Cada año, la verdadera competición está en una de las dos categorías a mejor guión. Este año la pugna está en la categoría de adaptado, lo cual deja la categoría de mejor guión original como un territorio sin favoritismos en la que Spike Jonze parte con la ventaja de haber ganado el Globo de Oro por encima de dos de las otras nominadas, pero se suman Woody Allen, un clásico de la categoría y Dallas Buyers Club, una de las sorpresas de la carrera. ¿Qué ocurrirá finalmente?.
Eric Warren Singer y David O Russell por La gran estafa americana
David O. Russell se cuela por segundo año consecutivo en esta categoría con una historia de robos ambientada en los años setenta e inspirada en hechos reales (de ahí que compita en esta categoría). No cabe duda de que La gran estafa americana es una película de actores, todas las película de O. Russell lo son, lo que es más complicado de descifrar es si el trabajo es único de los intérpretes o el guión, con una construcción más usual de lo que parece y con recursos facilones en servicio de la película podía aportar la personalidad necesaria al proyecto. La gran estafa americana se basa en un hecho real ocurrido en Estados Unidos muy sonado, y que recibió cobertura mediática y líneas de texto por doquier. Quizá en su génesis la historia resulte interesante, divertida y todas esas cosas que nos quiere hacer creer el director y guionista, pero la realidad de la película, que es lo que tratamos de plasmar aquí, es que es un guión con muy poca personalidad, con personajes planos, mal presentados y con los que es poco posible empatizar. Aún así, David O. Russell vive desde hace unos años su segunda edad de oro en Hollywood que ya ha alzado a algunas de sus películas con diversos premios. No parece que ésta sea la categoría estrella para La gran estafa americana, pero con O. Russell todo puede ser una sorpresa.
Woody Allen por Blue Jasmine
El maestro Allen consigue con ésta su decimoquinta nominación al Oscar. Blue Jasmine supone el regreso del guionista dos años después de conseguir el Oscar por Midnight in Paris, una historia de la diferencia de clases y sus miserias. Nadie escapa a esta ácida crítica de la sociedad neoyorquina a través de Jasmine, la estrella de la alta sociedad que llega a San Francisco, donde vive su hermana, a resolver su negacionismo frente a su vida. Patéticos y adorable, como solo Allen sabe retratarlos, los personajes discurren a través de una línea argumental que corresponde, punto por punto con la vida de Jasmine, magistralmente interpretada por Cate Blanchett, nominada en esta misma edición y que, por fortuna o no, eclipsa a cualquier otro aspecto de la película en su favor. Es más que probable que este no sea el año del maestro, ni se le espera. Ya lo fue hace dos años. Así sea.
Craig Borten y Melissa Wallack por Dallas Buyers Club
La sorpresa de la carrera tiene un nombre propio: Dallas Buyers Club. Craig Borten y Melisa Wallack son los autores de esta historia positivista, socarrona y tierna sobre un par de enfermos de SIDA que deciden sacar rentabilidad a los problemas que el gobierno de los Estados Unidos no soluciona y acaban convirtiéndose en paladines de la defensa de los enfermos en la sociedad. Aparentemente simple y convencional, pero con un trasfondo perfectamente documentado y una estructura más que eficaz, esta emocionante historia ha ido removiendo conciencias allá por donde ha pasado hasta llegar aquí. Su premio podría ser una más que agradable sorpresa, pero si finalmente no resulta ganadora tampoco debería resultar extraño, al fin y al vabo es una película independiente alzada por la carrera, un ejemplo mil veces visto que nos ha dado grandes sorpresas y grandes decepciones.
Spike Jonze por Her
Spike Jonze y su historia de amor dospuntocero llegan a la gala habiendo conseguido el Globo de Oro y el premio del sindicato de guionistas, dos de los premios más importantes para esta categoría que además se complementan con algunas premios más entregados por asociaciones menores. No hay duda de que el texto de Jonze para esta atípica pero futurible historia de amor es de una delicadeza y una belleza admirable, más aún cuando aborda un futuro cercano y lo funde, en todos los aspectos, con el clásico chico conoce chica, una historia original, divertida, sentimental y que invita a una profunda reflexión ya no solo en torno a las relaciones, sino incluso en torno a la sociedad que estamos construyendo y nuestras formas de relacionarnos entre nosotros y con los dispositivos electrónicos que nosotros mismos creamos. Una lucida reflexión que trasciende lo cinematográfico para ser considerada, sin problema, el guión más elaborado de los cinco, ¿tendrán los académicos la misma opinión?
Bob Nelson por Nebraska
Bob Nelson alcanza, con éste su primer guión de largometraje, el reconocimiento internacional no solo en esta celebración, sino a lo largo de toda la carrera de premios, empezando desde su presentación en el pasado Festival de Cannes. Nebraska, dirigida por Alexander Payne, que ya ganó el premio Oscar hace dos años por Los descendientes, es una película de apariencia muchísimo más simple que el resto de su filmografía (sin ser Payne un director/guionista de mucho artificio), pero que esconde su magnífico encanto en las palabras de su historia. Como con La gran estafa americana o Blue Jasmine, quizá las interpretaciones sean una parte importante para dar cuerpo a esta historia, pero sin duda la profundidad dramática y el retrato de la América profunda que Nelson desgrana aquí distan de los dos ejemplos anteriores y son harina de otro costal. Como con las películas de Allen y O. Russell, quizá dar la victoria a ‘una película de Alexander Payne’ resulta demasiado cercano, pero nadie dice que la noche de los Oscar deje de ser una noche de sorpresas.
Ganará: Spike Jonze, por Her
Debería ganar: Spike Jonze, por Her