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Una misión complicada para los ‘Men in Black’

Seis años después de su última incursión cinematográfica, Barry Sonnenfeld vuelve a ponerse tras la cámara para traernos la nueva entrega de una saga que hacía 10 años que no se paseaba por a gran pantalla. Todos pensamos que la secuela fue el canto del cisne para los Hombres de Negro, pero esta tercera (y tridimensional) incursión demuestra que solo necesitaban más tiempo para regresar con fuerza.

Cuando los hombres de negro reciben la información de que el agente K podría morir a manos de un alienígena recién fugado de una prisión de alta seguridad, el agente J es enviado a los años 60 para resolver el entuerto y cambiar el futuro. Con esta surreal premisa comienza la tercera entrega de la saga que encumbró a Will Smith y Tommy Lee Jones vestidos de domingo a lo más alto.
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Con dosis de humor cercanas a lo que nos tenían acostumbrados, pero con menos mala baba de lo que cabría esperar, aunque si con la misma gracia, simpatía y ritmo desenfrenado de las anteriores, se presenta esta nueva entrega de los hombres de negro que viene a recordar que, por mucho tiempo que haya pasado, el potencial sigue intacto. Sonnenfeld sigue en forma para rodar una divertida y marciana historia, Will Smith sigue en su línea interpretativa sin perder el mood buenrrollista, y aunque Tommy Lee Jones ya no está para estos trotes… ¿qué hacemos?

Fácil solución, llamemos a uno de los mejores actores del momento y digámosle que imite sin concesiones a Tommy Lee Jones. Tan simple, tan evidente, y tan efectivo como suena: Brolin, cuyo único y no poco complicado trabajo aquí es imitar cada uno de los gestos, tics y tonos vocales de Jones, realiza una de sus mejores interpretaciones y reconfirma que es tan buen actor construyendo personajes desde cero, como tomándolos prestados.

Gracias al buen hacer de sus responsables, el aparente despropósito que se avecinaba con esta premisa, acaba remontando el vuelo de la saga cuando ya se la daba por muerta. Con un tono sentimentalista que poco encaja con la saga, pero que tampoco molesta y alguna que otra imperfección formal y estructural que la alejan de la primera entrega, la primera bondad que debemos atribuirle a ésta Men in Black 3 es que nos haya ofrecido un horizonte más allá e la nefasta secuela de 2002 y nos haya hecho olvidar que aquel episodio existió.

En definitiva, un nuevo y satisfactorio acercamiento al universo hombres de negro que esperemos que haga remontar la saga y pueda darnos más buenos ratos como estos.