La presidenta de la Academia de Hollywood Cheryl Boone-Isaacs dio ayer permiso explícito para covertir los Oscar 2017 en una poderosa reivindicación política por parte del maestro de ceremonias y los diferentes presentadores. Su discurso ante los nominados presentes habló del veto a los que no pudieron asistir y tampoco podrán hacerlo a la gala del día 26, de la libertad creativa y celebró la diversidad y de la unión invisible e indestructible de los creadores de todo el mundo, independientemente de su idioma, credo, raza o nacionalidad.
«Con vuestra nominación, os convertís en parte de una comunidad que tiene casi un siglo de historia, que no es una comunidad exclusiva de Hollywood, ni de EEUU, sino del mundo.
Llena de narradores, nacionales e internacionales, cada día que pasa se hace más integradora. Estoy muy orgullosa de formar parte de ella y ver tantas caras nuevas entre los nominados de este año.
¡Qué barbaridad! ¡Cuántas cosas diferentes en un solo año!
Un año en el que la Academia tiene 683 miembros nuevos. Mujeres y hombres que servirán de inspiración a la generación siguiente con la misma capacidad para maravillar y encantar que tuvisteis cada uno de vosotros la primera vez. Dicho llanamente, el progreso es un hecho. Un progreso que confío que continuará en el futuro mientras nosotros sigamos aportando cambios a la Academia y a todo el sector.
Cuando ampliamos el número de socios, cuando abrimos nuestros brazos para integrar a más gente, somos un ejemplo reluciente. Cuando nuestros narradores abordan temas de importancia, como la intolerancia religiosa, el racismo o el sexismo, cuando llevamos a la pantalla historias de todos los rincones del mundo, nos convertimos en agentes del cambio. Y cuando alzamos la voz en contra de aquellos que intentan levantar fronteras, reforzamos esta verdad fundamental: Que todos los artistas del mundo están conectados por un vínculo muy poderoso. El que habla a la creatividad y a la humanidad que tenemos en común.
Hoy os rendimos homenaje. A vuestro trabajo y a vuestros logros. Pero todos y cada uno de nosotros sabe que hay sillas vacías en esta sala, que han convertido a nuestros artistas en activistas. Hoy en día existe una lucha a nivel global sobre la libertad artística que se siente como más urgente que en ninguna otra época desde los años 50. El arte no conoce fronteras. El arte no habla un único idioma ni obedece a un solo credo. No, el poder del arte es que trasciende todas estas cosas y las sociedades fuertes no censuran el arte, lo celebran.
Estados Unidos nunca debería ser frontera, sino guía. Nos levantamos en apoyo de todos los artistas del mundo. Nos levantamos contra aquellos que intenten limitar nuestra libertad de expresión y nos levantamos por este principio fundamental: Que todos los artistas creativos del mundoestán conectados por un vínculo irrompible… más poderoso y permanente que la nacionalidad y la política.
Y así como nuestro trabajo no se detiene ante ninguna frontera, no se puede permitir que las fronteras nos detengan a ninguno de nosotros.»