La categoría de guión en los Emmy de este año, afortunadamente más variada que la del año pasado, es un perfecto ejemplo de por dónde van los tiros en esta edición. En drama, la rival a batir sigue siendo Mad men, aunque el final de Perdidos y la revelación de The good wife piensan plantar cara. En comedia, Rockefeller Plaza cederá su hegemonía y todo se debatirá entre las dos noveles Glee y Modern family. En miniserie o telefilm el duelo se plantea entre la relevancia de You don’t know Jack, el saber hacer de Peter Morgan y los números de The Pacific.
Mejor guión de una serie – drama
- ‘The son’, de Friday night lights. Rolin Jones
- ‘Pilot’, de The good wife. Michelle King y Robert King
- ‘The end’, de Perdidos. Damon Lindelof y Carlton Cuse
- ‘Guy walks into an advertising agency’, de Mad men. Robin Veith y Matthew Weiner
- ‘Shut the door. Have a seat’, de Mad men. Matthew Weiner y Erin Levy
Rolin Jones procede del mundo del teatro y estuvo nominado en el 2006 al Pulitzer por su obra The intelligent design of Jenny Chow. En televisión, comenzó formando parte del equipo de productores/guionistas de Weeds, beneficiándose de la nominación que consiguió el año pasado a mejor serie de comedia. Este año se incorporó a la cuarta temporada de Friday night lights y suyo es ‘The son’, probablemente el episodio más emotivo de toda la serie (¿tendrá algo que ver que se trate del 4×05, como ‘The constant’ de Perdidos?), que le reporta su segunda nominación al Emmy. A pesar de su innegable calidad, consideramos que es el que parte con menos posibilidades.
El matrimonio King, formado por Michelle y Robert, ya probó suerte en el 2006 con las series de abogados creando In justice, protagonizada por Kyle MacLachlan (Twin Peaks). A pesar del fracaso de ésta, lo han vuelto a intentar con The good wife, en el fondo un procedimental de toda la vida, pero con una trama de continuidad inspirada en el caso de corrupción del político demócrata Eliot Spitzer. El piloto nominado presenta de forma ejemplar sus cartas y sus personajes. Además, el caso de asesinato que le toca defender a Alice (Julianna Margulies) está resuelto con imaginación y la sabiduría de quien se ha empapado de lo mejor del cine judicial, desde Testigo de cargo, hasta J.F.K. Toda una sorpresa.
Los merecidamente endiosados Lindelof y Cuse de Perdidos se lo jugaron todo a una carta en el episodio final de la serie más influyente de la televisión reciente y, como todos sabemos ya, la reacción de los seguidores no ha podido ser más dispar. Desde un punto de vista emocional y de cierre el episodio es perfecto y la dirección de Jack Bender es excepcional, pero la exposición de los hechos se antoja a veces atropellada, y eso si obviamos además que muchos esperaban unas respuestas que nunca les iban a dar. Por estos motivos es probable que éste sea uno de los premios que se le escape a la serie.
Mad men ha pasado de abusar en la categoría de guión con cuatro episodios candidatos a tener sólo dos: el game changer de mitad de la tercera tanda «Guy walks into an advertising agency» y la finale «Shut the door. Have a seat», probablemente los mejores de la temporada junto a «The gypsy and the hobo». Weiner, creador de la serie, ya ha ganado los dos años anteriores, pero Veith y Levy aún están vírgenes en esto de los premios, aunque para la primera es su tercera nominación. Y nosotros creemos que, si no triunfa la consabida división de votos, será ella la que se lleve la estatuilla a casa. Y Weiner tendrá que comprar una estantería para su séptimo Emmy.
Quién debería ganar: ‘Pilot’, de The good wife
Mejor guión de una serie – comedia
- ‘Pilot’, de Glee. Ryan Murphy, Brad Falchuk e Ian Brennan
- ‘Pilot’, de Modern family. Steven Levitan y Christopher Lloyd
- ‘Niagara’, de The office. Greg Daniels y Mindy Kaling
- ‘Anna Howard Shaw day’, de Rockefeller Plaza. Matt Hubbard
- ‘Lee Marvin Vs. Derek Jeter’, de Rockefeller Plaza. Tina Fey y Kay Cannon
Ryan Murphy tan sólo había estado nominado hasta ahora por la dirección del piloto de Nip/Tuck y, seis años más tarde, hace doblete con la dirección y guión del fenómeno del año, Glee, acompañado de sus colaboradores Brad Falchuk e Ian Brennan. El piloto expone la trama de forma clara y divertida, como cabe esperar de un piloto, pero no arranca del espectador una senación de redondez como el de Modern family. Glee es una suma de ideas y buenos propósitos que no siempre se materializan en aciertos. Quiere contar mucho en poco tiempo. Y además, algunos académicos se acordarán de Popular y considerarán que lo que Murphy les está dando no es más que un refrito de las ideas que se vieron en ella, pasadas por la túrmix de High School Musical. Glee es mucho más que eso, pero sólo ganará si arrasa en el resto de categorías.
