‘Spagat (Grand écart)’: Mamá es infiel

'Spagat (Grand écart)'
Dilemas morales bien planteados
El primerizo director suizo Christian Johannes Koch construye un gran drama con potentes e independientes protagonistas femeninas
4
Un nombre a seguir

Si hace unos días señalábamos Limbo como una de las mejores cintas de la 68 edición del Festival de San Sebastián, volvemos con buen sabor de boca de una nueva visita a la sección Nuevos Directores. Esta vez la propuesta suiza Spagat (Grand écart), que supone el afortunado debut de Christian Johannes Koch.

Todo parece apacible y monótono en la pequeña ciudad helvética en la que ambienta la trama, pero la vida de la profesora protagonista es bastante agitada desde que comenzó la aventura con su vecino ucraniano, cuya hija es, además, alumna suya y de una edad muy similar a su propia hija

El joven realizador tiene el mismo buen pulso para dibujar los personajes femeninos: potentes, decididos, sin complejos, como para mostrar una masculinidad que no hemos visto en tantas películas —tanto el amante como el esposo de la protagonistas, a pesar de sus procedencias y clases sociales distintas—.

El problema no es tanto que se descubra la infidelidad en ese microcosmos, sino que un simple hurto, cometido por la ucraniana evidencia que tanto el padre como la hija llevan años en Suiza sin haber podido regular su situación. La pequeña se esfuerza además por ser que sueña con ser gimnasta —de ahí el título, pues el también llamado grand écart, supone la apertura de las dos piernas en direcciones opuestas formando entre ellas un ángulo de 180 grados—. Es entonces cuando la profesora debe entonces decidir si ayudarles, aunque eso suponga poner en riesgo su familia.

Los protagonistas y su director son igual de valientes. Lo mismo nos muestran, sin tapujos, pero tampoco sin dramas, nuestra condición de privilegiados europeos y todas las ventajas que eso supone, que nos hace comprender que una mujer madura puede querer desarrollarse en el sentido profesional, amoroso y sexual sin tener que pensar en el qué dirán. Todo con un gran dominio del ritmo y una enorme capacidad de generarnos la mismas atmósferas opresivas que viven los personajes.