De todas las fotos de la entrega de los Oscars honoríficos que la Academia cedió ayer, ésta es la que más me ha llamado la atención. Es Tom Ford hablando con la estrella de la noche, Lauren Bacall. Qué tipo tan astuto. Primero logró que su salto del diseño de moda a la dirección de cine contara con la bendición del Festival de Venecia y ahora se fotografía con la primera ganadora de un Oscar en 2009 para aupar su propia candidatura.
Pocas personas saben tanto de promoción como quienes trabajan en el competitivo y voraz mundo de la moda, ya sea con publicidad, ya sea con apariciones en los medios, ya sea con apariciones en los medios como compensación por la inserción de publicidad. Vamos, que Mr. Ford se va a dedicar en cuerpo y alma a ser candidato al Oscar con su cinta A Single Man y sabe perfectamente qué resortes tiene que tocar para conseguirlo.
Y en el viaje le acompaña Harvey Manostijeras. Hollywood es lo que es porque a lo largo de su historia ha habido un puñado de halcones como él. Será uno de los premios Irving G. Thalberg más merecidos que podamos imaginar.