En un sorprendente giro respecto a los últimos años, la Academia de
Cine de Hollywood ha elegido al actor Hugh Jackman para presentar la
próxima ceremonia de entrega de los Oscar. Jackman rompe con la
tradición de que sea un cómico quien realiza las labores de
presentación de la gala, aunque tiene muchas tablas: antes de
convertise en una estrella de cine trabajó en el
teatro protagonizando numerosas comedias musicales y ha conducido en tres ocasiones la gala de los Tony.
Hugh Jackman, australiano de nacimiento, protagoniza una de las películas descalabradas de la carrera por los premios de esta edición, Australia. En los últimos años ha participado en varios taquillazos al más puro estilo hollywoodiense, en particular la serie de los X-Men.
En su país alcanzó la popularidad al protagonizar las adpataciones teatrales de Sunset Blvd. y La bella y la bestia. De allí saltó al teatro inglés cuando el Royal National Theatre de Londres le reclamó para protagonizar uno de sus mayores éxitos de los últimos tiempos, la reposición de Oklahoma! El enorme éxito que obtuvo le llevó hasta Broadway para protagonizar The Boy from Oz, por el que ganó el Tony al mejor actor de 2004.
Además, ha sido el presentador de la ceremonia de entrega de los Tony en 2003, 2004 y 2005, un trabajo que fue premiado a su vez con un premio Emmy. «Tiene estilo, elegancia y sentido de la oportunidad», dicen en un comunicado Laurence Mark y Bill Condon, productores de la ceremonia de entrega de los Oscar.
La elección de Hugh Jackman es totalmente coherente con el nombramiento de Mark y Condon hace unos meses con intención de darle una vuelta a la ceremonia de los Oscar. Estos primeros movimientos llevan a pensar que la Academia está mirando a Broadway, no sólo por el currículo de Jackman sino porque Mark y Condon formaron el equipo que llevó al cine el musical Dreamgirls.
Para amantes de la curiosidades, el vídeo que aparece a continuación: en 2004, Jackman interpretó al comienzo la entrega de los mencionados premios teatrales ‘One Night Only’, una de las canciones, precisamente, de Dreamgirls. Y para redondear la premonición, al introducir su saludo dijo: «Estos no son los Oscar, son los Tony». Pues esta vez sí que lo serán.
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