Hoy ha dado comienzo la 17ª edicción del Festival de Málaga y No llores, vuela, la nueva película de Claudia Llosa protagonizada por Jennifer Connelly, Mélanie Laurent y Cillian Murphy ha sido la encargada de inaugurarlo. A través de una madre y un hijo nos sumergimos en el pasado, marcado por un accidente que les separa. Ella se convertirá en una famosa artista y sanadora. Él, en un peculiar cetrero que vive marcado por las huellas de una doble ausencia. En el presente, una joven periodista propiciará un encuentro entre ambos que hará que se cuestionen el sentido de la vida y del arte, para plantear la posibilidad de asumir una vida plena a pesar de las incertezas.
Claudia Llosa nos ofrece una película de superación con toques de drama familiar, pero por encima de todo No llores, vuela es una cinta de reconciliación. Una película sobre la pérdida y sobre cómo sobreponerse a ella, sin embargo Llosa no consigue hacer redonda una película cuyo principal problema no es su estructura narrativa, no lineal y de ritmo pausado, sino su alargada duración que hace irregular una historia interesante y elegante pero que, en ocasiones, peca de demasiado intensa. Al filme de Llosa sus bajones de ritmo, sobre todo en su parte intermedia, tampoco le ayudan en su empeño de mantener al público expectante y emocionado por una historia de reconciliación, muy bien interpretada y rodada, pero a la que le sobran tanto minutos como intensidad.