Matt Dillon redescubre al gran talento de la música cubana en ‘El gran Fellove’

'El Gran Fellove'
Sabrosura cubana
El actor viene a rescatar a un innovador que realizó toda su carrera en México y estuvo más de 20 años sin grabar.
2.5
Para muy aficionados

No nos engañemos: El Gran Fellove no estaría compitiendo en la sección oficial de un festival como el de San Sebastián si no viniera firmada por Matt Dillon, pero no están las circunstancias como para que ningún certamen pueda rechazar la visita de una estrella. No se trata de un documental de autor ni siquiera de una primera figura en la historia de la música, pero, aun así, la cinta se ve con agrado y hace algunas aportaciones interesantes sobre el gran universo de la música cubana. 

Francisco Fellove Valdés realizó más aportaciones al acervo cultural que Bebo Valdés y era un intérprete de mayor altura que Compay Segundo, pero la fama es caprichosa y murió desaparecido para el gran público. El Gran Fellove, aunque nunca perdió la sabrosura cubana, hizo toda su carrera en México, pues dejó la isla caribeña en los 50 como otros tantos músicos y artistas negros, condenados a morir de hambre en sus casas por el racismo reinante. 

A pesar de su nula formación musical fue un gran innovador tanto como compositor como intérprete, cuenta en su haber con melodías que se convirtieron en éxitos internacionales como ‘Mango mangüé’, que todavía está en el repertorio. Aunque realizó también grandes innovaciones como intérprete, que no dejaba de bailar, especialmente en el scat, es decir, esas improvisaciones vocales tan características del jazz y en las que él era capaz de imitar a buena parte de los instrumentos de la orquesta. 

El documental sirve también al aficionado para sistematizar el camino paralelo del jazz y la música cubana, con un capítulo dedicado al origen del filin, quizá uno de los géneros más destacados de la canción habanera. Y también para recordarnos que ha habido otras plagas semejantes al reggaeton en décadas anteriores. Sin ir más lejos, los testimonios recogidos por Dillon dan cuenta de cómo las estrellas de la música de los 50 y los 60 dejaron de trabajar en los 70 cuando el rock vino a invadirlo todo. Sin embargo, muchas de ellas, acabaron siendo octogenerios en giras eternas por el mundo. 

No fue el caso de Fellove, que ni siquiera pudo ver cómo se publicaba el álbum que iba a devolverle a los escenarios tras 20 años de sin grabar y de cuyo proceso creativo Matt Dillon (Mateo para el cantante) fue un espectador privilegiado. Este documental viene a hacer lo posible por sacarle del olvido.