La petardez y el hype de Murphy se enfrentan contra la tradición y clasicismo de los creadores de Modern family: Steven Levitan (Frasier o la infravalorada pero genial Dame un respiro) y Christopher Lloyd (no confundir con el actor de Regreso al futuro), autor de varios episodios de Las chicas de oro. El piloto de Modern family es un ejemplo de manual de lo que debe ser una exposición de personajes, ágil y divertidísima, que incluye además un pequeño giro final en el que descubrimos la conexión entre ellos y que sentará las bases para el resto de una temporada con momentos muy grandes. Y aunque sólo fuera por el instante de El rey león, merecería el Emmy de calle.
Greg Daniels, que comenzó en el Saturday night live para luego pasarse a la animación con Los Simpsons o El rey de la colina, ya tiene 5 Emmys en su haber, el último hace 3 años por el guión de uno de los 117 episodios de The office que ha firmado. Éste lo ha escrito junto a Mindy Kaling, una de las integrantes del reparto de la serie, genial en el papel de Kelly. ‘Niagara’, el esperado momento de la boda de Jim y Pam, merece ser nominado sin duda alguna, pero en cuanto a posibilidades reales de premio, frente a los huracanes de Glee y Modern family, nos tememos que son bastante escasas.
Al igual que Mad men, Rockefeller Plaza avasalló el año pasado con 4 candidaturas en guión que en esta ocasión se han rebajado sólo a dos: ‘Anna Howard Shaw day’, divertida deconstrucción del típico capítulo de San Valentín al que Matt Hubbard, ganador del año pasado, sabe proporcionar el punto de patetismo que el personaje de Tina Fey necesita; y ‘Lee Marvin vs. Derek Jeter’, que firma la propia Fey con la recién llegada Kay Cannon, que con este capítulo consigue su primera nominación. El ligero bajón que ha pegado la serie en su cuarta temporada, sobre todo en comparación con las excelentes dos anteriores, nos permite afirmar que, finalmente, dejarán sitio a las nuevas producciones.
Quién debería ganar: ‘Pilot’, de Modern family
Mejor guión de una miniserie o telefilm
- ‘Part eight’, de The Pacific. Robert Schenkkan y Michelle Ashford
- ‘Part ten’, de The Pacific. Bruce C. MacKenna y Robert Schenkkan
- The special relationship. Peter Morgan
- Temple Grandin. Christopher Monger y William Merritt Johnson
- You don’t know Jack. Adam Mazer
Al igual que ha sucedido en la categoría de dirección, son dos los episodios de la miniserie The Pacific que han sido nominados en la categoría de mejor guión: el octavo y el décimo y último. En ambos participa Robert Schenkkan, actor en los 80 reciclado en guionista (suyo es el libreto de El americano impasible de Phillip Noyce) en esta década. Le acompañan Michelle Ashford (John Adams) y Bruce C. MacKenna (Hermanos de sangre). La lógica indica que la producción con más nominaciones, como es el caso, parta con más posibilidades. Además la Academia tiende a premiar a las miniseries más que a los telefilms en esta categoría (recordemos que el año pasado Little Dorritt venció a Grey Gardens), por lo que, si no hay división de votos, nosotros apostamos por su victoria.
Peter Morgan, doble nominado al Oscar por The Queen y por Frost/Nixon, continúa con sus relatos políticos, aunque esta vez para televisión, con el análisis de la relación entre Tony Blair (de nuevo Michael Sheen) y Bill Clinton (Dennis Quaid). Ésta es su segunda nominación a un Emmy tras la que consiguió como productor por Longford en el 2006. Morgan nos deleita con una estructura y unos diálogos muy precisos, como nos tiene acostumbrados. Pero el conjunto tiene una ligera sensación de déjà vu y nos ha parecido menos notable que otras propuestas en este año.
Tanto el británico Christopher Monger como su coguionista William Merritt Johnson reciben con Temple Grandin su primera nominación a los Emmy. El segundo venía de colaborar en los guiones de otra producción HBO: In treatment. Su libreto para el biopic de la luchadora autista está bien hilvanado y contado, pero no pasa de ser un trabajo funcional y poco cinematográfico. Probablemente es la candidatura que parte con menos opciones.
La historia de Jack Kevorkian, el famoso Doctor Muerte que en Estados Unidos proporcionó la muerte asistida y consentida a más de un centenar de personas en los 90, ha sido llevada a la pequeña pantalla por el desconocido Adam Mazer, en cuyo currículum sólo encontramos El espía, con Chris Cooper y Ryan Phillippe, aunque ya está preparando otros dos guiones. Con You don’t know Jack nos logra transmitir la tenacidad de un personaje muy particular, entre excéntrico y hermético, y su lucha contra el sistema. Las secuencias de las conversaciones con los enfermos terminales son sobrecogedoras en su sencillez y proporcionan al reparto un buen puñado de escenas para su lucimiento. Con Emmy o sin él, seguiremos de cerca a Mazer.
Quién debería ganar: You don’t know Jack