Las principales nominadas en esta edición de los Goya compiten también en la categoría de dirección de producción, una categoría técnica que se mueve en el pantanoso terreno entre los medios técnicos disponibles y las ideas del equipo creativo.
Andrés Santana por Blackthorn, sin destinoTrasladar la estética del llamado western crepuscular a las montañas de Bolivia sin caer en la incoherencia visual y ajustándose a un presupuesto bastante limitado a pesar de lo ambicioso del proyecto, y darle una entidad propia sólo puede funcionar en manos de un veterano como el canario Andrés Santana. En su séptima nominación como director de producción (ganó la estatuilla por El rey pasmado en 1991), tuvo que lidiar con un rodaje desarrollado en el país más pobre de Sudamérica, con todo lo que eso conlleva en relación a la contratación y coordinación de medios. |
Toni Carrizosa por EvaLa nominación al Goya le llega a Carrizosa por su tercera película como director de producción (las otras dos son Tres días con la familia y Blog) y en su segundo año desarrollando esta labor. Acometer un proyecto como este, es decir, una película de ciencia-ficción, con un presupuesto no demasiado abultado, y salir airoso del asunto, logrando disimular las carencias con una puesta en escena muy eficaz que saca partido a los efectos digitales, es mérito de Carrizosa y bien podría llevarse el premio. |
Toni Novella por La piel que habitoNovella, que cuenta tres nominaciones en su haber (también resultó nominado por la dirección artística de Volver, de Pedro Almodóvar), lleva desde sus inicios en la profesión formando parte del equipo técnico del director manchego. Su carrera, que empezó como aprendiz de ayudante de dirección en Tacones lejanos, ha estado ligada a la de Pedro Almodóvar, ha bebido de su proceso creativo y ha interiorizado su estética y su manera de hacer las cosas como si fuera la suya propia, tanto que ha sabido llevar a la práctica la estilización, refinamiento y maduración del toque Almodóvar que en La piel que habito parece llegar al final de un proceso, y que sin duda merece el reconocimiento del Goya. |
Paloma Molina por No habrá paz para los malvadosLa primera nominación en la categoría de dirección de producción para Paloma Molina es el reconocimiento a una labor que le obligó a trabajar con el presupuesto más bajo de todas las nominadas, para lograr que el rodaje de este thriller sucio y urbano, tuviese una factura tan coherente como la historia que cuenta y sin restarle ni un ápice de su valor por la escasez de medios. Algo que probablemente tuvo mucho que ver con la forma de rodar de Urbizu, que confía en la inmediatez y en la economía de medios. |
Debería ganar: Toni Novella por La piel que habito