La Academia Catalana de Cine, que preside el actor Joel Joan, ha reconocido a El mundo la existencia de contactos con la AMPAS (Academia americana de cine) para que puedan presentar su propia candidata al margen de la cinta española seleccionada. La polémica está servida. El año pasado los premios Gaudí reconocían a Camino como mejor película europea.
Los premios Gaudí se saldaron el año pasado como un fracaso, ya que no obtuvieron el reconocimiento presencial ni del ex-Ministro de Cultura, César Antonio Molina, ni de la nueva Ministra, Ángeles González-Sinde. Tampoco asistieron representantes de la academias del cine europeo. La polémica sobre si una película es lo «suficientemente catalana» basada en 18 baremos que articula el código normativo de los premios ha suscitado un revuelo sobre su perfil discriminatorio y segregador. Esto teniendo en cuenta que según declaraciones del propio Joan, no necesariamente las películas tienen que estar habladas en catalán para ser consideradas catalanas. Joel Joan fue reelegido recientemente como cabeza de la institución a falta de otro candidato. Con Montse Ribé (oscarizada maquilladora de El laberinto del fauno) como vicepresidenta, la Academia nace con el objetivo de capitalizar el talento catalán.
La AMPAS no se ha pronunciado todavía (y no parece que lo vaya a hacer nunca) pero parece improbable que esta negociación llegue a buen puerto. Aún así, recordemos que la AMPAS sólo permite una película por país y que su concepción de país es subjetiva. Taiwán ganó el Oscar en 2000 por Tigre y Dragón cuando su reconocimiento oficial como nación no está legítimamente admitida.