Isabel Coixet y Gracia Querejeta se reparten los premios de Málaga

Dos directores copan el palmarés del Festival de Málaga. Gracia Querejeta con 15 años y un día ha logrado la Biznaga de Oro a la mejor película del Festival de Málaga, además de los galardones al mejor guión, música y el premio de la crítica. Isabel Coixet se va con el premio especial del jurado y los galardones a mejor actriz (Candela Peña), fotografía y montaje. La tercera en discordia ha sido Stockholm que logra los premios a mejor dirección (Rodrigo Sorogoyen), actriz (Aura Garrido, ex aequo) y guión novel.

El jurado de esta edición, presidido con Joaquin Oristrell, se ha decantado por las únicas cintas de la sección oficial firmadas por realizadores con larga trayectoria. La casualidad ha querido que sean, además, de las pocas mujeres directoras de España. El premio a la mejor película para 15 años y un día es muy correcto pero muy aburriod. Recuerda a la victoria el año pasado de Los niños salvajes. Peliculas correctas, bien rodadas, conservadoras en sus formas, pero que se han quedado conrtas en su pulso y en su resultado.

Peor se comprenden los premios a la cinta de Isabel Coixet. Si el jurado compra la propuesta pretenciosa y presuntamente autoral de Ayer no termins nunca, tendría que haber sido escogida mejor película, con su sobresaliente realización y sofisticados recursos. Si rechaza su discurso alambicado y vacuo, no debería haber rastro de ella en el palmarés. Pero el premio especial es un quiero y no puedo. Esa media tinta no casa con la radicalidad de la película.

Tampoco han sido muy valientes con los premios de interpretación. La victoria de Candela Peña se daba por sentada entre la prensa desde hace días. Que sea ex aequo con Aura Garrido resta sentido al galardón. En cambio, es irreprochable el reconocimiento a Mario Casas, que logra el segundo premio importante de su carrera tras el Fotogramas de Plata. Su trabajo en La mula sostiene la película entera, componiendo un personaje sencillo y entrañable, de esos que contaminan de emoción la sala.

Stockholm, la apuesta más interesante -aunque no plenamente acertada- de la competición ha logrado dos premios para Rodrigo Sorogoyen: dirección y guión novel. Es el único soplo de aire fresco en un palmarés conservador y tristemente previsible que ha relegado a una de las películas que más ha dado que hablar del certamen, Casting, a los premios de actores de reparto, otorgados al conjunto de sus actores. No es justo: no todos los intérpretes de la cinta están a la misma altura y no refleja una de las mayores alegrías de esta edición: el descubrimiento de la luminosa y arrolladora Esther Rivas, que debería haber recogido hoy un premio con su nombre en solitario.