‘Le Successeur’, los pecados de nuestros padres

'Le Successeur' / 'El sucesor'
Sugerente y terrorífica
Xavier Legrand presenta, tras la espectacular 'Custodia compartida', un denso thriller con implicaciones psicológicas que cautiva
3.6

Xavier Legrand llega a la Sección Oficial del 71º Festival de Cine de San Sebastián con Le Successeur (El sucesor), una película sobre las relaciones paterno-filiales que extienden su alcance en lo más terrorífico hasta más allá de la muerte del progenitor. Aunque parte del público no llegó a entrar en la propuesta, Le Successeur es un poderoso thriller psicológico y físico sobre los pecados de nuestros padres.

Ellias, un joven diseñador canadiense, triunfa como sucesor a la cabeza creativa de una gran casa de alta costura en los desfiles de París, el mismo día que recibe la noticia de la muerte de su padre. Como único hijo y pariente cercano, y a pesar de que lleva veinte años sin hablar con él, Ellias viajará a Canadá para hacerse cargo de los trámites que implica un deceso, pero en la casa descubrirá un terrible secreto, una herencia envenenada que le ha legado su padre y que tendrá consecuencias imprevisibles.

A partir de la glamourosa y metafórica secuencia inicial en la que unas modelos recorren una pasarela en forma de espiral, la película de Legrand avanza como un drama familiar sobre hijo que vuelve a sus orígenes para enterrar a un padre con el que no tenía ninguna relación, para, en su parte centrar, sumergirse de lleno en el territorio del thriller, con sus detalles efectistas, su tensión in crescendo y un personaje central totalmente superado por el descubrimiento y con unas reacciones tan erráticas como creíbles. Pero el drama trasciende el momento del terror orgánico y se prolonga hasta el final de la película, aumentando la angustia de Ellias, que llega al límite de sus fuerzas físicas y mentales.

La historia es tan extrema que si el espectador no se entrega a ella puede provocarle rechazo, indignación e incluso risa, como sucedió en el pase de prensa, pero lo cierto es que funciona a los dos niveles de drama familiar y thriller. Xavier Legrand ya demostró que domina este género híbrido en Custodia compartida. El caso que presenta es terrorífico pero, francamente, la realidad se empeña todos los días en dejar a la ficción a la altura del betún, y el bello Marc-André Grondin cumple como hombre aterrorizado de su herencia y de su sangre.