Las cuatro nominadas al Goya al mejor guión original este año son los títulos omnipresentes del año. Dos de ellos, Grupo 7 y El artista y la modelo, son dos grandes trabajos, pero parece que parte con ventaja el inferior, más plano y lacrimógeno libreto de Lo imposible. Lo que de verdad no se entiende es qué hace Blancanieves en esta categoría.
Pablo Berger por Blancanieves
Segunda nominación para Berger como guionista, tras la de su ópera prima Torremolinos 73, por su segundo largo que le ha costado casi una década poder hacer realidad. Y aunque tenga su gracia ver adaptado el clásico cuento infantil a la España de principios del siglo XX, con sus cosos, su oro y su grana, la palabra clave está ahí: se trata de una adaptación y por eso no se entiende su inclusión en la categoría de guión original. Pero aun obviando este apunte, tampoco se trata de un gran guión, puesto que la fuerza del film radica más en las interpretaciones y en la puesta en escena de Berger. Si Blancanieves arrasa el día 17 es probable que se haga también con este premio, pero sería uno de los grandes errores que se recordarán en la Historia de los Goya.
Fernando Trueba y Jean-Claude Carrière por El artista y la modelo
Nuestro oscarizado Trueba se ha asociado con el maestro francés Carrière para su décimosegundo largometraje de ficción, El artista y la modelo, una hermosa reflexión sobre el arte y su inspiración. Y qué mejor colaborador que una leyenda viviente que ha trabajado con Buñuel (El discreto encanto de la burguesía, Ese oscuro objeto del deseo) y es responsable de libretos de films emblemáticos como Valmont, El tambor de hojalata o La insoportable levedad del ser. Esta es la quinta nominación a un Goya para Trueba como guionista, premio que no ha ganado desde hace 20 años con Belle Epoque. De las cuatro películas con mayor numero de nominaciónes este año, ésta es la que parece partir con menos posiblidades en las categorías mayores, pero si hay un premio que puede ganar es éste.
Rafael Cobos López y Alberto Rodríguez por Grupo 7
Tercera colaboración del tándem Rodríguez-Cobos tras las interesantes 7 vírgenes y After. En esta ocasión se trata de la historia más ambiciosa que se han atrevido a contar, abarcando un periodo importante de la Historia reciente de nuestro país y que coincide con gran parte del gobierno socialista de finales de los 80 y principios de los 90, terminando en ese año 1992 tan emblemático para España. Los guionistas sevillanos han sabido reflejar esa época convulsa a través de unos personajes encallecidos, unos cegados por la ambición y otros derrotados por el paso de los años. La creación de personajes es excelente, aunque el desarrollo de la trama flojea en algunos pasajes. Aun así se trata de uno de los mejores trabajos del año y bien merecería llevarse el premio.
Sergio G. Sánchez y María Belón por Lo imposible
Tercera nominación a un Goya para Sánchez tras las de su debut con la ópera prima de Bayona, El orfanato (por la que ganó) y la compartida con Jorge Guerricaechevarría este año por el guión adaptado de Fin. Pocos guionistas jóvenes pueden presumir de haber sido candidatos por todos los guiones de largometrajes de ficción que han escrito. El hecho de que finalmente comparta candidatura con María Belón, la superviviente del tsunami del 2004 a la que da vida Naomi Watts en la película y acreditada como argumentista, quizá indique que la Academia está buscando uno de esos momentos emotivos que ponen a todo el mundo en pie, en el caso de resultar vencedora. En todo caso, este melodrama desbordado de lágrimas y desencuentros no destaca precisamente por su guión. Los personajes apenas están descritos con un par de pinceladas y el final es bastante anticlimático. No es el mejor trabajo del año pero parece salir bien posicionado para ganar.