Queen, una producción demasiado pequeña y demasiado inglesa que los académicos van a sentir perfectamente recompensada con el Oscar a la mejor actriz. También se puede prescindir de Cartas de Iwo Jima porque los últimos Oscar de Clint Eastwood están aún recientes y la película, aún apreciable, está algo por debajo de la altísima calidad de sus últimas cintas. Con el trío restante ya hay que recurrir a la mera especulación. Babel tal vez sea una película demasiado áspera para reunir los votos suficientes que le darían la victoria. Además, ni es una película de la industria de Hollywood ni es una película del circuito independiente de EE UU como demuestra el hecho de que no figura entre las candidatas de los premios Independent Spirit. Habría que mirar entonces hacia Infiltrados, aunque las cintas violentas de gangsters y polis siempre tienen una gran dificultad para triunfar en los Oscar. Además, su estreno se remonta a los estertores del verano. Pero es que la tercera candidata, Pequeña Miss Sunshine se presentó hace nada menos que un año en el Festival de Sundance, aunque su estreno en los cines fue en julio. ¿Será entonces Scorsese el gran triunfador de la noche o se impondrá la dulzura y la alegría de vivir de Miss Sunshine? ¿Recuerdan lo que ocurrió cuando hubo que dirimir entre la guerra de Salvar al soldado Ryan y el romanticismo de Shakespeare in Love? Y una nota más: si el premio fuera para Miss Sunshine, cabe la posibildad de que estemos ante la primera cinta que gana sólo el Oscar a la mejor película desde que en 1932 le ocurriera a Grand Hotel.