La gala comienza con un número musical de Neil Patrick Harris, muy a lo Busby Berkley, como cabía esperar de Adam Shankman, el productor de la ceremonia de este año.
Al acabar, Steve Martin y Alec Baldwin hacen su entrada descolgándose desde el techo rodeados de ángeles.
Su discurso de presentación, saludando a muchos de los nominados, recurrió a varios chistes fáciles pero efectivos.
El primer Oscar de la noche lo presentó Penélope Cruz, es decir, ha sido el de mejor actor de reparto. Después de cinco largos clips, no había sorpresa en el sobre: Christoph Waltz por Malditos bastardos. “Penelope Cruz y un Oscar: eso es un überbingo”, dice.
Desde mitad del patio de butacas, Ryan Reynolds presenta la primera película de las diez nominadas: The Blind Side.
Tras el primer corte de publicidad, Steve Carrell y Cameron Diaz (que no se lleva bien con el teleprompter) salen al escenario a presentar el premio a la mejor película de animación. Antes de abrir el sobre, los protagonistas de estas cintas tienen la oportunidad de explicar la gran emición que sienten con la nominación.
El premio, claro, es para Up, de la fábrica de sueños del siglo XXI, Pixar. Sube a recogerlo Pete Docter.
El turno es ahora para la nueva generación: Amanda Seyfried y Miley Cyrus, encargadas de anunciar el Oscar a la mejor canción. Este año, en lugar de cantar los temas en el escenario, simplemente se emite un clip con imágenes de la pelicula y la grabación de los temas.
Tampoco hay sorpresa aquí: la estuilla es para ‘The Weary Kind’, de Corazón rebelde.
De nuevgo al medo del patio de butacas, esta vez con Chris Pine que, a falta de tener nominada a Star Trek, presenta la candidatura de District 9.
Baldwin da entonces paso a su compañera de 30 Rock, Tina Fey, acompañada de Robert Downey, Jr. que se ocupan del mejor guión original, explicando ella la categoría desde el punto de visto de los que escriben y él desde el que los interpretan.
El premio, una de las más determinantes de la noche, es para En tierra hostil, de Mark Boal, que se impone así a Quentin Tarantino, que ve cómo se escapa su mejor oportunidad de la noche.
Aparecen entonces Matthew Broderick y Molly Ringwald para presentar un homenaje en vídeo de John Hughes, desaparecido recientemente.
Al clip le siguen pequeños discrusops de muchos de los actores que trabajaron con él: Anthony Michael Hall, Judd Nelson o Macaulay Culkin. Algunos se preguntan por qué a Hughes sí y a otros no; por qué el Oscar honorífico a Lauren Bacall, que está vivo y podría haberlo disfrutado, se desterró fuera de la ceremonia, a noviembre.
El vídeo de Up lo presenta Samuel L. Jackson.
Zoe Saldana y Carey Mulligan bajan peligrosamente las escaleras para entregar los Oscar a los mejores cortos. Primera ocasión perdida para el cine español en la categoría de mejor corto animado porque no es para La dama y la muerte, sino para Logorama, una curiosa cinta hecha por entero con logotipos de famosas marcas. Por su parte, el mejor corto documental es para Music by Prudence, sobre una compositora de Zimbaue que tiene una banda de músicos de discapacitados mentales. Y, finalmente, el de imagen real va a The New Tenants, sobre dos personas que alquilan un piso y se encuentran con unas sorpresas poco agradables.
Ben Stiller, sin Sasha Baron Cohen, sale ataviado de Na’vi y hablando en su extraterrestre idioma para anunciar el mejor maquillaje. “Lo curioso es que Avatar ni está nominada”, reconoce.
La estuilla va a manos de la favorita, Star Trek.
Jeff Bridges, que trabajó con los Coen en El gran Lewoski, introduce el vídeo de Un tipo serio.
Jake Gyllenhaal y Rachel MacAdams recorren el escenario.
Su cometido: anunciar cuál es el mejor guión adaptado del año, que no es la gran favorita, Up in the Air, sino Precious.
Un video presentado por Queen Latifah recuerda que hace cuatro meses se entregaron los premios honoríficos a Lauren Bacall, Roger Corman y Gordon Willis.
Termina con una mini standing ovation. Cada vez se entiende menos por qué se los llevaron a noviembre.
Robin Williams entrega la estatuilla más previsible de la noche: Mo’Nique, mejor actriz de reparto por Precious. Una gran parte del público se pone en pie.
La cómica, que se negó a hacer campaña para los Oscar, recuerda que los premios se dan por las interpretaciones y no por las estrategias. Es la sexta actriz negra que se lleva la estatuilla.
Turno ahora para que el muy inglés Colin Firth dé paso al clip de la muy inglesa dirigida por una danesa An Education.
Sigourney Weaver, de regreso de Pandora, está encargada del Oscar a la mejor dirección artística, que se lo lleva su película, Avatar, que inaugura así el marcador.
Para el vestuario, una pareja obvia: Tom Ford y Sarah Jessica Parker.
Tampoco sorprende el ganador: La reina Victoria, de Sandy Powell, que recuerda que ya tenía dos y se lo dedica a sus compañeros de profesión que hacen películas contemporáneas y de bajo presupuesto.
