El gremio de directores de Hollywood ha entregado el premio al mejor realizador cinematográfico del año a Alfonso Cuarón por Gravity. El director mexicano también ganó hace pocas semanas el Globo de Oro al mejor director.
En lo que afecta a la carrera por los Oscar, este galardón añade más incertidumbre de la que despeja. Es cierto que Cuarón se afianza como candidato a batir, sin que la campaña de Steve McQueen termine de dar frutos. Pero en lo que se refiere a la mejor película del año, las señales siguen siendo confusas.
Con La gran estaba americana como triunfadora de los SAG -los actores son mayoría en la Academia- y el extraño empate entre Gravity y 12 años de esclavitud en los premios de los productores -que se recuentan con el mismo entrevesado sistema de los Oscar- auguran una victoria que, sea la que sea, será por escaso margen.
El premio a Cuarón de hoy, junto a las 10 nominaciones de Gravity, dan eso, sí esperanzas -y con motivo- a una película que parecía que nunca iba a a alcanzar los primeros puestos de la carrera hacia el Oscar.