Con Fernando Franco (La herida) nominado a mejor director novel y con la ausencia del realizador de una de las cintas más nominadas este año, Álex de la Iglesia (Las brujas de Zugarramurdi), la categoría de mejor director se disputa entre Gracia Querejeta (15 años y un día), muy querida en la Academia a la luz de las candidaturas y de su designación para el Oscar; Manuel Martín Cuenca, que aporta el toque de autor de la selección; Daniel Sánchez Arévalo (La gran familia española), que está saliendo de vacío de todos los galardones del año; y David Trueba (Vivir es fácil) que, al revés del anterior, acumula ya varios trofeos.
Gracia Querejeta por 15 años y un día
Tercera nominación al Goya en esta categoría para la directora de Cuando vuelvas a mi lado, que a estas alturas tiene ya una carrera asentada detrás de la cámara. Aunque 15 años y un día se mueve por terrenos un tanto inestables que en parte podemos achacar a errores de casting de los personajes de la trama adolescente, hay que reconocerle méritos como el sincero retrato que teje de las relaciones familiares, un retrato conseguido a través de los picos interpretativos de Arón Piper, Maribel Verdú -ese monólogo final en el hospital- o la estupenda Belén López. Cabe anotar, eso sí, que la hija del desaparecido productor Elías Querejeta cuenta en su haber con cintas más redondas como Siete mesas de billar francés, por la que también estuvo nominada al Goya. No lo tendrá fácil, teniendo en cuenta la fallida carrera de su última película hacia el Oscar, para llevarse el cabezón en una edición en la que previsiblemente los votos de los académicos se repartirán entre David Trueba, reciente premio Feroz, y la delicada labor de dirección de Manuel Martín Cuenca. Bernardo Pajares
Manuel Martín Cuenca por Caníbal
Si algo define trabajo que Manuel Martín Cuenca realiza Caníbal es la precisión, sutileza y personalidad que le imprime a cada una de las secuencias que forman la película. Si por algo ha destacado Caníbal es por alejarse de lo convencional en todos y cada uno de los aspectos de la cinta, Manuel Martín Cuenca hace que la insólita y perturbadora historia de Caníbal se nos presente como un alegato al amor y a ese otro cine que está surgiendo en nuestro país. Desde su primera secuencia -en la que se nos presenta a Carlos, el protagonista- Martín Cuenca juega con el espectador, un juego que muestra un trabajo de dirección magnífico y que parte de la creencia de que no siempre hay que mostrar todo lo que sucede en la pantalla. Esta es la cuarta nominación para Manuel Martín Cuenca -con Caníbal ha conseguido tres- tras haber sido nominado en 2004 al Goya a Mejor guión adaptado por La flaqueza del bolchevique. Habrá que ver si los académicos deciden premiar a uno de los mayores exponentes de este otro cine español. Roberto Bra
Daniel Sánchez Arévalo por La gran familia española
El trabajo de dirección de más de diez actores con representación importante en pantalla de esta película coral ha llevado a Daniel Sánchez Arévalo a conseguir su primera nominación al Goya a la mejor dirección del año. Después de conseguir el galardón en la categoría de dirección novel, ésta era la consecución lógica de un director que tiene la suerte de poder contar con una carrera más o menos asegurada en los tiempos que corren. Desde su debut en Azuloscurocasinegro ha experimentado con diferentes formatos de reparto, desde el mosaico segmentado de Gordos, hasta la omnipresencia poco numerosa de Primos para aunar fuerzas en este retrato tragicómico de la familia española moderna. En un año sin un claro favorito, puede causar la misma sorpresa que finalmente consiga el premio o no, pero desde luego, la carrera de Sánchez Arévalo ha demostrado lo suficiente por llegar hasta aquí. Pablo López
David Trueba por Vivir es fácil con los ojos cerrados
David Trueba fue el gran triunfador tanto los recién estrenados Premios Feroz como en las Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos. En ambos se llevó la estatuilla como mejor director y mejor guión por su trabajo en Vivir es fácil con los ojos cerrados. ¿Repetirá éxito en los Goya? Acostumbrado a aunar en una misma persona a director y guionista, Trueba suele apostar por las tramas sin demasiados artificios. Historias sencillas directas al corazón. Como si fuesen el capítulo de la biografía de cualquiera de los espectadores que acuden a un cine. En Vivir es fácil con los ojos cerrados deja su impronta sin que se note, con la sutileza de quien maneja con sumo cuidado los hilos que mueven a tres personajes que se encuentran en un momento crucial de sus vidas. Trueba está, sin que se perciba, detrás de cada uno de ellos. Es la sexta edición en la que la Academia se acuerda del director de Soldados de Salamina. M.J. Arias
Ganará: Manuel Martín Cuenca por Caníbal
Debería ganar: David Trueba por Vivir es fácil con los ojos cerrados