Desde el patio de butacas, el cisne Charlize Theron presenta al patito feo, Precious.
Para hacer un receso, Steve Martin y Alec Baldwin parodian Paranormal Activity. Con los compases de Alexandre Desplat, Kristin Stewart y Taylor Lautner presentan un homenaje al cine de terror.
Siguen los muchachos: Anna Kendrick y Zac Ephron ponen un vídeo en el que Morgasn Freeman explica la diferencia entre mezcla y montaje de sonido. Las dos estatullas se la llevan nada más y nada menos que En tierra hostil, en su dos primeras grandes victorias sobre Avatar, que cae derrotada en apartados en los que era claramente favorita.
Otro clip, el de los premios científicos y técnicos, lo presenta Elizabeth Banks, que ya fue la anfitriona en esa ceremonia.
Y más vídeos: el de Malditos bastardos, presentado por John Travolta.
Sandra Bullock, recién elegida peor actriz a quizá pronto también mejor, anuncia que la mejor dotografía es la de Avatar, de Mauro Fiore, que se lleva el primer Oscar de fotografía a una película en 3D.
Demi Moore, con la música de Ghost, presenta el homenaje a los fallecidos del año con música en directo de James Taylor.
Jennifer Lopez, Sam Worthington y sus enorme gafas de pasta negra presentan las mejores partituras del año, que se ponen en el escenario con sendos números de baile, como hacía Debbie Allen en los noventa. Bueno, como ella pero sin gracia. La estatuilla corre hacia los brazos de Michael Giacchino, que se lleva su primera de la que, seguro, será una larga lsita.
Como el Oscar a los efectos visuales no tiene posibilidad de sorpresa ninguna porque lleva escrito Avatar en todas partes, la presentación de este premio se anima con la presencia de Bradley Cooper y Gerard Butler.
Jason Bateman, habitual de las películas de Jason Reitman, da paso al vídeo de Up in the Air.
Matt Damon, que ha vivido uno de sus mejores años profesionales, entrega el galardón al mejor documental a The Cove, que remata así su larga trayectoria de premios este año.
El muy popular en EE UU y muy desconocido en el resto del mundo Tyler Perry presenta el mejor montaje, que de nuevo va a En tierra hostil por encima de Avatar.
Le sigue el vídeo de la cinta de Bigelow, que a estas alturas de la noche ya se dibuja como segura triunfadora, presentado por Keanu Reeves.
Pedro Almodovar y Quentin Tarantino se conocen en el escenario del kodak para presentar el Oscar a la mejor película extranjera.
El premio es para El secreto de sus ojos, la película de Juan José Campanella que representa a Argentina, aunque también tiene participación española. Es el segundo Oscar para el país sudamericano.
Para presentar el vídeo de Avatar, aparece Kathy Bates que, recordemos, participó en la anterior cinta de Cameron, Titanic.
Un vídeo recopila el trabajo de los cinco actores candidatos al mejor del año. El premio sigue el esquema ideado el año pasado, con cinco estrellas para defender los méritos de cada nominado. Michelle Pfeiffer recuerda el primer día de rodaje de Los fabulosos Baker Boys para presentar a Jeff Bridges; Vera Farmiga cuenta lo que asusta que te pongan de pareja, aunque sea cinematográfica, de George Clooney; Julianne Moore habla de su amistad de tres días con Colin Firth; Tim Robbins rememora los días de Cadena perpetua junto a Morgan Freeman; y Colin Firth tiene que tirar de S.W.A.T. para hablar de Jeremy Renner. Pero el Oscar lo entrega Kate Winslet.
Y es para Jeff Bridges, a la quinta, que hace un discurso mucho más extenso de lo permitido y en el que menciona a todo el equipo de Corazón rebelde.
Mismo esquema para mejor actriz. Forest Whitacker presenta a Sandra Bullock, su compañera en Siempre queda el amor; Michael Sheen habla de la reina Helen Mirren; Peter Sarsgaard recuerda que Carey Mulligan se ha enamorado dos veces en la pantalla de él; Oprah Winfrey explica que Gabourey Sidibe hace dos días era tan sólo una simple estudiante; y Stanley Tucci se deshace en halagos con Meryl Streep.
El sobre lo abre Sean Penn y el nombre escrito en él es, claro, Sandra Bullock.
La ganadora tiene palabras para todas sus compañeras de nominación y también para los personajes auténticos en los que se basa The Blind Side. Y termina muy emocionada defendiendo la igualdad de oportunidades.
Barbra Streisand sale a escena así que es el momento del Oscar a la mejor dirección. Empieza recordando que puede ser el primer Oscar para una mujer o el primer Oscar para un afroamericano. Finalmente, es el primero: Kathryn Bigelow, por En tierra hostil. “El secreto de dirigir es colaborar”, recuerda antes de mencionarles a todos. La dedicatoria es para los militares en misiones alrededor de todo el mundo.
El último premio, el principal, viene de la mano de Tom Hanks. Sin necesidad de recordar ni los nominados, confirma que es la noche de En tierra hostil, que acaba con seis Oscar.