El verano toca a su fin (no hay más que notar el fresquito mañanero en la cara) y ha llegado el momento de entregar las notas a las películas del verano. La hora de la verdad para esos blockbusters salidos del mundo de las viñetas y/o de la ciencia ficción que entre junio y agosto han invadido la cartelera para regocijo y lamento, según el caso, de los aficionados a estos dos géneros cinematográficos que muchas veces caminan de la mano.
Antes de proceder a la entrega de notas, varios apuntes. La organización de las películas es por orden de llegada a la cartelera y no por calificación final de los alumnos. En algunos casos los títulos seleccionados no habían aprobado tras el visionado, pero al compararlos con el resto de la clase han conseguido pasar el corte. La selección se limita a películas basadas en cómics y/o de ciencia ficción porque es de lo que se trata este blog. Y, por último, como decía el genio de la lámpara en Aladín: “No se admiten cambios, ni devoluciones”. Pero sí comentarios. Faltaría más.
Notable alto. Puede que a los seguidores de las aventuras de Superman no les haya gustado mucho esta nueva versión del primer superhéroe de la historia, pero Zack Snyder corrió el riesgo de renovar el mito y lo hizo con solvencia y acierto. La reinvención de los símbolos de Superman obviado algunos tan ridículos hoy en día como el caracolillo, los calzoncillos superpuestos o el hecho de que Lois Lane haya sido considerada durante cincuenta años uno de los personajes de ficción más tontos fue todo un acierto. Como ya se dijo en su día, Snyder y Nolan han reinventado y dignificado el mito de Superman. El ‘pero’ es que la acción tardaba demasiado en llegar.
Aprobado. El caso de After Earth es un ejemplo de las películas que en un primer momento suspendieron, pero que tras ver otras que le siguieron en la cartelera resultó que tampoco era tan mala. Rutinaria, previsible y un tanto plana. Pese a esto, tenía algunas cosas interesantes, como el arranque. Lástima que la parte de ciencia ficción flojease.
Matrícula de honor. No podía ser de otra forma. Divertida, emocionante, emotiva, espectacular… Esta segunda entrega de Star Trek lo tenía todo. J.J. Abrams entiende muy bien el cine y cómo deben hacerse las cosas. Ni respiro dejaba. 132 minutos, sí 132, de puro espectáculo cinematográfico. No se le puede sacar ni una pega. Quizás los trekkies no piensen lo mismo, pero la película no está hecha para ellos y Abrams ya lo avisó en su primera incursión. La elección de Benedict Cumberbatch, todo un acierto. Un consejo, mejor en original para disfrutar de la voz del británico.
Suspenso. Y porque no hay una nota más baja, porque en Lobezno todo hacía aguas. La historia, ese empeño por intentar convertir a un personaje como Logan en una suerte de Caballero Oscuro obligándole a tener una profundidad que no tiene, la chica que más parecía una muñeca de porcelana que una actriz… Lobezno es el mutante más carismático de todos, el que tiene más gancho, pero James Mangold lo convirtió en un amargado. Aunque lo peor de todo no es lo que le hicieron al personaje encarnado por Hugh Jackman, sino que la película, como película, resultaba anodina, aburrida.
Bien. Por encima del aprobado, pero sin lanzar cohetes. El primer avance que mostró Paramount hacia pensar en algo mucho peor. Con esos castellers versión zombi. Luego, vista en su conjunto, el resultado era una película entretenida a la que quizá le faltaba más acción. Sobre todo una escena final más espectacular. Aunque puede que su mayor fallo fuese la elección del protagonista, Brad Pitt, que no parece encajar muy bien entre zombis.
Bien. Igual de divertida que la primera y con bastantes dosis de acción, que es lo que se busca en este tipo de películas. Solo por ver a Helen Mirren armada hasta los dientes y repartiendo a diestro y siniestro ya merecía la pena. El problema principal de esta segunda entrega era el mayor protagonismo del personaje de Mary-Louise Parker, cargante en exceso y que convierte en muchas escenas a Bruce Willis en un ñoño.
Suspenso alto. Lo de alto es por no colocarla al nivel de Lobezno, sin duda la peor película del verano. Lo único que se puede salvar de Pacific Rim son los robots, que impresionan. El resto es todo un despropósito. Desde los actores (ni siquiera se salva Idris Elba) hasta la historia, cargada de chiches, sin gancho y con una química nula entre sus protagonistas.
Notable alto. La única pega que se le puede poner a Elysium y que evita que se lleve el sobresaliente es que Neil Blomkamp se puso así mismo el listón tan alto con District 9 que tiene difícil superarse con sus próximos trabajos. Aún así, Elysium es una gran película de ciencia ficción, con un Matt Damon impecable (como siempre) y una ambientación muy acertada. Este segundo trabajo del director sudafricano conserva lo que parece ser su sello personal: nada de autocomplaciencia y la ciencia ficción como vehículo de crítica social.
Notable. No es por llevar la contraria, pero El llanero solitario no se merecía las malas críticas, sobre todo vertidas al otro lado del charco, que le han perseguido desde su estreno. No es redonda, pero es divertida y entretenida. Solo por los últimos veinte minutos vale la pena verla. Una hora menos de metraje habría hecho que el resultado fuese mejor, las escenas buenas no se dispersasen tanto y se mantuviese mejor el ritmo.
Sobresaliente. Divertida y muy bestia. Eso es lo que se esperaba de esta secuela de Kick Ass y eso es lo que es. Cobra más protagonismo el personaje de Hit Girl (Chloë Grace Moretz) y se agradece. Tanto ella como el superhéroe cutre que da título al cómic primero y ahora a la saga cinematográfica (Aaron Taylor-Johnson) llevan el peso de una historia que se ríe y ridiculiza, como nadie, el mundo de los superhéroes de cómics y a sus seguidores.